Año 6 • No. 226 • junio 12 de 2006 Xalapa • Veracruz • México
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La UV, sus libros y sus autores
Entre una reforma electoral congelada
y la calentura de los votantes
Germán Martínez Aceves
Es muy probable que a las generaciones del siglo XXI les sea normal tener sus credencial de elector, esperar el día de la votación, ubicar su casilla, asistir al lugar correspondiente, mostrar su credencial, recibir las boletas para emitir el sufragio en un lugar que asegure la privacidad del voto secreto, poner su decisión en las urnas, recoger la credencial perforada en el año correspondiente de la elección, recibir tinta indeleble en el dedo pulgar y retirarse a su casa para esperar más tarde los resultados de las elecciones. Todo un proceso que pareciera normal, tradicional y hasta mecánico.
Pero toda esta acción electoral, que ahora vivimos en nuestra incipiente democracia, es el resultado de diversos procesos históricos que han construido a la vez un andamiaje por demás complejo que, primero, han separado al gobierno en el poder de la organización de las elecciones y, segundo, han creado todo un sistema electoral que echa andar la maquinaria en cada cita con las urnas.

Todo este largo y sinuoso camino histórico y legal que impulsa a la democracia como la mejor forma de gobierno equitativo, José González Sierra lo revisa en su por demás interesante libro La reforma congelada. Reglas electorales federales en Veracruz, 1995-2003. Sin duda es una lectura que llega idónea en estos días definitorios para el futuro de nuestro país.
La experiencia del investigador González Sierra inició como observador electoral en 1994 y después fue consejero electoral en el estado de Veracruz hasta el 2003. Experiencia por demás invaluable que le permitió conocer desde las entrañas el tejemaneje del complejo proceso electoral, ahora analizado y sistematizado, para entregarnos este estudio crítico en el que nos presenta una reforma electoral como una red llena de agujeros donde se pueden escapar fácilmente las oportunidades para organizar las elecciones en beneficio de los círculos del poder y no de la ciudadanía.

En seis capítulos amplios, argumenta, disecciona, contextualiza y da razones del porqué considera que la reforma electoral está congelada.

Inicia con “El debate a la transición democrática”. Para el autor, nuestra transición a la mexicana la entiende como “un periodo histórico específico y no como un acontecimiento, un pacto o el resultado de un solo proceso electoral”. Como aspiración democrática, González Sierra expresa un sentir generalizado de acuerdo con las experiencias resultantes del 2 de julio del 2000, cuando, más que transición, se vivió una alternancia en el poder político, más no así en los cimientos económicos: “Tantos años que nos habíamos planteado la transición democrática como la gran meta a alcanzar como sociedad y a la hora en que ésta se produce los que se percibe es una sensación de insatisfacción y cierto desencanto”.

En cuanto a la democracia, el experto en el proceso electoral la define, de acuerdo con otros autores, como “un método para determinar el liderazgo a través de elecciones competitivas y limpias”.

En el segundo capítulo, titulado “El sistema electoral”, realiza un recuento histórico de nuestro intricado sendero para elegir a nuestros gobernantes el cual nos llevó 175 años organizado, planeado y resuelto desde las instancias gubernamentales.

Es claro que el cambio no fue una graciosa concesión del poder presidencial sino producto de movimientos diversos hechos por ferrocarrileros, médicos, estudiantes, guerrilleros y diversos grupos civiles. La misma oposición contestataria minó la estructura de gobierno y a partir de ahí nacen las primeras leyes electorales del México moderno en 1977, la de 1986 que temblaría con las respuestas civiles producidas con el terremoto del 85 y la sacudida de la sociedad en las urnas aplastada por el fraude del 88 para dar paso a la creación del Instituto Federal Electoral con la reforma de 1989 y la determinante reforma de 1996 que garantiza la ciudadanización y autonomía del proceso electoral, donde González Sierra considera la culminación de un ciclo que con el transcurrir del tiempo hasta este día que sale el libro y su reseña, fue metida al congelador para cambiar las reglas hacia intereses partidistas de espaldas a la sociedad.

En los capítulos subsecuentes, “Listas electorales”, “Órganos electorales” y “Proceso electoral”, el historiador basa su “teoría de la reforma congelada” en el análisis de las leyes y procedimientos que a la vez han creado lagunas y faltas de previsión para beneficio de unos cuantos que ponen en riesgo la democracia.
González Sierra fija su estudio en tres preguntas sencillas en su planteamiento pero complejas en su respuesta: ¿Qué se vota? ¿Quién vota? ¿Quién cuenta los votos?.

A partir de ahí detecta los focos rojos para nuestra democracia que serían: la fiscalización del dinero otorgado a los partidos políticos, sus relaciones con los medios de comunicación masiva, la asignación de diputaciones plurinominales, la forma de designar al presidente del IFE y los consejeros electorales así como los procedimientos para integrar las mesas directivas de las casillas. Y en ese conjunto de alertas, tal vez la mayor, “el IFE como rehén de intereses que ponen en riesgo la democracia y una (posible) regresión de carácter antidemocrático”.

Entre sus conclusiones de José González Sierra, que nos invitan a sacar de la congeladora a la reforma electoral, hay una contundente: “Las dificultades que hubo que vencer para trascender el régimen de presidencialismo omnipotente y autoritario, no son nada si se les compara con las que habrá que remontar para consolidar plenamente nuestro régimen democrático”.

La reforma congelada. Reglas electorales federales en Veracruz, 1995-2003 de José Gonzáles Sierra, edición del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales de la Universidad Veracruzana se puede adquirir en el Servicio Bibliográfico Universitario, Xalapeños Ilustres 37; en las USB’s que se encuentran en el estado o en la Dirección General Editorial, Juan de la Barrera 209. Comentarios a esta reseña favor de enviar a gemartinez@uv.mx