Al
hablar de los antecedentes de la educación especial en la
Facultad de Psicología, durante la segunda jornada sobre
el tema, señaló que la psicología aplicada
no puede hacer otra cosa que utilizar los conocimientos e investigaciones
fundamentales de la psicología general. Se ocupa, dijo, de
amplios campos en los que se practican los principios generales
de la original ciencia de la conducta y de los procesos mentales.
El área clínica es uno de esos ámbitos y otro
el de la educación especial, a través de la cual se
trata que las personas que por diversas causas no se adaptan a una
enseñanza normal puedan alcanzar la formación humana
y la preparación necesaria para integrarse a la sociedad,
valiéndose de procesos educativos.
En sí, esta rama de la enseñanza se aplica en los
casos de deficiencia mental, deficiencias físicas y trastornos
emocionales que provocan problemas de adaptación. Con el
tiempo, a la educación especial se le han agregado otros
campos de gran interés, como la enseñanza a menores
infractores, a quienes no tienen familia, a niños de la calle
y a adolescentes en desventaja que deben aprenden a ser autosuficientes,
entre otros.
Sobre los inicios de la Facultad de Psicología, en 1988 se
publicó en la Revista de Psicología y Salud, del Centro
de Estudios Psicológicos de la uv, un documento escrito por
Víctor Manuel Alcaraz Romero, en el que señala que
en 1963 la carrera de psicólogo en la unam no alcanzaba a
orientarse por los caminos de la ciencia. Fue justamente Rafael
Velasco, creador de la Clínica de Conducta en Xalapa, la
piedra de toque para que se lograra constituir una nueva práctica
de la psicología en México y en Latinoamérica.
Sobre esta acción, Velasco Fer-nández dijo que implicó
el destierro de orientaciones centradas en un excesivo psicologismo,
producto de la especulación, sin sustento alguno y sin las
indagaciones dirigidas por el rigor científico apoyadas en
las contribuciones de laboratorio. Plantearse que el estudio del
comportamiento requería de enfoques biológicos y sociales,
además de los puramente psicológicos, fue en ese entonces
una innovación que era muy necesaria en un área en
que campeaban visiones estrechas sobre las motivaciones de conducta.
Con tal documento, agregó, Víctor Alcaraz trató
de dar respuesta al excesivo psicologismo freudiano reinante en
las escuelas del país, especialmente en la unam, aunque no
quiere decir que se hayan descartado las aportaciones de Sigmund
Freud.
Antes de la conferencia, Rafael Velasco, acompañado por el
director de la Facultad de Psicología-Xalapa, Agustín
Aguirre Pitalúa, y por la coordinadora de la II Jornada de
Educación Especial, Gloria Olivares, inauguró formalmente
el evento que fue organizado por la Facultad de Psicología
de la uv.
En
México, 10 millones de personas requieren de la educación
especial
El 10 por ciento de la población mundial requiere de servicios
especiales educativos, de acuerdo con lo estimado por la Organización
Mundial de Salud (oms). Si aplicamos tal porcentaje a nuestro país,
que tiene una población aproximada de 100 millones de habitantes,
se puede deducir que 10 millones de personas necesitan servicios
psicológicos, lo que implica una gran responsabilidad para
los profesionales de esta disciplina, señaló Guadalupe
Acle Tomasini, académica de la unam, al hablar de los retos
y compromisos actuales del psicólogo en la educación
especial.
Psicóloga con una experiencia académica de 24 años,
Acle Toma-sini dijo que, de ese 10 por ciento, cuatro por ciento
lo constituyen las personas sobresalientes, 3.5 aquellos que tienen
problemas de aprendizaje y en el porcentaje restante están
incluidos los individuos que presentan problemas de lenguaje. Las
personas que sufren de discapacidad intelectual conforman 2.8 por
ciento de la población mundial, y con porcentajes menores
a un punto se encuentran los problemas visuales, de salud, auditivos,
emocionales y de múltiple invalidez.
Tras explicar que la psicología educativa es una disciplina
que se interesa por el estudio científico de los procesos
psicológicos humanos y su aplicación en el campo de
la educación, apuntó que un rubro que le atañe
es la educación especial, cuya naturaleza resulta multiparadigmática
y multidimensional.
Este tipo de educación surge cuando un niño tiene
que enfrentar un problema: aprender todo aquello que la sociedad
dice que tiene que aprender y no puede hacerlo en la misma medida
que los demás.
Para ello, es importante que se haga una correcta detección
de las personas con necesidades educativas especiales, bajo cuatro
dimensiones: teórica, práctica, social y prospectiva.
Su mayor relevancia radica en que constituyen un punto de
partida fundamental para la participación del psicólogo
en un campo como la educación especial, ya que son múltiples
y diversos los actores que participan, los enfoques disciplinarios
que lo abordan y las soluciones que nosotros vamos a poder brindar.
La ponente comentó que a partir de 1994, con la Declaración
de Salamanca encabezada por la unesco, se ha desarrollado y promovido
una serie de acciones para que las personas con discapacidad o necesidades
educativas especiales estén integradas educativa y socialmente.
Desde ese entonces, los conceptos de esta disciplina se han transformado;
de ahí que también el papel de los psicólogos
se haya visto modificado, y que los problemas y los retos que se
nos presentan por estos cambios orillen tanto al psicólogo
como a los profesionales que están vinculados al campo a
conocer todos los elementos que confluyen en un área que
es multiparadigmática y multidimen-sional.
En este sentido, las contribuciones que puedan hacer los psicólogos
educativos van a ser relevantes en la medida en que se orienten
hacia la investigación y a la aplicación de programas
sistemáticos innovadores y adecuados a los contextos sociofamiliares
y políticos.
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