Xalapa, Equez., Ver., lunes 12 de agosto de 2013.
Raúl Arias Lovillo*
Fernando Salmerón fue un gran universitario. Fue Rector de la Universidad Veracruzana y de la Universidad Autónoma Metropolitana. En ambas instituciones dejó un legado imborrable, digno de los más altos reconocimientos por parte de la comunidad académica nacional.
Pugnó y defendió los más altos valores de la autonomía, la libertad de cátedra y la excelencia académica.
Coetáneo y colega de Luis Villoro, Ramón Xirau y Alejandro Rossi, como filósofo y académico, sus aportaciones en el campo de la ética y la educación se guardan en libros y ensayos como lecciones de sabiduría y talento.
Enseñó e investigó en otras instituciones. Fue profesor e investigador de la UNAM y miembro de El Colegio Nacional.
Fue, además, un funcionario cuyo desempeño ejemplar sigue siendo un modelo de honestidad y rectitud. En la UAM enfrentó la intolerancia con una dignidad y una firmeza que, sin exagerar, salvó el destino académico de esa casa de estudios.
Para la Universidad Veracruzana, la figura de quien fuera condecorado con el doctorado Honoris Causa en 1980, sigue constituyendo uno de sus grandes activos intelectuales, éticos y humanísticos, además de ser un verdadero pilar fundacional de nuestra institución.
Fernando Salmerón Roiz fue protagonista fundamental de la construcción de la UV que hoy somos, un hombre que cimentó –en las ideas y en las obras– una parte fundamental de nuestra institución y que tuvo la visión a futuro para proyectarla como una institución de educación superior donde impera el pensamiento libre, la ética, la ciencia y la cultura.
Las repercusiones que tuvo la labor de Salmerón Roiz en el desarrollo, la trayectoria y el prestigio académico de nuestra casa de estudios son indiscutibles.
Además de ser uno de sus más ilustres rectores y director fundador de la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias –así llamada entonces–, al lado de otros también muy distinguidos universitarios ―entre ellos Gonzalo Aguirre Beltrán, Sergio Galindo, Emilio Carballido, Dagoberto Guillaumin, Othón Arróniz, Alfonso Medellín Zenil, Luisa Josefina Hernández y Ramón Rodríguez―, emprendieron proyectos culturales que a más de 50 años de existencia permanecen vigorosos y continúan dando lustre y aportando al prestigio de nuestra casa de estudios.
Por citar algunos tenemos la Editorial UV y nuestra emblemática revista La Palabra y el hombre. Asimismo, durante su gestión se fundó la Facultad de Física, la carrera de Psicología y el Taller de Artes Plásticas, entre otras iniciativas.
Salmerón Roiz fue el primer Rector de la UV que impulsó decididamente la investigación jurídica y ayudó, con su visión, a desarrollar y orientar el trabajo de académicos e investigadores.
Su biblioteca, un legado intelectual inmenso
Se dice que las bibliotecas personales son una suerte de reflejo del alma humana, un espejo de quien las confecciona. Por ello, les participo que el hecho de que la Universidad Veracruzana haya recibido en custodia la biblioteca personal, donde este gran universitario recreó sus grandes momentos intelectuales, es una distinción que agradeceremos siempre en nombre de la comunidad universitaria que será su directa beneficiaria.
Sin duda alguna, esta valiosa biblioteca, por razones no sólo culturales sino afectivas y simbólicas, no podría tener un mejor destino ni estar en mejor sitio que en un recinto de la Universidad Veracruzana, donde se perpetúa su nombre y su memoria, reconociendo su legado y la entrega con que sirvió a la institución y a nuestro país.
Aquí, las generaciones presentes y futuras de universitarios podrán enriquecer su cultura y su formación académica en el legado humanístico de Fernando Salmerón.
Por ello, hoy más que nunca, los 27 mil volúmenes que la UV recibe, algunos de los cuales datan del siglo XVII, adquieren un significado verdaderamente relevante. Queda este acontecimiento cultural en la memoria histórica de la Universidad Veracruzana.
Estudiantes, investigadores, académicos y trabajadores, no tenemos palabras para expresar nuestro más profundo agradecimiento a la familia Salmerón. Agradecimiento que demostraremos con el cuidado responsable de este inmenso patrimonio cultural, y con el homenaje permanente a la razón de ser de la biblioteca “Fernando Salmerón”: la lectura de sus propios textos y de todos aquellos que influyeron en su humanismo lúcido y generoso.
*Rector de la Universidad Veracruzana
