- Presentó en este recinto su publicación más reciente: Largas filas de gente rara
- Se trata de la segunda colección de cuentos de su autoría, donde el hilo conductor son escritores, y el propósito es exhibir que son “exactamente igual que todo el mundo”
Largas filas de gente rara se presentó el sábado 27 de abril en la Galería de Artes Plásticas de la Unidad de Artes.
Karina de la Paz Reyes
Para el joven escritor coahuilense Luis Jorge Boone, quien ha obtenido los premios nacionales de Cuento “Inés Arredondo” 2005 y de Poesía “Salvador Gallardo Dávalos” 2004 y “Clemencia Isaura” 2006, la Feria Internacional de Libro Universitario (FILU) de la Universidad Veracruzana es de las más vivas del país y está en vías de crecimiento.
“Ésta es una de las ferias a la que más me gusta asistir, porque es una feria viva que siempre está creciendo”, expresó en la presentación de su más reciente libro Largas filas de gente rara.
En la exhibición de esta obra en tierras veracruzanas –su segunda colección de cuentos–, lo acompañaron los también jóvenes literatos Diego Armando Lima y César Silva.
El primero comentó que la escritura de Boone está bendecida por el humor, y que los 11 cuentos que integran Largas filas de gente rara hacen de la ironía una forma de la expresión literaria.
En esta obra, los personajes se someten a una dinámica de espionaje que descubre la vida cotidiana de los escritores, cómo suplantan la vida de los otros, viven de los sueños y de la imaginación.
En su intervención, Silva destacó las virtudes de la obra y cuestionó al autor por qué los personajes centrales son escritores y no albañiles, maestros de escuela, funcionarios de gobierno.
A los que Luis Jorge Boone respondió que en su infancia, cuando se inició en el mundo de la literatura, veía a los escritores como celestiales y sabios a ultranza, cuando creció entendió que son iguales al gremio de los médicos, mecánicos, ingenieros, entre otros, y lo único que los diferencia es que su materia de trabajo es el lenguaje.
“Con esto lo que yo quería era quitar todas estas distancias, todos estos malos entendidos, y decir que los escritores son gente como todos, que si nos acercamos a ellos son exactamente como nosotros, son comunes y corrientes, tienen que pagar el gas, el agua. Pita el camión de la basura y tienen que dejar de hacer el verso pata tirar la basura. Algunos tienen hijos que llevar a la escuela, otros tienen que pagar manutenciones. Todos vivimos en el mismo mundo.”
La conclusión de Boone es que a la distancia, todos somos gente rara.
