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La
carencia de una constitución imposibilita el reto
Falta de información impide unificar a la comunidad europea
Alma Espinosa |
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de 50 años de que nació la iniciativa para conformar
la Unión Europea (UE), aún no se logran acuerdos trascendentales
como una constitución y esto se debe a que los habitantes no
cuentan con información suficiente para conocer los efectos
que podrían causar determinadas medidas en sus países
y en la comunidad del Viejo Continente, aseguró Francesc Morata
Tierra, académico de la Universidad Autónoma de Barcelona. |
Francesc
Morata Tierra, de la Universidad Autónoma de Barcelona.
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Invitado
por el cuerpo académico del Instituto de Investigaciones y
Estudios Superiores, Económicos y Sociales (IIESES) de la Universidad
Veracruzana (UV), Francesc Morata explicó que la constitución
de la UE no es igual que la de los estados, por lo que surge una ambigüedad
entre la población.
“Es un tratado que adopta la forma de una constitución
porque se refiere al reparto de las competencias entre los distintos
niveles de gobierno, derechos fundamentales, instituciones, políticas,
etcétera El proceso de integración de la UE ha sido
siempre muy elitista porque se negocia entre gobiernos y la población
siempre se ha quedado al margen de las decisiones”, asentó.
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Por lo anterior, dijo, cuando se le pide a los ciudadanos que se pronuncien
lo hacen basándose en problemas de sus países. Esto
indica que se debe informar a la gente para que se logre un debate
democrático, integral. “Que la población sepa
lo que está en juego en esos momentos y lo que se puede conseguir
con una Unión Europea reforzada”, expresó.
El director del Centro de Documentación Europea de la casa
de estudios de Barcelona asintió que actualmente no existe
un consenso de cómo llegar a un acuerdo para la constitución,
tampoco si para ello se requerirá de más referendos.
Indicó que se tenía previsto que en noviembre del 2006
la mayor parte de estados habrían ratificado el documento.
Empero, Francia es el gran problema en estos momentos y no podrá
haber algún cambio hasta las próximas elecciones presidenciales
en el país galo, que se realizarán en mayo de 2007.
Entonces, la UE depende de que los países resuelvan, primero,
los problemas internos, para que, posteriormente, solucionen los conflictos
a nivel europeo. Este es el precio que hay que pagar por no disponer
aún de un sistema político propio y más autónomo
de los estados, señaló.
En su ponencia “Situación actual del proceso de integración
europea”, ofrecida en el auditorio de la Facultad de Economía
de la UV, Morata Tierra comentó que la reciente incorporación
de 10 estados produjo cambios porque existe mayor heterogeneidad cultural,
diferencias económicas y políticas, así como
más habitantes. Esto se incrementa por países que tienen
niveles de desarrollo más bajo, como es el caso de los países
del este.
Los países que ingresarán en el 2007 están en
una situación parecida o aún peor que los que entraron
recientemente. La disimilitud entre los países provoca que
el funcionamiento de las instituciones cambie y que se tengan que
hacer políticas adecuadas para estos países. Esto hace
que, a veces, se pierdan las perspectivas del proyecto común.
Al hablar de países con menores ingresos y su incidencia en
la economía de la UE, el ponente dijo que en cierto sentido
es positivo porque se amplía el mercado y ese es justamente
uno de los objetivos de tener un mercado integrado. Por otra parte,
destacó, requiere esfuerzos para disminuir las disparidades
territoriales y esto sólo puede hacerse a través de
una política de cohesión.
Actualmente en la UE actúan fuerzas contradictorias que tienen
paralizado el proyecto de la constitución que, si bien no propone
ideas revolucionarias, sí podrían contribuir a resolver
algunos problemas que se viven. Por un lado están los países
que presionan, como España que aprobó mediante referendo
la propuesta, pero países como Francia y Holanda no han dado
su visto bueno, y está el caso de este último que ha
postergado la aprobación al no ver claramente los beneficios. |
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