Año 3 • No. 119 • octubre 13 de 2003 Xalapa • Veracruz • México
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  Se convierte en punta de lanza en tecnología telefónica en América Latina
Estudia la UV y el Inecol
enorme potencial del bambú
Ricardo Luna (Fotos: César Pisil)
La Universidad Veracruzana se ha destacado como una de las instituciones públicas del país que pugna por elevar la conciencia de los jóvenes y lograr notables aciertos en materia de conservación del medio ambiente. Si bien es cierto que este es un reto de mayúsculas intenciones, nuestra casa de estudios ha optado por la promoción y colaboración en actividades de rescate, fortalecimiento y conservación del patrimonio ambiental de nuestro estado y de las diferentes regiones que lo conforman.

Esta tendencia no es fortuita, tan sólo debemos recordar que a raíz de las cumbres mundiales celebradas en pro del medio ambiente, se han gestado distintos movimientos entre los jóvenes de todo el mundo y por qué no decirlo, de los jóvenes de nuestra propia Universidad. Y es que la UV ha mostrado que sus estudiantes, personal docente e investigadores, realmente pueden volcarse sobre los grandes temas veracruzanos, participando con propuestas reales y contundentes de solución.

Es así que en los últimos años nuestra casa de estudios ha mostrado, no solamente a Veracruz, sino al resto del
país, que las universidades públicas pueden ser verdaderas instancias de cambio.

Bajo esta premisa, la UV a través de estudiantes que están interesados en asuntos del desarrollo comunitario, y que están profundizando con conocimiento sistemático la realidad de nuestra circunstancia ecológica, se han dado a la tarea de rescatar, como parte de una investigación conjunta con el Instituto de Ecología (Inecol), un recurso natural muy importante para Veracruz: el bambú.

La floración del bambú es uno de los fenómenos
más misteriosos porque se presenta en periodos
muy largos; incluso en algunas especies
tienen que pasar hasta 120 años.
Nuestro protagonista
Pocos recursos naturales, como la madera, permiten al hombre obtener recursos económicos de manera inmediata. Y es que con este noble material cientos de personas, de civilizaciones enteras, se han cobijado, identificado y hasta aislado de otras personas con la explotación de este recurso tan especial.

No obstante, existen otros materiales en la naturaleza que apenas se empiezan a explotar, debido tal vez a un desconocimiento, a la búsqueda de alternativas más rentables o a que nos dejamos llevar por lo ya conocido. Ese es el caso del bambú. Una planta que empieza a desplazar a la tradicional madera por su ya conocida dureza, flexibilidad y atractiva apariencia.

A pesar de que muchas de las características del bambú son similares a las de la madera, el bambú no está considerado como tal. Ha sido clasificado como una planta mucho más densa y, por lo tanto, más resistente.

Además, crece más rápidamente, por lo cual es un recurso fácilmente renovable, que no impacta en el medio ambiente como la producción de la madera ya que parte de una planta y no de árboles.

Otra característica que hace atractivo al bambú es que con esta planta se fabrican infinidad de productos, apreciados por los clientes debido a su pureza y elegancia distintiva, su fibra especial y su color. Estas propiedades no se dan en otros productos de madera. Existen numerosos ejemplos de excelentes artículos decorativos, mobiliarios para la casa y la oficina, y para zonas comerciales y deportivas.

Interesados en explotar de manera racional este producto que en Veracruz se encuentra de manera natural, investigadores de la UV y del Inecol están preocupados por no sólo preservar el medio ambiente mediante una explotación racional, sino además obtener recursos para la región.

El proyecto busca crear una Colección
Nacional de Bambúes con material
in situ documentado y depositado
en el Jardín Botánico y una colección
de material herborizado
en el Herbario XAL, ambos del Inecol.
La alianza
Luego de que la UV signara un acuerdo de colaboración con el Inecol, que permitiera fortalecer la docencia e investigación científica en pro de los recursos naturales, la biodiversidad ecológica y el desarrollo sustentable, ambas instituciones han comenzado a estrechar, aún más, los lazos de colaboración académica a fin de obtener mayores recursos financieros para proyectos de investigación que aporten soluciones a los problemas ambientales del estado.

En este marco de vinculación y por la importancia que revisten los temas en materia ambiental se entrevistó a la investigadora Teresa Mejía-Saulés, coordinadora general del proyecto y estudios sobre taxonomía y anatomía de bambúes del Inecol, quien da los pormenores del mismo a UniVerso y abundará sobre los estudios que sobre esta gramínea está realizando el Instituto con la colaboración estrecha de la UV y otras instituciones.

Mejía-Saulés, adscrita al departamento de sistemática vegetal del instituto, explicó que los bambúes están representados mundialmente por 650 géneros y más de 10 mil especies y que pertenecen a la familia botánica de las gramíneas o pastos, científicamente conocida como Gramineae o Poaceae. (A esta familia también pertenecen el maíz, arroz, trigo, centeno, té, limón y el azúcar).

Detalló que los bambúes pertenecen, específicamente, a la subfamilia Bambusoideae, la cual está representada por 90 géneros y más de mil especies. Su distribución está ubicada principalmente en zonas tropicales y a veces en zonas templadas, por lo que podemos encontrar bambúes desde el nivel del mar hasta las altas montañas. Sin duda, el bambú es una de las plantas más usadas desde hace siglos, principalmente en el medio Oriente, por la importancia económica que ha representado. También existen especies en África y América, sin embargo, el conocimiento de las especies americanas aún dista de ser completo.
Explicó que por su morfología tan especializada así como su floración, el bambú ha maravillado y sorprendido a científicos y público en general. La floración de estas plantas es uno de los fenómenos que más misterio guarda ya que en algunas especies la floración se presenta en periodos muy largos, llegando a ser hasta de 120 años. En algunos casos la floración se presenta una sola vez, después de la cual la planta muere, dependiendo del ciclo de vida de la especie.

¿Sabías que en México existen bambúes silvestres?
Estudios recientes del doctor en biología Judziewicz

(1999) registran en América 21 géneros y 345 especies de bambúes nativos, los cuales se localizan desde el sur de Estados Unidos, incluyendo México, todo lo largo y ancho de Centro y Sudamérica, las Islas del Caribe y hasta el sur de Chile.
En América se reconoce como el área de mayor grado de endemismo y diversidad el sur del estado de Bahía, en Brasil. En esta zona se han registrado un total de 22 géneros de bambúes nativos, de los cuales cinco son endémicos, o sea pertenecen a esa región.

Este investigador considera a México como de “moderada diversidad” ya que está representado por ocho géneros y 35 especies de bambúes leñosos (biólogo Gilberto Cortés, 2000), de las cuales 14 especies son endémicas de nuestro país. Los bambúes nativos de México se han localizado en hábitat naturales de las regiones tropicales de Chiapas, Guerrero, Michoacán, Morelos, Oaxaca y Veracruz. Generalmente los bambúes mexicanos se localizan en altitudes desde el nivel del mar hasta cerca de los tres mil metros sobre el nivel del mar en el Cofre de Perote. Sin embargo, y en opinión del Biólogo Cortés, los bambúes de México han permanecido prácticamente desconocidos y sólo se cuenta con algunos estudios taxonómicos que incluyen especies mexicanas.