– Una selección de sus obras integra la muestra Encuentro de 3pintores, que se presenta en la Galería Universitaria

En medio de los grandes problemas económicos, políticos y sociales, el arte permite encontrar un espacio para la reflexión, el autoconocimiento y la introspección, ayudando a plantear soluciones para el mejoramiento de la sociedad, por eso es importante seguir haciendo, viendo y consumiendo arte en el siglo XXI, coincidieron Laura Quintanilla, Agustín Castro y Agustín Portillo, cuyas obras integran la muestra Encuentro de 3pintores, que se presenta actualmente en la Galería Universitaria Ramón Alva de la Canal.

         Laura Quintanilla sostuvo que incluso propuestas artísticas como su obra, que está ampliamente relacionada a los sueños y la memoria, pueden servir para la reflexión de los problemas sociales.

“Ver una pintura es como abrir un libro, cada persona tiene un código de vida con el que interpreta las experiencias; es su realidad personal la que le lleva a interpretar un cuadro de una u otra forma, y esto nos puede llevar a reflexionar sobre nosotros mismos o sobre nuestro entorno social y ayudarnos a partir del autoconocimiento para plantearnos maneras de solucionar los problemas que vivimos cotidianamente”.

         A su vez Agustín Portillo, quien manifiesta en su obra una abierta influencia expresionista y pop, sostiene que empleando una imagen fotográfica tomada por otra persona es posible hacer una revisión de la realidad, como una oportunidad de ampliar la sensibilidad al entender la mirada del otro.

         “En las piezas que se muestran empleé como base fotografías tomadas en diversas celebraciones por otras personas, al reconstruir estas imágenes haciendo una distorsión de la realidad con un tratamiento más cercano a las imágenes de cómic, me interesa plantear una crítica de manera lúdica, propiciando un cuestionamiento sobre cómo ven los otros la realidad y cómo entenderla, apreciando y comprendiendo esta mirada ajena”.

         En su muestra, Agustín Castro presenta dos series de pinturas, en la primera explora la anécdota de personas comunes a quienes se retrató en momentos cotidianos, y la segunda serie es una evocación a los sentidos a través de la degustación del vino, con cuatro piezas a partir de una paráfrasis del cuadro de Los borrachos de Velázquez.

“El retrato siempre nos lleva a una reflexión sobre el personaje presentado; al presentar momentos cotidianos, permite una identificación más amplia a momentos de la vida del espectador; así, cada observador se apropia de la imagen mediante sus circunstancias, lo que permite explorar nuevas lecturas de la obra artística”, afirmó.