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Edgar
Onofre Fotos: Carlos Cano |
| “No
están abandonadas a su suerte, sino sometidas” a las
disposiciones que acompañan al financiamiento restringido:
Suárez Díaz |
Expertos
en educación superior de la Universidad Veracruzana (UV) coincidieron
en que el futuro de las universidades en México apunta hacia
reforzar valores sociales como la democracia y sus principales derivados,
ampliar la cobertura y la calidad de sus cuadros académicos
e incorporarse de lleno a la agenda de prioridades nacionales.
Miguel Ángel Casillas, director del Instituto de Investigaciones
en Educación (IIE), aseguró que “las universidades
deben asumir las exigencias de su ciudadanía (fortaleciendo
una cultura de la democracia), las necesidades económicas (innovando
y desarrollando tecnologías propias, diseñando nuevas
maneras de producción menos contaminantes y con mayor integración
social) y las necesidades sociales (analizando críticamente
la evolución social y buscando mayor igualdad entre los grupos).
En este sentido, Consuelo Ocampo Cano, académica de la Facultad
de Pedagogía, añadió que uno de los retos principales
es la democratización de su vida interna: “Es decir,
democratizar la conformación de sus órganos de toma
de decisiones y los procesos mismos para la toma de dichas decisiones,
así como trasparentar estos procesos y el manejo y distribución
de sus recursos financieros”. Además, dijo, las universidades
debieran enfocarse a incrementar sustancialmente la oferta de educación
superior para disminuir el rezago que se tiene al respecto en comparación
con los países desarrollados. |
Miguel
Angel Casillas. |
Consuelo
Ocampo. |
José
Luis Suárez. |
Por
su parte, Alfredo Zavaleta Betancourt, especialista del Instituto
de Investigaciones Histórico-Sociales (IIH-S), añadió
que uno de los pendientes prioritarios es la construcción de
conocimiento con sentido práctico. Sin embargo, advirtió
que “la universidad pública no puede confundirse con
una consultoría o una oficina de servicios por encargo”.
El director de la Facultad de Pedagogía, Susano Malpica, se
pronunció a favor de dirigir esfuerzos hacia la capacitación
y actualización profesional de la plantilla docente y hacia
la vinculación entre instituciones de educación superior
nacionales e internacionales para el establecimiento de redes de cooperación,
intercambio, con mejores resultados.
Jose Luis Suárez Díaz, coordinador de Tutorías
en la UV, dijo que la universidad “es espacio académico
pero también agente socioeconómico”, en consideración
a que ellas conforman el espacio para pensar y repensar los viejos
y nuevos problemas que emergen en el contexto de las necesidades de
desarrollo de un país. Añadió, que se debe contribuir
a la consolidación de valores como la vida democrática,
la justicia, la igualdad, la libertad, entre otros, todos ellos necesarios
para el desarrollo social: “Por lo tanto, la universidad no
sólo es agente socioeconómico, sino social y cultural”.
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Alfredo
Zavaleta. |
La universidad no sólo
es agente socioeconómico, sino social y cultural: José
Luis Suárez Díaz
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Susano
Malpica. |
| La
Universidad no ha sido prioridad de la política |
Para
Miguel Ángel Casillas, la clase política de ninguna
manera defiende con encono ni a la universidad, ni a la ciencia, ni
mucho menos a la cultura. “Basta recordar cuántas menciones
hubo durante la reciente campaña electoral sobre estos temas,
para darnos cuenta de la importancia que tiene para la clase política
este tipo de cuestiones”, explicó.
“La educación superior pública no ha sido en los
últimos 15 años una prioridad para los gobiernos del
PRI ni para los del PAN. Los financiamientos se han estancado y los
nuevos financiamientos extraordinarios están sujetos a condicionamientos
que violentan la vida interna de las instituciones, son efímeros
y no necesariamente corresponden con las necesidades de las universidades”,
añadió.
Consuelo Ocampo coincidió en que “a partir de que se
instauran en nuestro país las políticas neoliberales
se ha desdeñado y maltratado a las universidades públicas,
favoreciendo la privatización de la educación superior”.
Desde su punto de vista, se ha pretendido “justificar”
el menosprecio hacia la educación superior pública.
Al respecto, Zavaleta Betancourt explicó que “la próxima
reforma universitaria debe pensarse como parte de una reforma más
amplia del estado y los estilos gubernamentales y cómo un debate
público para el diseño de políticas públicas
co-rresponsables”, mientras que Susano Malpica advirtió:
“Habría que revisar, quiénes conforman la clase
política que defiende a la universidad”.
Suárez Díaz indicó que hay un desfase entre los
propósitos perseguidos por la clase política en nuestro
país y los de la Universidad. “Ésta se refiere
a ciencia, arte, cultura y tecnología, mientras que clase política
refiere a competencias, posicionamiento, búsqueda de legitimidad,
eficacia, conflictos de interés, que se traducen en ganadores
y perdedores”. |
| Universidades
a su suerte |
“Es
exagerado afirmar que han sido dejadas a su suerte, lo que es cierto
es que (sobre todo en los estados) han dejado de ser la prioridad
gubernamental”, explicó Casillas Alvarado respecto de
la aparente indefensión que las universidades públicas
padecerían en los modelos neoliberales.
Sin embargo, Ocampo Cano aseguró que “han sido en gran
medida abandonadas a su suerte con la estrechez del presupuesto que
se les asigna cada año como parte de políticas neoliberales.
Por otro lado, resulta evidente que para la derecha dominante no resulta
fundamental rescatar a las universidades públicas como a los
bancos o las carreteras, sino más bien lo contrario, están
apostando a su deterioro progresivo para favorecer el proceso de privatización
de la educación superior”.
Al respecto, Zavaleta Betancourt añadió que las universidades
han sido distorsionadas por los grupos políticos. “La
construcción y la divulgación de conocimiento científico
está cada vez más sujeta a los controles de la burocracia,
de la pertinencia, de la contabilidad inflexible de los recursos,
de los múltiples formatos para la compensación salarial,
del bloqueo de las publicaciones y los monopolios editoriales”,
entre múltiples elementos.
Suárez Díaz, sin embargo, explicó que las universidades
han incrementado su dependencia para con el estado, a través
del cumplimiento de demandas que se traducen en financiamiento: “En
ese sentido, no están abandonadas a su suerte, sino sometidas”.
En todo caso, según su opinión, es la autonomía
la que ha caído en el abandono, pues las universidades cada
vez encuentran mayores dificultades y retos para plantearse y cumplir
sus propios objetivos.
A partir de esta regulación estatal, dijo, es que las universidades
deben responder a un lenguaje de certificaciones y cumplimiento de
indicadores; en suma, a las disposiciones que acompañan al
financiamiento restringido”. |
| Universidades:
patrimonio nacional |
Respecto
de la discusión de si las universidades deben ser consideradas
o no como parte del patrimonio de la nación, Casillas Alvarado
apuntó que “hoy día representan un muy importante
bastión contra la ignorancia, el fanatismo y el pragmatismo
que tanta fuerza tienen en el discurso público”, mientras
que Consuelo Ocampo destacó “el papel crítico
que siempre han jugado para contribuir al desarrollo de relaciones
sociales más justas y democráticas entre los mexicanos”.
“Si las universidades se proponen una agenda pública,
pueden seleccionar reflexivamente las tradiciones y contribuir a la
racionalización de la vida social mediante el debate público
y las políticas eficaces”, opinó Zavaleta Betancourt,
mientras que Susano Malpica defendió que deben ser considerados
patrimonio nacional: “No sólo se constituyen en casa
de estudios para la generación y difusión de conocimientos,
sino que a través de esa riqueza cultural impactan en el desarrollo
social”, explicó.
José Luis Suárez Díaz, por otra parte, añadió
que “las universidades públicas son un patrimonio educativo,
cultural, social; históricamente se encargaron de redistribuir
el conocimiento, de convertirlo en un bien social”. En este
sentido, explicó que el valor de lo público es central
en las sociedades que se plantean libertades civiles y políticas
individuales para acompañar el desarrollo de un país.
El conocimiento es un bien público, así debe permanecer”. |
| Nuestra
Universidad, hoy |
En
el caso de la Universidad Veracruzana (UV), Casillas Alvarado explicó
que es muy significativo el actual momento que vive: “Tenemos
una gestión rectoral comprometida con una revisión a
fondo de la estructura organizacional (en términos académicos
y administrativos), con la definición de un proyecto estratégico
de transformación y con voluntad de impulsar la participación
de la comunidad universitaria para la construcción de un futuro
compartido”.
Sin embargo, esto no sucede en todo el país. Consuelo Ocampo
aseguró que en las últimas décadas las universidades
mexicanas se han visto sometidas a un fuerte proceso de burocratización:
“Se ha dado un acelerado crecimiento de sus aparatos de control
burocrático interno”, los cuales, al mismo tiempo, han
sometido las tareas académicas a las exigencias del control
burocrático. “Los aparatos administrativos de la universidad,
lejos de estar al servicio de las tareas académicas, se han
convertido en un obstáculo más que hay que enfrentar
aunado a la escasez de recursos”.
Susano Malpica explicó que es importante una nueva concepción
de formación universitaria con criterios y estrategias de funcionamiento
que contribuyan a la formación de un ciudadano con nuevas características
y competencias para su participación social. “Se ha tratado
de construir un nuevo paradigma universitario sobre las viejas estructuras
académicas, los candados que nos impone la burocracia institucional,
la figura de los contratos colectivos en la universidad y, lo que
es peor, las limitaciones que nos ofrece la planta académica
de las instituciones”.
“La universidad debe permanecer como aquella instancia que garantiza
los derechos de opinión: universidad significa universalidad,
el espacio de la crítica, de la construcción de nuevo
conocimiento, del seguimiento y análisis académico especializado
de aquellas cuestiones propias del sector social”, dijo Suárez
Díaz.
Además, señaló que la UV tiene compromisos cada
vez más serios: “Uno de ellos, quizá el más
serio de todos, es el de permanecer como la instancia que trabaja
con conocimiento, es decir, con el recurso más preciado del
hombre contemporáneo”. |
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