Año 6 • No. 227 • junio 19 de 2006

Xalapa • Veracruz • México
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Juan Carlos Plata

Los universitarios calculan en 91 millones de pesos la inversión total necesaria
La laguna de El Llano está ubicada apenas a unos centenares de metros del lugar donde Hernán Cortés desembarcó en 1521 y estableció la primera población española en América, La Villa Rica de la Vera Cruz. Originalmente estaba conectada al Golfo de México. Actualmente, durante siete meses del año, se encuentra totalmente seca.

Luis Alberto García Leyton.

Ante esta situación, académicos y estudiantes de la Facultad de Ingeniería Química y Ambiental de la Universidad Veracruzana (UV) presentaron al gobernador del estado, Fidel Herrera Beltrán, el proyecto Rescate integral del humedal de la laguna El Llano, el cual pretende rehabilitar las condiciones naturales del cuerpo de agua para que sea un sistema ecológicamente estable y económicamente sustentable.

El proyecto, dividido en tres etapas, comprende obras de desazolve del cuerpo lagunar, la apertura de la boca que lo conecta al mar –tapada desde los años 70 luego de la instalación de un ducto de PEMEX que propició asentamientos de lodo y tierra–, la creación de una toma de agua marina que alimente a la laguna, así como la implementación de programas productivos de pesca y ecoturismo.
Luis Alberto García Leyton –corresponsable del proyecto junto con Víctor Hernández Morales, ambos académicos de la Facultad de Ingeniería Ambiental de la UV– aseguró que la laguna, cuando tiene agua, ocupa una superficie de 240 hectáreas y que el hecho de que siete meses del año se seque representa un perjuicio para por lo menos 48 familias de pescadores de las comunidades de El Llano y Villa Rica.

“El objetivo de todo el programa propuesto es que cada vez sea menor el proceso de secamiento de la laguna hasta conseguir que no se seque más. Alumnos y académicos de la UV ya han llevado a cabo acciones en ese sentido, se han realizado trabajos de reforestación en la zona perimetral de la laguna, y el año pasado reforestamos cerca de 10 hectáreas en la zona federal”, dijo.
Siete mil 500 hectáreas

Víctor Hernández Morales.

Por su parte, Hernández Morales señaló que el ecosistema del humedal de la laguna de El Llano no se reduce al margen perimetral del cuerpo de agua, sino a un área más amplia que influye directa e indirectamente en el comportamiento del humedal y en lo económico.
“Nosotros estamos hablando de una zona de aproximadamente 7 mil 500 hectáreas alrededor de la laguna, incluyendo zona marítima, los cerros que la rodean, los lugares con potencial turístico y la propia extensión de la laguna”, afirmó.
Un ducto, un huracán y erosión
En 1974, Petróleos Mexicanos tendió un ducto cuyo trazo pasó justamente en la zona de la bocana que conectaba la laguna con el mar. El tubo de alrededor de 54 pulgadas no fue enterrado, sino sólo depositado en el fondo de la laguna, lo que provocó un sedimento de lodo y tierra en esta zona.

Dos años después, el ducto fue enterrado ante las protestas de los pescadores del lugar, pero el daño ya estaba hecho, pues resultó imposible mover el sedimento de manera natural.
 
Poco más de 10 años después, en 1988, el huracán Gilberto golpeó con fuerza esta zona del estado, provocando un movimiento de arena de playa que terminó por cerrar completamente la desembocadura de la laguna, evitando el reflujo de agua de mar y aislando el cuerpo de agua.

A estos dos hecho, hay que sumarle que la laguna está rodeada, por la parte poniente, de cerros como el de Los Metates, La Bartola y el Cerro Azul, que se encuentran muy deforestados y cuando llueve hay un gran acarreo de tierra hacia la parte más baja de la zona, que es precisamente donde se encuentra la laguna.
Los expertos de la UV calculan que hay un sedimento de lodo y tierra de cuatro metros, antes de llegar al fondo original de la laguna.
Razones ecológicas
La zona en la que se ubica la laguna es parte de un corredor de aves migratorias que año con año realizan su migración hacia el sur en busca de mejores temperaturas para reproducirse y era, poco antes de secarse la laguna y por consecuencia escasear la comida de las aves, una parada de descanso para estos animales. La recuperación del ecosistema, explicaron los expertos, traería como consecuencia el retorno de estas aves.
Además, año con año, hay una gran mortandad de peces ante la baja en el nivel del agua.

“El proyecto incluye la reforestación de la cuenca de la laguna y la reposición
del manglar, tanto para evitar el desplazamiento de tierra al fondo de la laguna como para la rehabilitación del ecosistema”, sostuvieron.

Los académicos hicieron énfasis en el carácter integral del proyecto y dijeron que los objetivos específicos son restablecer y mantener el nivel de agua en la laguna y rehabilitar la comunicación laguna-mar; reforestar las partes altas de la microcuenca, el área que afecta los afluentes tributarios de la laguna y el manglar; recuperar los recursos pesqueros, la biodiversidad y los servicios ambientales que presta este ecosistema a la sociedad; y con todo esto, activar la economía y aprovechar los recursos turísticos de la zona.


Las tres etapas
Etapa I
Se dragará la zona lagunar para darle un mayor volumen, lo que permitiría recuperar la vida de flora y fauna, así como iniciar actividades productivas.

Esta etapa incluye: Dragado, formación, compactación de terraplenes y acarreo del sedimento del cuerpo lagunar; creación de un canal central en el cuerpo de la laguna que le dé más profundidad –dicho canal tendrá una longitud de 2.44 kilómetros y un volumen de 698 mil 257 metros cúbicos y tendrá una fosa con capacidad para 73 mil 967 metros cúbicos–; llenado del cuerpo de agua mediante una toma de agua submarina, estabilización de dunas costeras para evitar que la boca vuelva a cerrarse, y un manifiesto de Impacto Ambiental.

Etapa II

Incluye el desazolve, rectificación y protección de márgenes de la zona lagunar, apertura y protección de la boca, reforestación de la cuenca, restauración del manglar y mantenimiento de escurrimientos y bajadas.

Etapa III
Monitoreo de las actividades de restauración y establecimiento de programas de desarrollo sustentable, que incluyen: cultivo de camarón y ostión, una planta procesadora de jaiba blanda; cría y aprovechamiento de iguana verde, aprovechamiento sustentable de sapos y ranas, actividades de ecoturismo, invernaderos para la producción de plantas y cursos de capacitación.

“El costo total del proyecto integral es de 91 millones 251 mil 296 pesos, teniendo beneficios inmediatos, a corto, mediano y largo plazo, tanto para la conservación del ecosistema, como en la economía de la región”, aseguró García Leyton.

Además, este programa se complementaría con 21 proyectos, que ya fueron presentados por estudiantes de la UV al Ayuntamiento de Actopan, los cuales incluyen mediciones periódicas de la profundidad de la laguna, construcción de oficinas y estancias para investigadores, cursos de educación ambiental y obras de infraestructura.

La alternativa del ecoturismo
La zona, además de la laguna, cuenta con varios lugares de interés turístico que pueden ser explotados como la Fortaleza de Cortés, las ruinas de Quiahuiztlán
–que incluyen el aljibe prehispánico en la cima del cerro de Los Metates–, la Piedra de Cortés, La Quebrada, dunas del cerro de Punta Villa Rica, zona de la playas de La Mancha y El Farallón, el manglar de La Mancha, los baños termales de Tinajitas, y la cascada y poza de Arroyo Agrio.