Año 6 • No. 254 • enero 22 de 2006 Xalapa • Veracruz • México
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Al menos seis mil niños se queman al año

Dunia Salas Rivera
En Xalapa, 60 por ciento de pacientes presentan quemaduras por escaldaduras; 25 por ciento, por electricidad y 10 por ciento, por fuego

Luis Daniel Bueno Flores, adscrito a la Unidad de Quemados del Hospital Regional “Dr. Luis F. Nachón”, dijo que el enfermero tiene que brindar cordialidad y confianza al paciente
De una población de más de 100 millones de personas, al menos seis mil niños se queman al año en México, y aunque pareciera una cantidad reducida, hay que considerar que muchos incidentes no se reportan, pues en la mayoría de las ocasiones se les atiende con remedios caseros, informó Luis Daniel Bueno Flores durante la conferencia “Atención de enfermería en pacientes quemados”.

En el marco de la celebración del Día Nacional del Profesional de la Enfermería en la Unidad de Ciencias de la Salud de la Universidad Veracruzana (UV), el enfermero adscrito a la Unidad de Quemados del Hospital Regional “Dr. Luis F. Nachón”, de Xalapa, dijo que el 60 por ciento de los pacientes que llegan a este servicio médico presentan quemaduras por escaldaduras, el 25 por ciento se trata de quemaduras por electricidad, el 10 por ciento, por fuego y un cinco por ciento por otras causas.
Bueno Flores definió la quemadura como “toda lesión accidental, fundamentalmente de la piel y tejidos subepidérmicos, que puede ser producida por el calor, substancias químicas o electricidad”; y enfatizó en que lo terrible de este tipo de accidentes es que repercuten tanto en el plano físico de la persona como en el psicológico.

De ahí que la atención especializada deba ser inmediata, añadió, y que se deban evitar los remedios caseros, como lociones, pasta de dientes, clara de huevo, aceites o pomadas porque pueden complicar más la lesión y profundizarla.
“Lo único que se debe hacer es colocar suficiente agua fría. Esto hace que el calor que se está produciendo en la piel no se profundice sino que se libere y así se evita una quemadura más grave, de segundo o tercer grado. Se debe llevar de inmediato al paciente a la unidad médica más cercana e iniciar el tratamiento indicado”, informó.

Luis Daniel Bueno explicó que al ser el enfermero la primera persona con quien tiene contacto un paciente le tiene que brindar cordialidad y confianza: “La atención verbal es fundamental. Los enfermos vienen en un estado depresivo del que, si no les damos la confianza, difícilmente van a salir. Debemos decirles que sus quemaduras, aunque son graves, con una buena terapia tienen posibilidad de restablecerse. El tratamiento va aunado con los cuidados y los analgésicos”.

La experiencia de un paciente quemado de por sí es traumática, por lo que el proceso de rehabilitación debe ser lo menos doloroso posible: “Los enfermeros recibimos al paciente en el cuarto de shock del área de urgencias, donde debemos tener todo nuestro material listo para evitar que se sigan profundizando las lesiones, posteriormente le quitamos la ropa, le colocamos algún fomento frío, lo estabilizamos emocionalmente y, según el accidente que haya tenido, iniciamos inmediatamente el tratamiento”.

Bueno Flores comentó que en esta etapa el papel del enfermero es decisivo: “Para hacer sentir mejor al paciente, el profesional debe decirle que va a sanar, que el tratamiento es efectivo y que no va a durar mucho. Lo que necesita es saber que va a estar bien porque está en buenas manos”.

Desafortunadamente, añadió, muchos pacientes tienen una mala imagen del enfermero: “Por eso debemos ser confiables con ellos, darles la mano, apoyar en lo más que se pueda, tanto a ellos como a sus familiares, para que puedan recuperarse y reintegrarse a sus actividades”.

Muchas veces, lamentó, “los mismos enfermeros estamos degradando nuestra profesión puesto que no estamos dando lo mejor de nosotros. De nuestro desempeño depende que los pacientes se salven, por eso lo que tenemos que hacer es ponernos en su lugar para darles la mejor atención”.