|
|
|
Infancia
y vida con
MONTERROSO
Magali Velasco Vargas |
Cuando
desperté, Augusto Monterroso ya no estaba allí, más
bien allá, en México. En la mañana del domingo
9 de febrero, leí un cuento de Eraclio Zepeda: De la marimba
al son. Reconstruía en la mente la calidez del clima, los
aromas, los rostros, el ritmo del son chiapaneco, así como
la historia de ese instrumento fantástico que es la marimba.
Ya casi al final del cuento, me encontré con un pasaje que
me hizo reír:
Atrás
de los bailarines venía un grupo de negritos pastoreando
a los peligüeyes aquellos que formaban un gran rebaño:
carneros, corderas, corderitos, ovejas. Entre ellas venía
una, una sola, de color negro. Por cierto la compró don Augusto
Monterroso, caballero muy conocido en Guatemala, que por aquellos
días viajaba de regreso a su tierra después de un
exilio de varios años. Él se llevó la oveja
negra: para algo bueno la habrá destinado.1 |
Augusto
Monterroso. |
Dos horas más tarde me enteré,
primero en un periódico italiano y después en la página
de Internet de La Jornada, que aquel caballero muy conocido no sólo
en Guatemala y en México, sino en gran parte de este planeta,
se había marchado la noche del viernes.
Desde este punto del continente Europeo, en un invierno que no da
tregua, el recuerdo del escritor vino claro a mi mente. Agradezco
haberlo conocido –de lejos– en aquel homenaje que le
rindió la Universidad Veracruzana y el Instituto de Investigaciones
Lingüístico-Literarias en Xalapa. Lo escuché
hablar: sencillo y breve, fuerte, claro e inolvidable, tal como
su literatura. Siento una opresión, es como la sensación
de orfandad, sin embargo me conforto porque sé que ahí
están sus libros y que pronto habrán más (como
anunció la editorial Alfaguara).
Quienes leímos las fábulas y los cuentos de Monterroso
cuando éramos niños, concordaremos en una idea: Ni
la vaca, ni la oveja, y mucho menos el dinosaurio se irán
nunca más de aquí. Si acaso el único que tiene
derecho a comprar y llevarse a la oveja negra, será aquel
que ahora regresa a su tierra después de un largo exilio,
como bien lo vaticinó Zepeda. Milano, 9 de febrero, 2003.
1.
Zepeda, Eraclio, “De la marimba al son”, en: Andando
el tiempo, México, Martín Casillas/Fonapas., 1982,
pp. 105-132. |
|
|
|
|