- El miércoles 14 de mayo a las 12:00 horas, en el auditorio de la UVI
David Sandoval
Crónicas a contragolpe, editado en 2013 por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y La Dulce Ciencia Ediciones, es un texto híbrido que se basa en la tradición literaria de la que han formado parte Julio Cortázar y Ricardo Garibay: narrar el boxeo, el box, no sólo como un deporte sino como una metáfora del acto de escribir.
En la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU) 2014, el miércoles 14 de mayo a las 12:00 horas se presentará esta obra de Luis Miguel Estrada Orozco, joven narrador nacido en Morelia en 1982 quien cuenta con tres libros de cuentos publicados, uno de ellos, Colisiones, ganó el Premio Nacional de Cuento “Juan José Arreola” en 2008 y en 2012 ganó el Premio Nacional de Cuento “Agustín Yáñez” por Alain Prost.
El evento se llevará a cabo en el auditorio de la Universidad Veracruzana Intercultural (UVI), sita en la calle de Morelos casi esquina con Sebastián Camacho. Ahí se darán cita los escritores Rodrigo Castillo, Josué Sánchez y Mauricio Salvador, quienes comentarán el libro.
Estrada Orozco señala en la introducción cómo debe ser entendida su obra: “Es un libro de box, no hay duda. Pero no es un libro estrictamente de crónica periodística. Aunque escribir sobre boxeo me consume una buena parte del tiempo, mi principal preocupación es la literatura. Puede ser que esta mezcla de amores haya dado como resultado un libro híbrido, a medio camino entre la crónica y el ensayo, entre la narrativa y el divertimento literario”.
La precisión y la evocación se manifiestan de diversas formas en las páginas siguientes ya que Luis Miguel Estrada describe las peleas con el rigor que se espera de un experto, pero también nos brinda un contexto que enriquece al peleador, porque aunque éste sea derrotado en la pelea, el triunfo es, para muchos, el simple hecho de subirse a la lona a competir por el cinturón en una pelea de campeonato.
En práctico tamaño de bolsillo y con poco más de 200 páginas, Luis Miguel Estrada suma varias páginas más a la tradición latinoamericana, en la que destaca México, de la crónica como un oficio y un ejercicio literario igualmente apreciable que el ensayo.
