Año 6 • No. 218  • abril 3 de 2006 Xalapa • Veracruz • México
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  Sus carteles, talento vs. elitismo
Gerardo Vargas: la serigrafía
como mensaje democrático
Gina Sotelo
Presenta Insomnio. Metáforas nocturnas en la Galería Fernando Vilchis del Instituto de Artes Plásticas de la UV
Con la paciencia de un artesano, un zapatero o carpintero quizá, Gerardo Vargas, “el Chihuahua”, diseña a la vieja usanza sus carteles. Su arcana relación con sus amigos los lauderos le ha enseñado a tratar el material con sutileza, darle su tiempo sin apresurar resultados. “No sé utilizar la computadora”, dice Gerardo, para quien el dibujo es la base del oficio, el sustento de sus imágenes.

Insomnio. Metáforas nocturnas es la nueva exposición de serigrafía del joven creador. Al igual que hace miles de años los egipcios, prehispánicos y el gran Leonardo, las representaciones de Gerardo no cuentan mentiras y gozan de una efectividad posible en cuanto a soluciones.

Gerardo elabora un discurso a partir del desarrollo de su sensibilidad. No le preocupa ni menos ocupa estar de moda, hace lo que le satisface y le satisface lo que hace. Es, pues, a través del arte, que canaliza sus emociones de una manera auténtica.

La serigrafía es para él verosimilitud como técnica. Prefiere la flexibilidad de este medio, al que considera más democrático que el elitista óleo: “Con la pintura sólo una persona puede tener un original y no todos tienen acceso a ello”.
Además, la reproducción del cartel le permite llegar a públicos más amplios, llevar una exposición por toda la ciudad más fácilmente. Otra ventaja que le da la serigrafía es que le resuelve ampliamente el problema del color. Así lo demuestra su obra policroma hasta sus últimas consecuencias.

Insomnio es un trabajo elaborado a partir de apuntes trasnochados que dieron como resultado disímiles vertientes: imágenes ecológicas, referentes a los sueños, y payasos con un franco estilo de humor negro en las que se burla de sí mismo.

Sus carteles son mudos pero hablan a raudales de los problemas ambientales no como una panfletaria crítica ecológica, sino como un sentir auténtico: «Me gusta vivir en el campo y algo que veo y me impresiona lo almaceno en mi disco duro y después lo proceso en imágenes».

Son las situaciones emotivas de un día las que lo hacen llegar disperso a la noche sin poder conciliar el sueño. Anota sus estados de ánimo en una suerte de bitácora otorgándoles una estructura de significación, sensaciones a veces apocalípticas que son llevadas al plano del dibujo: “Uno muchas veces se ve en situaciones emotivas y psicológicas que te atrapan o te pueden volver más denso de lo que eres. Con mi obra canalizo mis frustraciones y tensiones y las vuelvo alegrías; es como un exorcismo de mí mismo”.

Amante de la arquitectura fantástica, es admirador de Antoni Gaudí. Reconoce en su estilo la influencia de MC Escher y Pieter Bruegel: “La perspectiva no la aprendí en la escuela, sino en libros de arte y obra de otros autores de los que no dejo de influenciarme. Lo admito pues creo que eso me enriquece y nutre como persona”. Gerardo Vargas es egresado de la Facultad de Artes Plásticas de la Universidad Veracruzana (UV) donde ha colaborado como museógrafo, así como en la realización de carteles para promocionar distintas actividades culturales, obteniendo por esto una beca de estudios y una de trabajo. Es seleccionado en la Segunda Bienal de Grabado del Sureste, Chiapas, así como en la Primera Muestra Latinoamericana MINIPRINT en la Ciudad de Rosario, Argentina, y participó con fotografías en la ilustración de un número de la revista cultural de circulación nacional Tierra Adentro.

Entre sus exposiciones se encuentran Amnesia: homenaje a la neurona perdida, Un paseo con ego y Sálvese!... quien quepa. Obtuvo la beca “Estímulo a Jóvenes Creadores” a través del Instituto Veracruzano de la Cultura. Hasta la fecha ha realizado 70 carteles promocionando eventos científicos, culturales e institucionales.

Insomnio. Metáforas nocturnas puede visitarse este mes en la Galería Fernando Vilchis del Instituto de Artes Plásticas de la UV en 1º de mayo núm. 21, Col. Obrero Campesina, a un costado del Museo de Antropología. La entrada es totalmente libre.