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Del
CIMI a la Orquesta más antigua del país
Pianista de 11 años debutará
como solista en la OSX
Gina Sotelo |
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Contando
con sólo once años de edad Marcela Cárdenas tiene
muchos motivos para sentirse orgullosa: en enero ganó el segundo
lugar en un concurso nacional de piano, terminó el quinto año
de primaria con promedio de diez, egresó del Centro de Iniciación
Musical Infantil (CIMI) y fue admitida en los primeros lugares de
la Facultad de Música. Y por si esto no fuera suficiente, fue
elegida para ser solista de la Orquesta Sinfónica de Xalapa
(OSX) el próximo mes de septiembre.
Respaldada por el CIMI, la pequeña Marcela abre la posibilidad
de que niños como ella sean solistas de una de las estrellas
de la Universidad Veracruzana (UV), su Orquesta Sinfónica.
Marcela y otros compañeritos, convocados por el maestro Carlos
Miguel Prieto, realizaron una audición para acompañar
a la Sinfónica en sus tradicionales conciertos didácticos.
Sin embargo, el desempeño de la pequeña pianista fue
tan bueno que el propio director de la Orquesta la invitó a
ser solista en uno de los conciertos de esta temporada, programado
para el mes de septiembre.
Luego de escuchar su participación, Carlos Miguel Prieto felicitó
a la niña pianista por su ejecución del segundo movimiento
del Concierto para piano y orquesta en Re mayor de Hayden. “Xalapa
en música se representa por la Orquesta Sinfónica. Esta
es una muy buena manera de foguearme pues no cualquier niño
tiene la oportunidad de tocar con esta orquesta”, dice contenta
Marcela, quien actuará con la OSX el 20, 21 y 22 de septiembre.
De enormes ojos chispeantes, Marcela empieza a labrarse un nombre
en el mundo de la música. Fue en el mes de enero cuando obtuvo
el segundo lugar en el 2º Concurso Nacional Petrof-Symphony-Pearl
River que se celebró en la ciudad de Colima. Es bueno precisar
que el primer lugar lo obtuvo otro niño del CIMI, Ricardo Vélez
Rodríguez, compañero de Marcela.
Asimismo, la pequeña tocó en abril con la Orquesta Sinfónica
Juvenil en un concierto especial del Día del niño, una
de las tantas presentaciones que le han ido dando más confianza
y seguridad frente al piano. Recientemente terminó sus estudios
en el CIMI y en agosto inicia sus clases en la Facultad de Música,
donde ocupó uno de los diez primeros lugares en una lista de
más de 50 aspirantes, entre ellos niños y adolescentes.
De actitud muy sencilla, Marcela se siente satisfecha y orgullosa
de los logros hasta ahora obtenidos, no sólo en el mundo de
la música sino en su vida personal. Estudia en la primaria
Simón Bolívar y terminó de cursar el quinto grado
con promedio de diez. Sus compositores favoritos son Mozart, Hayden
y Chopin, y –como era de esperarse– de grande quiere ser
pianista: “Para ofrecer conciertos por todo Europa y México”.
Motiva el CIMI la autosuficiencia en los niños
Tendría que existir un dicho: Detrás de un gran niño
hay un gran maestro y un gran padre. Casos como el de Marcela Cárdenas
no serían posibles sin el apoyo de sus tutores y familiares.
Así lo considera su maestra del CIMI, María Esther Vivanco.
La maestra considera que para que un pequeñín destaque
debe haber de su parte una predisposición y un trabajo en conjunto
por parte del maestro, los papás y el niño: “Ellos
son un orgullo para nosotros los maestros, que siempre trabajamos
con el mismo empeño pero a veces no hay resultados. Se tiene
que conjugar el apoyo niño-maestro-padres, de lo contrario,
difícilmente vamos a obtener resultados”, señala.
Ella, como otros maestros del CIMI, considera que el niño,
cuando siente el apoyo de sus padres, trabaja con mucha más
eficiencia, pues el apoyo de los padres significa amor, aceptación,
sacrificio y compromiso: “Se vuelven niños más
confiados, seguros y felices, y lo que queremos también es
que los papás valoren el esfuerzo y se sienta contentos con
lo que hacen sus hijos”.
La forma de trabajar de María Esther Vivanco es muy peculiar
y su prioridad es que los niños aprendan a trabajar cada vez
más solos y se vuelvan autosuficientes. Para ella, el niño
debe de poseer características especiales.
Debe haber nacido músico: “Esto no quiere decir que tome
el instrumento y ya diga algo, pero si yo le repito varias veces una
pieza y él es capaz de reproducirlo, eso a mí me dice
que él es músico. No sé –ni es importante–
cuándo lo va a sentir, pero el niño ya nació
músico y lo único que yo voy a hacer es ayudarlo a recordar
cosas que ya sabe”.
La maestra finaliza que el nacer músico significa que ella
ni siquiera le va a enseñar algo, pues ellos ya lo traen, lo
saben. Además deberá contar con algún tipo de
habilidad y, por último, “tener una cabeza que le permita
analizar, que sea funcional, receptivo y que pueda concentrarse y
no divagar”. |
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