Tuxpan,
Ver.- Una útil alternativa ante el grave problema de la
contaminación por agroquímicos en el campo resulta el
programa de Manejo Integrado de Plagas (MIP) desarrollado por la Facultad
de Agronomía de la Universidad Veracruzana (UV) para combatir
daños a los cultivos de sandía.
El programa se ha realizado en coordinación con productores
de la región norte del estado y, según explicó
el académico Alfredo González, “se trata de un
proyecto estratégico para combatir las plagas y las enfermedades
que éstas ocasionan y que afectan la sandía, tales como:
gusano soldado (Spodoptera exigua), chicharrita (Empoasca spp), mosquita
blanca (Trialeurodes vaporariorum) o pulga saltona (Epitrix spp),
las cuales representan importantes pérdidas económicas
para los productores”, añadió.
Lo significativo del MIP es que se basa en agentes naturales y tiene
la misma eficacia que los productos químicos, pero sin ocasionar
daños en el ambiente: “Estudiamos y seleccionamos patógenos
(agentes que producen enfermedades), como microorganismos de hongos,
virus, fitoplasmas o bacterias y, a partir de ahí, aplicamos
los productos manejando el control biológico específico
para cada plaga”.
Esto es, regulan las poblaciones de plagas a partir de las interacciones
antagonistas de los organismos en cuestión, ya que unos son
dañinos y los otros son benéficos. Entre ellos mismos
hay una aversión. Así
funciona el MIP
“Aplicamos bioinsecticidas, productos obtenidos de extractos
de vegetales, como el Nim o el ajo”, explicó el investigador.
Afortunadamente ya hay compañías-laboratorios donde
se elaboran esos productos, obtenidos a partir de extractos naturales
de vegetales, aceites y de otros hongos entomopatógenos,
que son aquellos que pueden eliminar o mantener las plagas en niveles
que no ocasionan daños económicos a los cultivos;
éstos constituyen el grupo de mayor importancia en el control
biológico de insectos plagas.
“El insecto se come el entomopatógeno, el cual se introduce
y empieza a formar una reacción en el sistema digestivo del
insecto –también hay virus que atacan las células
del insecto y las modifican, una vez modificados se aplican en los
cultivos–. Con tres de ellos que se utilicen, se licuan, y
se puede controlar una hectárea”, aseguró González
Acosta.
Para aplicarlos se hace un trabajo de investigación donde
primero se prueba qué extracto sirve para cuál plaga,
porque cada uno invade a determinado insecto de diferentes maneras,
unos a larvas, otros a ninfas, otros más son repelentes,
es decir, tienen varias funciones.
Durante tres años, el ingeniero Julio César González
Cárdenas, Pablo Elorza y cinco estudiantes de la carrera
de Agronomía estudian los cultivos utilizando el MIP, posteriormente
deducen cuáles son los mejores y qué plagas pueden
controlar. Esto se saca a base de estadísticas, con un diseño
que se hace en investigación y de ahí se obtienen
los resultados. El procedimiento se realiza tres veces consecutivas
para ver los cambios que hay en esos tres años.
“Llevamos un sistema de riego por goteo. Se utiliza todo el
fertilizante que requiere el cultivo para controlar las plagas del
suelo y algunos hongos. Cuando se necesita hacerlo arriba, se realiza
el mismo procedimiento, pero por lo general son más problemáticos
los hongos que están en el suelo”, puntualizó.
La participación de los productores
El proyecto está financiado por la UV y los productores interesados
en este tipo de manejo de plagas: “Hemos atendido a cinco
de los productores de mayor importancia en Tuxpan y Tepetzintla,
donde prestan el apoyo al proyecto”. Y es que un cultivo altamente
tecnificado, por ejemplo de sandía, tomate o chile, requiere
de inversiones de 60 mil ó 100 mil pesos por hectárea,
cantidades que los productores están dispuestos a invertir.
Ya en una fase más avanzada, los universitarios pretenden
innovar en los invernaderos con el MIP, ya que una hectárea
de invernadero llega a producir hasta 600 toneladas de tomate o
chile. Al principio el costo es más caro, pero la inversión
es por 15 años.
“Estamos tratando de organizar una asociación de horticultores,
para que involucren en el proyecto, al menos, cinco hectáreas,
para las que se puede enviar un trailer de 40 ó 50 toneladas
de producto diariamente”, aseguró.
Los interesados en participar de alguna manera en el MIP, escribir
al correo electrónico del académico Alfredo González
Acosta: alfredoglzac@yahoo.com
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