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Gina
Sotelo |
Irá
también al encuentro de las cinco regiones de la UV |
Vientos
de cambio se respiran en la Compañía Titular de Teatro
de la Universidad Veracruzana (Orteuv), que desde su fundación,
hace 53 años, a la fecha ha sufrido y gozado los cambios naturales
de una empresa de tales dimensiones, ha tenido períodos de
franca gloria que situaron al teatro universitario como referencia
nacional y otros menos brillantes pero igualmente enriquecedores.
La siguiente es una charla con el codirector de la Orteuv, Boris Schoeman,
quien comparte el timón junto con Alberto Lomnitz y un equipo
nutrido de entusiastas actores, directores, guionistas, tramoyistas
y demás, que se han fijado la meta de reposicionar a la compañía
como una de las más importantes y productivas no sólo
del país, sino del continente.
Habla también Jorge Castillo, viejo lobo de mar en el mundo
del teatro, quien ha sido testigo y parte de estas etapas de la entrañable
y siempre noble Orteuv. |
| Sorpresas
para 2006... |
“Hay
un renovado interés por nuestra parte y por parte de las autoridades
de la UV por redimir este proyecto tan importante para Veracruz y
el país, ya que la Compañía ha sido desde siempre
uno de los representantes más importantes del Teatro en México
y América Latina”, consideró Boris Schoeman.
El planteamiento es un proyecto que sentará las bases para
recuperar el público de Xalapa gracias a grandes producciones.
El plan de trabajo incluye tres puestas en escena este año.
La primera es el montaje de una obra del repertorio clásico
contemporáneo del Siglo XX. En este caso se trata de El Rinoceronte,
de Eugene Ionesco a finales de abril.
“ Es una obra que nos parece muy interesante montar en un año
electoral y si es clásica es porque podemos reconocernos en
muchas cosas que están sucediendo. La idea de desempolvar esta
obra es porque la historia puede ocurrir en cualquier lado de México
o del mundo, porque desgraciadamente se repite y volvemos a caer en
los mismos errores”, dijo Schoeman y añadió que
por eso el teatro es tan importante para la memoria, para recordar
las guerras en las que nos hemos metido y salido.
El segundo proyecto estará dedicado al público infantil.
Para esta aventura se invitó a dos grandes teatristas de México
como Perla Schumacher, quien va a escribir una obra para la compañía
y a Elidé Soberanis, quien la va a dirigir.
La tercera puesta en escena será una creación colectiva
que nació tras el taller de escritura que impartió a
la compañía, el reconocido dramaturgo Luis Enrique Gutiérrez
Ortiz Monasterio, conocido como “Legom”.
Schoeman dijo que buscarán este año llevar a la compañía
a foros nacionales e internacionales además de acercar el teatro
a las diferentes regiones de la UV: “No nada más Xalapa
debe tener cultura, todo el estado debe tener acceso al teatro”.
Buena noticia para los que gustan de ver a la Orteuv en el teatro
La Caja es que por fin se está renovando la gradería:
“Tenemos que tratarnos bien a nosotros mismos y tener un espacio
cada vez más agradable donde estar trabajando para que nuestro
público esté a gusto”. |
| Los
siempre brillantes momentos de la Orteuv |
Hay
que desarrollar el sentido del aprecio:
Jorge Castillo |
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Jorge
Castillo, director y actor con 30 años al servicio de la Orteuv
y toda la vida como admirador del teatro, piensa que la compañía
ha tenido siempre momentos muy brillantes: “El teatro es como
una rueda de la fortuna que sube y baja, de repente ha habido personas
que no han sabido cómo hacer una correcta divulgación
de la cultura, pero el hecho de tener un fracaso es un logro, porque
aprendes como ser humano con cada acto de tu vida”.
Dice sobre el caso de la compañía que los teatreros
y el público están acostumbrados al buen teatro de Xalapa,
pero siempre se ponen nostálgicos soñando con un pasado
mejor: “Estamos acostumbrados a no reconocer el aquí
y el ahora de la actividad. Somos una compañía muy inquieta
con muchas herramientas para desarrollar una buena actividad teatral”.
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| Para
Castillo la nostalgia es parte del comportamiento del ser humano,
y a las personas que sufren porque no han vuelto a ver la compañía
de hace 50 años les dice: “¡Pues no la van a volver
a ver! Van a ver la compañía que va siendo cada momento.
En Xalapa, como nos vemos todos en el café, a cada hora, ya
tenemos el filtro de la cotidianidad y difícilmente reconocemos
nuestros logros. Tenemos ese velo que nos podría jalar a la
nostalgia y el cual hace que no percibamos a todas las personas que
están y han estado aquí”. |
| 50
años de buen teatro... |
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Cuando
en 2003 la Orteuv celebró su 50 aniversario, Francisco Beverido
Duhalt mencionó que la compañía había
establecido (en principio, a nivel local) una tradición importante.
Gracias a ello se estableció en varios momentos de su historia,
en un parámetro para otras instituciones semejantes, gracias
a sus aciertos y a pesar de sus errores.
Mencionó entonces un par de nombres correspondientes a dos
momentos importantes: el apoyo decidido de Ezequiel Coutiño
(rector, entonces, de la UV) y el entusiasmo de Dagoberto Guillaumin,
que le dieron nacimiento en 1953, y el apoyo determinado de Roberto
Bravo Garzón (rector de la Universidad entre 1979 y 1985),
que revitalizó no sólo a la actividad teatral sino a
la cultural en general durante su gestión, lo que permitió
que ésta alcanzara una proyección internacional. |
Durante su rectorado se consolida la Compañía Titular,
se adquiere el Teatro Milán de la Ciudad de México como
un espacio para la presentación de los diferentes grupos artísticos
de la Universidad y se crea la Compañía del Teatro Milán
como grupo sede, se crean el Foro Teatral Veracruzano, la Infantería
Teatral y los Talleres Libres de Actuación –primero en
Xalapa y después en Veracruz– y la Facultad de Teatro.
Beverido Duhalt opina que esta larga trayectoria y tradición,
ha sido la suma de muchos esfuerzos y subraya la presencia, en la
dirección artística de la compañía, de
Marco Antonio Montero, Manuel Montoro, Raúl Zermeño,
Marta Luna, Mercedes de la Cruz, Enrique Pineda, el propio Beverido
y Juana María Garza.
“Esta labor, en ocasiones ha permitido también acoger
la participación temporal o esporádica de otras personas
que se nos han unido en algún tramo del camino: Julio Castillo,
Germán Castillo, Ignacio Sotelo, Carlos Converso, Ludwik Margules,
entre otros”.
Echa un vistazo a algunos títulos de las obras presentadas
que, por una razón u otra, se han constituido en hitos para
el teatro mexicano: Moctezuma II, de Sergio Magaña (estreno
mundial en 1953); La danza que sueña la tortuga y Felicidad,
de Emilio Carballido y dirección de Dagoberto Guillaumín;
Frontera junto al mar, de José Mancisidor; Hamlet y Macbeth,
de William Shakespeare; Panorama desde el puente, de Arthur Miller,
dirección de Marco Antonio Montero; Mariana Pineda, de Federico
García Lorca; El triciclo, de Fernando Arrabal y dirección
de Manuel Montoro; Las brujas de salem, de Arthur Millar y dirección
de Raúl Zermeño; Atlántida, de Óscar Villegas
(estreno mundial); Otelo, de William Shakespeare.
Rashomon, de Ryonosuke Akutagawa y dirección de Martha Luna;
En los bajos fondos, de Gorky, dirección de Julio Castillo;
Cúcara y Mácara, de Óscar Liera, Máscara
vs. Cabellera y ¡Cierren las puertas!, de Víctor Hugo
Rascón Banda (estrenos mundiales) y dirección de Enrique
Pineda; Más Emigrados, de Slawomir Mrozek; Medea, de Eurípides;
Sacco y Vanzetti, de Vicenzoni, y Los acreedores, de Strindberg, dirección
de Manuel Montoro con la compañía del Teatro Milán.
Así como Cantata a Electra, de Mercedes de la Cruz, bajo su
dirección; Marat/Sade, de Peter Weiss, dirección de
Marta Luna; Un maldito domingo, de Osvaldo Dragún, dirección
de Jorge Castillo con los Talleres Libres de Actuación. Sin
olvidar ¿Alguien dijo Dragón?, de Carlos Lyra, dirección
de Jorge Castillo y La virgen loca, de Hosmé Israel, dirección
de Enrique Pineda, la obra de más larga presencia en el repertorio
universitario, que ya ha rebasado las mil representaciones.
El director y actor mencionó un par de nombres más,
cuya participación ha sido decisiva en toda esta trayectoria:
Guillermo Barclay y Ernesto Bautista, uno y otro escenógrafos
y ambos orgullosamente veracruzanos. Entre los actores se cuenta a
personalidades como Stella Inda, Raúl Quijada, Ana Ofelia Murguía,
María Rojo, Claudio Obregón, Mabel Martín, Virginia
Manzano, Angelina Peláez, y muchos más, debe destacarse
a Manuel Fierro y Guadalupe Balderas.
Tras este panorama no queda más que reflexionar que el teatro
universitario debe sentirse orgulloso de su trayectoria, tiene razones
de sobra para celebrar la vida del hombre en las tablas. ¡Enhorabuena
para estos primeros 50 años y vengan muchos más! |
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