Año 3 • No. 98 • abril 7 de 2003
Xalapa • Veracruz • México
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Estudiantes de Tuxpan realizaron investigación en el Buque-Escuela
de la UNAM

Tres halcones se hacen a la mar

Anabel Guillén

Los estudiantes pasaron más de dos semanas a bordo de este Buque-Escuela coadyuvando en labores de investigación.
Poza Rica, Ver.- Bien dicen que un buen amigo es mejor que un buen tesoro, y uno de esos amigos de José Valdez Zenil, catedrático de la Facultad de Biología de Tuxpan, es César Flores Coto, quien a su vez es investigador de la Facultad de Ciencias de la UNAM. Él fue el enlace que facilitó que tres alumnos del sexto semestre de Biología fueran beneficiados con becas para realizar investigación en altamar a bordo del Buque-Escuela “Justo Sierra”, perteneciente a la UNAM, del 18 de febrero al 6 de marzo de 2003.

“Fue una experiencia inolvidable y de aprendizaje de muy alto nivel”, dijeron Martín Ruiz Mendoza, Ubaldo Román Hernández y Ariel Rodríguez Soto, quienes sin dudar ni un momento aceptaron abordar el barco que los llevaría a una de las experiencias más significativas en su formación profesional.

Durante su estancia en el Buque-Escuela fueron elevados a la categoría de investigadores, es decir, coadyuvaron en todas las actividades que se desarrollaron durante la Campaña “Promebio-7”, junto con otros alumnos de la UNAMy de la UAM Xochimilco.


Los estudiantes participaron en la Campaña
“Promebio-7”, un proyecto de investigación sobre
mecanismos biológicos.
La Campaña “Promebio-7” es un proyecto de investigación sobre mecanismos biológicos en la zona sur del Golfo de México, explicó Ubaldo Román Hernández, con el que se llevaron a cabo monitoreos desde Yucatán hasta Coatzacoalcos: “Retomamos aspectos de fitoplancton, zooplancton, muestras de materia orgánica que se encuentra en el agua, muestras de sedimento, y pusimos en práctica lo que aprendimos sobre cómo medir la temperatura del agua, la dirección del viento, ubicación por coordenadas”.

Comentó que los tres halcones se enfocaron al aspecto del zooplancton, armaron mecanismos, colocaron redes, analizaron datos de la bitácora y diferentes muestras, entre otras muchas actividades de apoyo en el buque: “Jamás nos quedamos sentados, lo esencial era aprender todo lo que se pudiera”, aseguraron.
Los estudiantes visitaron durante 16 días diversos
puntos en litorales del Golfo de México

Los tres estudiantes fueron elevados a la categoría de investigadores.
Pese a que dijeron que embarcarse les provocó mareos y malestar estomacal, los estudiantes disfrutaron del viaje y de la investigación: “Tuvimos avistamiento de delfines y otras especies. Aprendimos de todo y de todos, la convivencia con los demás investigadores y con la tripulación del barco también nos hizo crecer, tanto profesional como personalmente”, aseguró Martín Ruiz Mendoza.

Agregó que la experiencia fue muy importante para su carrera y sin duda un gran aporte a los estudios que ahora cursan: “Una de las cosas que más gustó es que se nos asignaron responsabilidades, trabajábamos ocho
horas y descansábamos ocho, y así sucesivamente; desarrollamos diversas actividades en cada estación y aprendimos de todo. Personalmente, me siento muy agradecido porque sé que somos los primeros en tener la oportunidad de abordar un buque-escuela y siento que al aprovecharla al máximo correspondimos a tal distinción”.

Respecto al viaje, Ariel Rodríguez Soto comentó que en el buque visitaron mares territoriales de Campeche, Tabasco y Yucatán, especialmente el cañón de Campeche.

Durante el recorrido tuvieron un avistamiento de delfines.
Por su parte, José Valdez Zenil, maestro de los muchachos, comentó que los jóvenes fueron “muy afortunados al haber realizado este viaje, pues siempre ha sido mi interés que los alumnos aprendan más allá de las aulas, más allá de las prácticas tradicionales”. Añadió que esta oportunidad fue importante por su trascendencia y porque ellos son los primeros en abordar un buque escuela en toda la Universidad Veracruzana.

“Puedo decir que los investigadores de la UNAM son excelentes, pero estamos a la par de ellos, ni más ni menos, aunque siempre hay algo que aprender, porque cuando estamos en el mar prácticamente no somos nada, nos volvemos entonces una gran familia. Como su maestro, me interesa su formación, que tengan las oportunidades que nosotros no tuvimos y sobretodo, que las aprovechen”, puntualizó.

El Buque-Escuela “Justo Sierra” pertenece a la UNAM, es una nave de altura de más de 800 toneladas, equipada con laboratorios de alta precisión, radares, computadoras, congeladores para conservación de muestras, y con todo lo necesario para hacer travesías hasta de 32 días.

Guillermo del Ángel Román, capitán del barco, comentó que el Buque-Escuela “Justo Sierra” es un barco multidisciplinario, diseñado expresamente para la investigación. Dijo que en México sólo hay dos, éste en el Atlántico y el otro es el “Puma”, que surca los mares del Pacífico; ambos son de la unam y pueden ir desde cualquier punto de los litorales mexicanos hasta el extremo de Sudamérica, aunque no deben cruzar al océano opuesto.

Añadió que le agradó que los estudiantes de la UV abordaran el buque, ya que nunca habían tenido investigadores de nuestra casa de estudios, lo cual sienta un precedente para que en el futuro se promueva el beneficio de la obtención de becas entre los universitarios y aprovechen toda esta tecnología al servicio de la investigación.

Si desean contactarse con alguno de los estudiantes o con su profesor pueden escribir a los siguientes correos electrónicos: jvaldez@uv.mx y valzenil@prodigy.net.mx.