Año 3 • No. 119 • octubre 13 de 2003 Xalapa • Veracruz • México
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La UV y la Universidad de California en Riverside
Unen esfuerzos para solucionar
problemas agrícolas

Irma Villa
El problema de la agricultura en México ha unido a científicos de la UV con los de la Universidad de California en Riverside. El motivo de tal reunión es encontrar –a través de la biología de la conservación– una solución para abaratar los costos de producción y, así, lograr penetrar en los mercados con productos de buena calidad sin afectar al medio ambiente ni a los agricultores, comentó Michel Allen, director del departamento de Biología de la Conservación de la Universidad de California en Riverside.

Entrevistado en el laboratorio de Organismos Benéficos de la Facultad de Biología de la UV, Michel Allen aseguró que en materia de biología de la conservación,

Michel Allen.
la Universidad de California y la UV se han complementado muy bien, y dijo que ésta ha dejado de ser específica para un sitio o una especie: “Actualmente la conservación no implica solamente proteger, sino que además significa desarrollar un sistema en donde haya interacción con humanos y un desarrollo de la tierra de manera ordenada”, por lo que el proyecto que ambas instituciones tienen en puerta vendrá a ser el parteaguas de una nueva cultura en la agricultura.
Allen, en materia de conservación, ha estudiado sistemas que van desde los muy simples, como el desierto y el ártico, hasta el otro extremo, donde ahora se encuentra, zonas tropicales con una enorme complejidad. Sobre este tema colabora con el prestigiado científico Arturo Gómez Pompa, para desarrollar un programa de ecología tropical.

Para tal fin, informó, se creó el Citro (Centro de Investigaciones Tropicales), en donde se desarrollará un programa de conservación biológica y otro de agroecología, el cual comprenderá desde la península de Yucatán hasta Veracruz. Asimismo, agregó, se pretende encontrar los elementos que, para la economía de la agricultura son importantes, como el precio y el costo de producir los cultivos, para lo que se pueden utilizar los microorganismos en el genoma de las plantas y plantarlos de cierta manera para reducir el costo de la producción.

En México, una de las cosas que se están considerando, aseguró Allen, es que si se tienen dos reservas y la agricultura está en medio del bosque maduro, se trate de manipular los patrones de movimientos y se introduzcan diferentes tipos de cultivos.

Esto redundará, continuó, en un mejor aprovechamiento de los bosques, porque al hacer una rotación de los mismos, el área que se cultive tomará los nutrientes que proporcionan los organismos benéficos existentes en los bosques maduros y se tendrá, al mismo tiempo, un bosque, de manera que los animales puedan moverse ahí: “Y con esto, pienso, no se dará un problema de choque cultural, porque hablo de un cambio en los patrones de cómo plantar, no en el tipo de plantas. Así fue hace 50 ó 100 años, cuando la población era pequeña, pero a medida que la población creció, se cambió la forma de sembrar, ahora, nuevamente, tenemos que plantar de otra manera”, puntualizó.

Michel Allen está aprendiendo nuevas cosas en México, no está buscando tomar la agricultura norteamericana y transferirla a este país sino hallar una nueva tecnología para México, porque uno de los problemas de la agricultura norteamericana es que es muy cara y está subsidiada por el gobierno y a los contribuyentes norteamericanos no les gusta subsidiar la agricultura, sólo a los gobernantes.