Año 6 • No. 259 • marzo 12 de 2007
Xalapa • Veracruz • México
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  Contiene la alegría del teatro infantil
Nuevo número de Tramoya
dedicado a los niños
Gina Sotelo
Como una entretenida herramienta para maestros, profesores y teatristas se antoja el nuevo número de la revista Tramoya. Colección de obras que vienen de la isla de Cuba, Bulgaria, Canadá y México.
Autores esmerados en proponer eficaces diversiones para que los niños pasen un buen momento al ver teatro y salgan satisfechos, con una lección asimilada sin darse cuenta, pues éstas no son buenas cuando son lecciones.

Adán Ramírez Serret es quien prologa el volumen. Menciona que pensar en el mundo infantil nos trae a la imaginación ciudades grandiosas, imágenes monumentales, palacios, magos, hechizos y conjuros. Y en este gran mundo, si incorporamos el teatro, aparecen montajes admirables, multitudes de actores bailando con disfraces, estandartes, imágenes de ensueño, máscaras de oro: “Un gigantesco foro que lo contempla todo. Teñido de un exotismo fascinante, lenguas extravagantes y costumbres lúdicas”.
Cita que como ex habitantes de la infancia hemos sufrido un despojo gravísimo, hemos perdido las claves de la imaginación, hemos perdido puentes hacia nosotros mismos: “La primera experiencia que se vive con el teatro, con la escena y en la escena, ya sea como espectador accidental u obligado, (esto generalmente sucede en la infancia) nos introduce a un modo de vida, que si el germen del teatro nos fecunda, es el inicio de una nueva experiencia, donde todo es observación, y en muchos de los casos, un juicio agudo y pertinaz de nuestros actos”.

Para Ramírez Serret la vida y el mundo se conciben, tan sólo en el momento en que podemos ser espectadores de lo que nos sucede. El instante en que una luz crea un área e ilumina nuestro personaje: “Nos concebimos fuera de nosotros. Dentro del foro que es nuestra vida, se supone que somos nosotros, pues es lo que se dice, tiene nuestra cara. Pero, ¿es cierto que somos todo lo que decimos? ¿Qué tanto somos nosotros y no nuestro personaje el que habla?”
Y –explicó– sucede exactamente lo mismo si el que está en el foro, interpretando una obra, es todo lo contrario a lo que pensamos ser y, sin embargo, lo vemos actuando tan parecido a nosotros. Es por esto que el teatro para niños es una experiencia única. Esa eterna búsqueda humana que es tratar de encontrarse a sí mismo, está presente todo el tiempo en la infancia.

Mencionó también que el teatro para niños no debe estar condicionado por los clichés que nos vienen a la mente, y que he mencionado, ya que si bien es cierto que crea una fantasía, gran parte de su fuerza radica en la veracidad de esa mimesis. No necesita groserías, pastelazos, o princesas felices. (Aunque los puede contener deliciosamente).

Tramoya aparece trimestralmente en la ciudad de Xalapa, editado conjuntamente por la UV y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. Correspondencia y suscripciones al Apartado postal 318, a la dirección electrónica www.uv.mx y en el teléfono y fax (228) 817-29-54. Es dirigida por el maestro Emilio Carballido y su subdirector es Héctor Herrera.