La diversificación de cafetales –que operará inicialmente
en mil 500 hectáreas de menos de 600 metros sobre el nivel
del mar de los municipios veracruzanos de Zozocolco y Atzalan–
será posible gracias al financiamiento de más de 2.5
millones de dólares que la Organización de las Naciones
Unidas (ONU) otorgó para el proyecto, a través del Fondo
Común para las Materias Primas, además de que contará
con recursos de contrapartidas estatales y federales por el lado mexicano.
En el lanzamiento oficial del proyecto, Fidel Herrera avizoró
“una nueva etapa de prosperidad para los productores”,
en un acto presidido por la embajadora de México en Holanda,
Sandra Fuentes; Caleb Dengu, representante de la ONU; Nestor Osorio,
presidente de la Organización Internacional de Café,
Raúl Arias Lovillo, rector de la UV y Arturo Gómez Pompa,
asesor-investigador de esta casa de estudios, cada uno de los cuales
ha tenido un papel fundamental en la gestión de fondos para
el proyecto.
Al combinar el cultivo de café con otros alternativos, como
son las plantaciones agroforestales o de especies con potencial de
exportación (forrajes, pimiento, vainilla, orquídeas
y otros ornamentales) y apoyarlos con la comercialización,
los impulsores del proyecto esperan mejorar el nivel de vida de los
productores y frenar así la migración, provocada por
la crisis económica en las zonas bajas que no pueden competir
en los mercados por la baja calidad de sus productos.
“Del campo cafetalero es donde se ha dado la mayor emigración
de mano de obra talentosa y sacrificada, pues bajo la tesis de los
precios internacionales y de la profunda depresión por sobreproducción,
se vinieron propuestas de quema de café o destrucción
de cultivos”, reconoció el gobernador del estado, quien
recordó también que eran de Atzalan (municipio ahora
beneficiado con el proyecto) los ocho veracruzanos que fallecieron
hace tres años en el intento de atravesar el desierto de la
frontera norte para buscar un empleo en EU.
Para Raúl Arias Lovillo, rector de la UV, es imperativo que
los dos municipios en los que se piloteará la diversificación
del café, y que se encuentran en zonas marginales de la entidad,
se conviertan en el punto de referencia para las otras 50 mil hectáreas
de fincas de baja altitud que existen en el estado, y que dan sustento
a más de 85 mil productores: “sólo con alternativas
podremos evitar la expulsión de mano de obra que se está
viviendo en Veracruz”, comentó.
Tanto Fidel Herrera como Arias Lovillo coincidieron en que lanzar
el proyecto con el auspicio de la UV será provechoso en todos
los sentidos, pues permitirá sumar los esfuerzos académicos,
de investigación, de trabajo comunitario y vinculación,
a las actividades que ya realizan organizaciones públicas y
privadas en pro de los productores de café, y optimizar así
las posibilidades productivas de los cafeticultores.
Por otro lado, el gobernador subrayó la necesidad de fortalecer
otros aspectos para impulsar la cafeticultura, entre ellos la promoción
del consumo interno, que es una de las debilidades del sector en nuestro
país: “En México sólo se consumen 45 gramos
de café por año; en España e Inglaterra se consumen
8, en Italia 9, y en Brasil 4. Nosotros hemos dejado de lado el impulso
a esa cultura de consumo que podría resolver el problema de
comercialización y del ingreso”, comentó.
En su oportunidad Néstor Osorio, presidente de la Organización
Internacional de Café, explicó que esta estrategia será
útil para el desarrollo rural y alivio a la pobreza, y aclaró:
“No se trata de erradicar al café, sino de encontrar
un complemento a la actividad del productor que le genere ingresos,
pero ahí, donde se vea que la cafeticultura no es una actividad
viable, tener lista una alternativa con futuro”.
Caleb Dengu, por su parte, expresó la visión del Fondo
Común para las Materias Primas de la ONU en torno al proyecto:
“Queremos ver si es posible que con fondos como éstos
se pueda ayudar a las familias de cafeticultores a tener un mejor
nivel de vida, a salir de la pobreza, o si el único camino
que existe, dadas las crisis de mercado, es la industrialización”,
subrayó. El
proyecto
Coordinado y ejecutado por el Centro de Investigaciones Tropicales
de la Universidad Veracruzana (Citro) de la UV, el proyecto
pretende apoyar a estas poblaciones a través de un paquete
completo de servicios universitarios para lograr la diversificación
estratégica de plantaciones alternas al café.
Los cultivos incluyen la plantación y cosecha dentro de los
cafetales de especies maderables, frutos tropicales, plantas ornamentales,
medicinales y condimentos, lo que permitirá la organización
de los productores abarcando mil 500 has en lo para su subsistencia,
sino de una mezcla en la que intervengan diferentes cultivos.
En colaboración con la Fundación Produce Veracruz
y el Gobierno del Estado de Veracruz –a través de la
Comisión Veracruzana de Comercialización Agropecuaria
(Coveca)– el proyecto busca respaldar a los productores
de la región, quienes han enfrentado a través de los
años situaciones adversas, desde el desplome de los precios
de venta del café en 1989 hasta la aparición y afectación
de los cultivos por plaga de la broca y la enfermedad de la roya.
Diprocafe (Proyecto de Diversificación Productiva de Cafetales
de Baja Altitud), tiene la misión de impulsar actividades
alternas que puedan brindar ingresos adicionales a los cafetaleros.
Así, poner a disposición de toda la población
una batería de alternativas de manejos de cultivos que permitan
a una familia campesina obtener ingresos remuneradores de una superficie
de dos hectáreas, dando preferencia a las plantas nativas
de la región y los manejos tradicionales, y de este modo
conservar tanto la diversidad biológica como la sabiduría
popular.
El proyecto comprende cuatro componentes técnicos, a saber:
el forestal, la diversificación de cafetales, la elaboración
de modelos y estrategias para la diversificación, así
como la integración de la producción para su comercialización.
Como parte de los objetivos específicos de este trabajo también
se pretende constituir por lo menos dos empresas integradoras, así
como colaborar en el establecimiento de dos casas de la Universidad
o centros comunitarios de aprendizaje –una por cada cabecera
municipal– y, en colaboración con otras instituciones
estatales y federales, canalizar los servicios y apoyos necesarios
a las comunidades involucradas en el proyecto para que mejoren su
nivel de vida en general.
|