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la
construcción de una biblioteca y centro de cómputo
en el segundo nivel del edificio que hoy alberga los laboratorios.
Para esta “pequeña USBI”, como la definió
el directivo universitario, la UV realizará una inversión
cercana al millón de pesos, para dotar a los estudiantes
y académicos con una biblioteca y un centro de cómputo
de buen nivel, con equipo, mobiliario y acervo bibliográfico
similar al que existe en otras instalaciones de la Universidad,
en un espacio que contará con cerca de 240 metros cuadrados.
El director de Proyectos, Construcciones y Mantenimiento explicó
que, si bien el rector Raúl Arias Lovillo se había
comprometido con esta Facultad para iniciar cuanto antes las obras,
su propia naturaleza obliga a una serie de procedimientos cuya observación
es importante en términos de transparencia y legalidad.
«Vale la pena ofrecer una disculpa a la comunidad universitaria
por no arrancar estas obras con la rapidez con que hemos realizado
otras en la región sur, pero también debemos aclarar
que las relacionadas con pintura o impermeabilización, por
ejemplo, requieren de montos menores de inversión y no requieren
un proceso de licitación».
Las obras de la FISPA, en cambio, implican realizar un proyecto
ejecutivo.
La vialidad de acceso que necesita esta facultad, explicó,
requiere hacer levantamientos topográficos, entender el comportamiento
hidráulico de la zona para no tener problemas con las inundaciones
y determinar hacia dónde desviaremos esa agua. Este tipo
de obras requieren de tiempos bien definidos durante los cuales,
entre otras cosas, se deben definir los presupuestos y pasar por
una licitación pública.
En este sentido, Ehrenzweig adelantó que este lunes 4 de
julio se dará el fallo de la licitación realizada
entre las tres empresas que podrían realizar las obras en
Acayucan y reiteró la importancia de que la comunidad universitaria
conozca que, mientras en algunas obras se puede actuar de manera
rápida, «en otras de mayor envergadura debemos cumplir
con normas que establece la Ley de Obra Pública y el reglamento
interno de la Universidad. Esto resulta de mayor trascendencia por
cuanto manejamos recursos públicos, con los cuales debemos
ser muy transparentes y organizados. De esta manera, podemos poner
un ejemplo a la sociedad de que las cosas se deben hacer con transparencia,
legalidad y no con desorden administrativo».
Además, adelantó que en breve se dará a conocer
el inicio o desarrollo, según sea el caso, de diversas obras
que la comunidad universitaria demandó al rector Raúl
Arias Lovillo durante las giras que realizó los últimos
meses para conocer de viva voz las necesidades de cada facultad.
Mantenimiento
de instalaciones, problema de todas las universidades
Por otra parte, Miguel Ángel Ehrenzweig aseguró que
el mantenimiento de instalaciones es un problema latente no sólo
en las universidades del país, sino incluso en las de América
del Norte y Europa. «En el caso nacional, es un problema fuerte
porque los recursos con que apoya la SEP a las universidades, normalmente
se utilizan para resolver problemas académicos, pero son
pocos los que podemos asignar al mantenimiento».
De acuerdo con Ehrenzweig, los recursos que las universidades destinan
a mantenimiento de su planta física oscilan entre 70 y 120
pesos por metro cuadrado de área construida, mientras que
las universidades de países desarrollados ya discuten la
necesidad de incrementar un parámetro establecido de 100
dólares. «Mil 100 pesos por metro cuadrado para mantenimiento
es casi diez veces más que nuestros parámetros»,
añadió.
Por lo que hace a la UV, explicó que «tenemos edificios
que tienen 40 ó 50 años de uso, e incluso las USBI,
que tienen dos o tres años de construidas, ya requieren de
mantenimiento en sistemas de aire acondicionado, eléctricos
y de alumbrado y en su estructura. «Todo esto cuesta y la
disyuntiva es si el poco presupuesto que podemos manejar lo usamos
en mantenimiento o en edificar la obra nueva que también
requieren las universidades».
El problema del mantenimiento de la planta física universitaria
se refleja con mayor frecuencia «en los núcleos sanitarios,
el campus en sí y en la necesidad de nuevas áreas
de estacionamiento, porque los campus de todo el país han
sido invadidos por los autos». Sin embargo, el tema resulta
muy importante para las universidades, aunque un poco difícil
de entender en las entidades financieras, porque es un dinero que
a simple vista no se ve, pero que a lo largo de los años
muestra las consecuencias de la falta de mantenimiento en nuestros
edificios.
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