Año 6 • No. 219 • abril 24 de 2006
Xalapa • Veracruz • México
Publicación Semanal


 Centrales

 Libros

 General

 Reportaje

 Sondeo

 Arte

 
 Deportes

 Contraportada


 Números Anteriores


 Créditos

 

Ya son 500 en el Club de Cuates
Los niños nos ayudan a ver el Museo de otra manera: directora del MAX
Gina Sotelo

Con una gran verbena en la que habrá grandes sorpresas, artistas invitados, magia y color, el Museo de Antropología de Xalapa (MAX) festejará este domingo 30 de abril a su público mayoritario: los niños. Desde las 10:00 horas las puertas del museo se abrirán para recibir no sólo a sus cuates, sino al público en general.

Este mes el MAX tiene muchos motivos para celebrar, entre ellos, que ya cuenta con 500 pequeñines inscritos en su club Los cuates del MAX que, por cierto, ya cumplió ocho meses de permanencia, y va por más. Estos niños de entre uno y 16 años son provenientes de escuelas públicas y privadas de una gran variedad de colonias en Xalapa como el Centro, Progreso, Ánimas, Lucas Martín, Las trancas y EL Sumidero.

Sara Ladrón de Guevara –directora del MAX– se siente orgullosa de lo que ella llama un “museo vivo”, que cada semana recibe a sus cuates: “El hecho de que los niños se inscriban al club les da un sentido de pertenencia. Ellos esperan ansiosos a que llegue el domingo; de hecho se han dado casos en los que por vacaciones no abrimos y los vigilantes nos dicen que los niños que llegan lloran porque no hubo actividad”.

Este domingo el MAX festejará a su público mayoritario, que son los niños en su día. Desde las 10:00 horas las puertas del museo se abrirán para recibir no sólo a sus cuates, sino al público en general.

El programa de los cuates se ha convertido ya en una experiencia familiar en un muy agradable espacio propicio para la recreación y la cultura y que, además de ser un evento exitoso, está despertando vocaciones: “Ya tenemos a niños que quieren ser arqueólogos. Nos ha pasado también que los niños y sus papás han visitado sitios como el Tajín y son sus hijos los que les explican los nombres de los elementos arquitectónicos o de los dioses, información que aprendieron con nosotros”.

El cariño que se establece para la institución, el despertarles otros intereses y sembrarles la semilla del conocimiento entusiasma a la directora, quien además menciona que, como adultos, nosotros tenemos mucho que aprender de los niños: “Los niños nos enseñan a ver el museo de otra manera. Hemos reconocido que nuestro museo no está preparado para recibirlos como se merecen. Los letreros y las piezas están a un nivel elevado a su línea visual, porque no pensamos en los espectadores chiquitos. Y esto es algo que ya estamos revisando en términos museográficos, pues el público infantil es sumamente importante y debemos adecuar nuestros discursos para ellos”.
Carlos R. Cruz Florencia es el coordinador de servicios educativos del MAX y responsable del Club de Cuates. Él reinventa con su staff el programa cada domingo para hacerlo siempre divertido y educativo: “Aquí todos hacemos uso de nuestra creatividad, planeamos imaginando qué va a ser entretenido. A veces pintan, corren, hacen máscaras, interactúan con animales vivos, modelan barro, se convierten en detectives, hacen papel picado y ellos siempre reaccionan muy bien y con entusiasmo”.
A los cuates les encantan las cabezas colosales, las caritas sonrientes y las cihuateteotl, piezas de valor cultural incalculable que conocen por sus libros de texto. Por eso Carlos y su equipo tratan de mostrar piezas que son poco conocidas: “Ellos no llegan en blanco, por lo que tratamos de que vean otras de las riquezas del museo”.

Así que la invitación está hecha y no hay pretexto para faltar al gran festival del día del niño en el MAX.
Partiendo de que no se ama lo que no se conoce, los cuates domingo a domingo hacen recorridos por las salas y tienen un sin fin de actividades en el bosquecito
al aire libre.

El museo se vuelve de ellos, quienes se convierten en los guardianes de su cultura al adquirir conciencia del patrimonio arqueológico que los resguarda.