Raúl Arias Lovillo
Desde su inicio en 2005 la Universidad Veracruzana Intercultural (UVI), ha sido uno de los proyectos académicos y de vinculación social más importantes de la Universidad Veracruzana.
La UVI, en sus cuatro sedes (Huasteca, Totonacapan, Grandes Montañas y Selvas), es única en México. Por su capacidad de transformar el entorno social y económico de sus comunidades, no hay un programa educativo entre las universidades del país con las características del nuestro.
En ese sentido, es un proyecto de los que solemos decir que alcanzan un proceso virtuoso por los beneficios perdurables que genera para la sociedad.
En ocasión de la inauguración de las nuevas instalaciones de la sede Totonacapan, en el municipio de El Espinal, quiero volver a la reflexión respecto de este tema.
La UVI es, por definición institucional, un proyecto académico que asume como propia la problemática de la marginación en las comunidades y, de esta forma, reafirma la naturaleza social, incluyente, plural y comunitaria de la Universidad Veracruzana. Es congruente con el innegable compromiso de los universitarios veracruzanos para con sus comunidades.
Pero tal vez valga la pena precisar que la UVI bajo ninguna circunstancia es un programa asistencialista ni mucho menos populista. Se trata de una iniciativa fehacientemente universitaria, basada en argumentos científicos y humanistas con una orientación social definida y de carácter progresista.
Sus equipos de trabajo están basados en la investigación educativa. Posee cuatro sedes o campus diferentes en cada uno de los cuales incorpora elementos propios de las comunidades como parte de la educación que ahí se imparte. Y, en consecuencia, agrupa desde su concepción misma la docencia, la investigación y la vinculación comunitaria.
Adicionalmente, se trata de un proyecto académico que ha echado profundas raíces en las comunidades en las cuales se desarrolla. Junto con éstas, las comunidades hemos planeado, revisado, corregido o aprobado la dirección de los proyectos específicos de cada una de las sedes. Hemos establecido un vínculo de confianza con las comunidades porque desarrollamos proyectos y encontramos soluciones con ellos, a través de cada uno de los Consejos Consultivo Regionales. Es con sus líderes con quienes hemos trazado las rutas a seguir para nuestras actividades académicas, de vinculación y de investigación.
El proyecto ha sido exitoso a grado tal que ha recibido el reconocimiento de sus pares tanto del país como del extranjero.
Tan sólo en el periodo 2011-2012, la UVI atendió en sus cuatro sedes regionales a 370 estudiantes en la licenciatura en Gestión Intercultural para el Desarrollo y a 22 en la Maestría en Educación Intercultural. Se inauguraron edificios equipados y funcionando en las sedes regionales Selvas, ubicada en Huazuntlán, municipio de Mecayapan, y Huasteca, enclavada en el municipio de Ixhuatlán. La sede Grandes Montañas, en el municipio de Tequila, ya fue inaugurada en su primera etapa, así como hicimos en la sede Totonacapan, ubicada en el municipio de Espinal.
Sus estudiantes, entretanto, han sido aleccionador ejemplo de capacidad y entrega. Todavía hoy se recuerda con especial orgullo el egreso de la primera generación de la Licenciatura en Gestión Intercultural para el Desarrollo: 100 por ciento de titulación en la sede Totonacapan, 80 por ciento en La Huasteca y 92 por ciento en las sedes Grandes Montañas y Las Selvas.
Socio ideal para la Universidad de Austin
Se explica fácilmente, entonces, que investigadores de la Universidad de Texas en Austin hayan seleccionado a la UVI como un “socio ideal”, según ellos mismos se expresaron, para un novedoso proyecto de autoaprendizaje basado en tecnología de la información.
Se explica también la magnífica opinión que sobre este proyecto siempre tuvo la connotada investigadora Sylvia Schmelkes, cuando fungió como Coordinadora General de Educación Intercultural y Bilingüe de la Secretaría de Educación Pública. Los interesados en el tema recordarán que con frecuencia se refirió a la UVI como una sinergia de características tan especiales que inmediatamente la ubicaron como el líder nacional en materia de educación intercultural.
Se explican, asimismo, las reacciones de nuestros estudiantes que han marcado la memoria humana de este gran proyecto. Como la de Angélica Castañeda, joven estudiante que entre la sorpresa y el espanto narraba en la sede Grandes Montañas su sorpresa al toparse en el aula con un profesor casi tan joven como ella.
Recuerdo también perfectamente a Nancy M. Pérez Salazar, oriunda de Chacalapa, comunidad afromestiza del municipio de Chinameca, quien asumía que no había nada más allá del bachillerato y cuya vida dio un vuelco al ingresar a la UVI. De 22 años de edad, esta joven estudiante de la Licenciatura en Gestión Intercultural para el Desarrollo, con orientación en Sustentabilidad, en la UVI Las Selvas, ubicada en Huazuntlán, fue el mejor promedio de las cuatro sedes.
Por todo ello, puedo asegurar que, en efecto, el proyecto de la Intercultural reafirma el gran compromiso que tiene la UV con la diversidad cultural, el multiculturalismo y la interculturalidad de nuestro país. Pero, quizá más importante aún, estamos seguros, que es también síntesis y expresión del compromiso que la Universidad Veracruzana tiene con la transformación de las condiciones de vida de nuestro pueblo.
