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Por
una cultura del ADN: Alfonso Luna Vásquez
Utilizan genética forense para identificar
a desaparecidos
Irma Villa
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La
genética forense lo mismo permite la identificación
de un ser vivo que de uno muerto. Se auxilia con la metodología
de la herencia a través del análisis de muestras de
sangre, piel, pelo, hueso, saliva o semen, con lo que se logra un
perfil genético del tipo alfanumérico, informó
el químico Alfonso Luna Vásquez.
Fue abordado antes de dictar la conferencia “Un campo atractivo
de la genética en el área forense”, ofrecida
a estudiantes de farmacia como parte de los festejos por el XXV
Aniversario de la Facultad de Química Farmacéutica
Biológica. |
Dijo
que en el mundo ya se han instalado laboratorios que se están
acreditando y que difunden la cultura del adn, incluido nuestro
país, donde existen siete, aunque lamentó que por
el desconocimiento del área no haya homogenización
en el trabajo que se realiza en dichos laboratorios.
Explicó que cuando un menor desaparece por años, algunos
de sus razgos cambian pero su genética no sufre transformación:
“lo único que va a cambiar es el fenotipo, pero su
información genética sigue igual”.
Hizo hincapié en este punto porque es común que los
familiares de personas desaparecidas aseguren haber encontrado a
sus familiares porque encuentran a alguien que se parece a alguno
de ellos, aunque no tengan ningún fundamento para avalarlo,
en cambio, al utilizar las técnicas de genética forense
se puede llegar a establecer el parentesco, puesto que la genética
toma principalmente la metodología de la herencia. |
“Lo
mismo sucede en una violación. Un violador deja sus muestras
y con eso se determina un origen biológico”, acotó
el también maestro en ciencias por el Instituto Nacional
de Ciencias Penales.
Por ello es que la genética forense lo mismo permite la identificación
de un ser vivo que de uno muerto: “cuando hablamos de forense
inmediatamente lo relacionamos con los occisos, con cadáveres,
pero no, puesto que esto es una aplicación del gobierno que
tiene la obligación de establecer sistemas de identificación.
Actualmente está en boga la desaparición y raptos
de niños, y hay que implantar un mecanismo para |
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porque uno los puede encontrar a los 10 ó 15 años,
pero no se puede asegurar que son los que desaparecieron”,
aseguró.
En México, la genética forense ya se usa para reconocer
a desaparecidos, afirmó Luna Vásquez. “Se está
trabajando desde 1991 en la Ciudad de México, que es donde
se instaló el primer laboratorio, y así se han diseminado
otros donde también se han retomado las técnicas de
genética forense para poder llevar a cabo un proceso de identificación”.
Abundó que también se aplican en el FBI, en el Scotland
Yard, en La Suretè de Paris, en la Real Policía de
Canadá, en Japón y en Rusia.
Por ello, se pronunció por una cultura del adn para que la
población conozca las ventajas de que exista un banco de
datos de perfiles genéticos: “el ADN es un patrón
de números. Si encuentro un patrón de números
tiene que encajar con la persona que lo posea. No me va a decir
más allá de eso y la gente tiene otro tipo de información
y dice ‘¡No, porque me van a desnudar enfrente de todos!’
y no es cierto. Hasta ahora no se desnuda a nadie, sino al contrario,
se perfila para poder contribuir a lo que es una identificación”,
relató.
Abundó que “la sociedad debe entender y saber que es
nuestra responsabilidad poder ayudarle, por lo que es necesario
establecer un mecanismo desde la hora del alumbramiento que permita
obtener una muestra del menor y de la mamá, para ir archivandolo
y que en el futuro sea una ventaja tenerlo”. Esto lo dice
por la enorme cantidad de niños que en el país son
raptados y las familias están completamente desprotegidas.
En cuanto a las desventajas de contar con un banco de genotipos,
refirió que se debe legislar. “Es claro que la gente
no va a dar así su muestra porque sí. Países
como Argentina, Chile, Panamá y Perú tienen un proyecto
de ley para aprobar la aplicación del ADN”.
Así, el campo del área de la genética forense
es extenso y los muchachos de QFB, los médicos y los biólogos
tienen mucho que contribuir en la materia, concluyó. |
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