Año 2 • No. 62 • mayo 20 de 2002 Xalapa • Veracruz • México
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  A falta de pan...
Le costume de Peter Brook
¡se presenta… en la tele!
Roberto Benítez Contreras (Facultad de Teatro)
El próximo viernes 24 de mayo a las 23 horas, será trasmitido por el canal 22, la puesta en escena Le costume (El traje), que figuró entre los espectáculos más importantes del xviii Festival del Centro Histórico de la ciudad de México. Con “bombo y platillo” pero en brevísima temporada este montaje se presentó en el Teatro Jiménez Rueda del 9 al 12 de abril, creando una gran expectación entre el publico pero muy especialmente entre “la gente de teatro” ya que significaba tener la oportunidad de “ver qué es lo que traía el Maestro”. Recordemos que la última vez que estuvo en México fue en 1979 con el montaje de Ubu Rey y de eso…, pues ya llovió.
Peter Brook (Londres, 1925), proveniente de una familia ruso-judía es considerado en todo el mundo, uno de los más valiosos e imprevisibles teóricos y directores de teatro del siglo xx. En 1968 después de una brillante carrera como director en Inglaterra, inició en París un taller de actuación y dirección con participantes de distintas etnias, así dio comienzo el Centro Internacional de Investigación Teatral, instalado desde 1974 en el Theatre Bouffes du Nord. Después de experimentar con personas de diferentes orígenes, muchas de ellas no profesionales de la actuación y que no tenían siquiera una misma lengua en común, Brook sintió que había llegado el momento de probar con públicos no tradicionales, por lo que viajó con sus actores por Asia y África sorprendiendo a los desprevenidos pobladores con sus actuaciones. De tal modo, este director mostró cómo era capaz de buscar y aprender con extraordinaria sencillez de las distantes geografías y, simultáneamente, en los rincones más intrincados del alma humana.
“Somos lo que somos. Nacimos como somos y seguimos impulsos que nos resulta imposible comprender. Cuando se experimenta la necesidad de comprender es imposible no convertimos en buscadores”, nos dice Brook quien a sus 77 años prosigue su búsqueda.
Le costume trata de una historia de adulterio, perdón, castigo y amor evocando la comedia, el drama y la fantasía: un fragmento de vida. Ubicado en Sudáfrica durante la época del apartheid, la anécdota nos relata la triste historia de Philemon y Matilda, protagonistas de la obra que comienza con humor e ironía y termina con terrible crueldad.
Sin ningún motivo aparente Matilda, una mujer casada con un hombre que la adora como a nadie, empieza a desear otra vida. Esa necesidad la lleva a ser infiel hasta que Philemon, su esposo, la encuentra en la cama con otro. Después de ello, el rastro del adulterio se representa a través de un traje con el cual Philemon se vengará de su esposa Matilda obligándola a convivir con éste como si fuera un invitado permanente en su hogar. Entre los esposos hay un problema de incomunicación. Él trata de hacer todo para ella, pero ella no se siente bien aunque lo ama profundamente, no obstante, mientras hacen el amor él la adora y ella piensa en otro.
Sobre Le Costume la crítica ha señalado que parece un teatro ingenuo, inocente, muy sencillo, lo que suele etiquetarse como “naif”, para algunos resulta hasta simpático, pero con una anécdota desgarradora. Quizá esta apreciación de simplicidad se derive del hecho de que la obra se viste con una escenografía mínima, con la cual este acucioso director muestra cómo dentro de la vida cotidiana se esconden las peores atrocidades, en un tono que para cierto público implica una situación cómica, pero no lo es. Todo con una sencillez que parte de una situación universal a otra totalmente específica, sin artificios, hablando de las cosas reales y verdaderas de la vida.
La compañía francesa Bouffes du Nord es la encargada de presentar esta puesta en escena en una adaptación de la novela de Can Themba elaborada por Marie-Hélene Estiene, y con las actuaciones de Karen Aldridge, Isaac Koundé, Hassane Kouyaté y Tony Mpoudja.
Ciertamente el presenciar en directo una puesta en escena no es equiparable a hacerlo a través de un aparato televisivo, jamás será lo mismo. Sin embargo, a no ser que el lector tenga la intención de perseguir a Brook y su espectáculo por algún lugar del mundo, podrá verlo el 24 de mayo por la tele. Ni modo... a falta de pan, tortillas.