Octubre-Diciembre 2006, Nueva época Núm.100
Xalapa • Veracruz • México
Publicación Trimestral


 

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Aunque está entre las mejores 20 economías del mundo
México, en servicio y calidad de agua, se ubica en el lugar 150


Germán Martínez

Blanca Jiménez Cisneros se convirtió en la primera mujer en recibir la Medalla al Mérito Universidad Veracruzana, en el marco de la Feria Internacional del Libro Universitario 2006. Su trabajo realizado desde el campo de la ingeniería, proponiendo alternativas para el reuso del agua, la ha convertido en una de las científicas con mayor reconocimiento en nuestro país y el extranjero. Además de llevar a cabo incansables investigaciones, promueve con ímpetu el acercamiento de los jóvenes estudiantes a sus proyectos multidisciplinarios abocados a tener un mejor uso y aprovechamiento del agua.

Ante la escasez del líquido vital que cada vez es más evidente en las zonas urbanas, Jiménez Cisneros, quien obtuvo el Premio al Mérito Ecológico 2006 que otorga la Semarnat, ha hecho trabajos de ingeniería especializados en el tratamiento de aguas negras, especialmente en lodos, con la idea de utilizar el agua de mejor manera para el consumo humano. Sus aportaciones a la ingeniería han sido realmente notables, pues ha creado sistemas que se equilibran con el medio ambiente. Pero no sólo se ha dedicado a la creación de técnicas para el reuso del agua, sino que también ha propuesto la normatividad necesaria para regular dicho proceso.

La doctora en Ingeniería de tratamiento y depuración de aguas por el Institut National de Sciences Appliquées de Francia comenta que nuestro país se ubica entre las mejores 20 economías del mundo, pero en cuanto al servicio de agua y calidad se coloca en lugar 150, y considera ilógico que teniendo tantos recursos acuíferos no se destinen los suficientes apoyos económicos para atender los problemas que hay en materia de agua. Sobre éste y otros temas, como la labor que realiza en su campo de competencia, da cuenta Jiménez Cisneros en la siguiente conversación.
El sistema de educación superior pública del país ha tenido avances importantes al estar sometido a los procesos de evaluación externa y a los de autoevaluación, y al ir creando y sumando redes de
Si el agua es nuestra fuente de vida, ¿por qué nos empeñamos en acabárnosla? ¿Qué condiciones hemos desarrollado en nuestra humanidad para tener la crisis que padecemos ahora por el vital elemento?
El agua ha sido considerada, al mismo tiempo, como fuente de vida y como vehículo para transportar los desechos de la sociedad y las industrias. Esto, que ahora resulta muy paradójico ocurrió simplemente por la falta de reflexión acerca de que el medio ambiente es finito y que, al ensuciarlo, ensuciamos también el sitio donde vivimos. La conciencia de ello (de que el ciclo del agua siempre se cierra) es reciente, por lo que aún observamos demasiados problemas de contaminación de agua. Falta mucho por hacer para limpiar lo que hemos ensuciado
y para modificar el enfoque que hemos hecho del uso de dicho líquido.
¿Eso quiere decir que carecemos de una cultura del agua?
Yo creo que no. Considero que tenemos una cultura del agua pero que ésta es inapropiada e incompleta. Lo que necesitamos es modificar la que tenemos, entendiendo primero el justo valor y la importancia de preservar el agua. Aunque esto se ha llamado una “nueva cultura del agua”, en realidad es una modificación de la misma, pero se menciona así para destacar que hay una visión novedosa del líquido vital. Por otra parte, debemos recordar que nuestros antepasados indígenas tenían una cultura del agua muy apropiada y con mayor respeto.
A pesar de todo, hay problemas de agua; de hecho, usted ha realizado un trabajo de ingeniería básicamente sobre un aspecto que quizá no tenemos aún bien ubicado en nuestra cotidianidad y que es el uso y reuso del agua. ¿Cómo podemos explicarlo?
Bueno, no lo tienen visto y tampoco lo tienen conceptualizado en el resto del país, pero me da la impresión de que la mayor parte del agua en Veracruz proviene de los cuerpos de aguas superficiales.

Según algunos estudios, el 90 por ciento de las aguas residuales se están yendo a los cuerpos de agua superficiales que sirven de nuevo para otras fuentes; ahí hay un reuso que se reconoce hoy en día como "reuso no planeado". Tradicionalmente, los países desarrollados no querían reconocer esto como un reuso del agua si no había tratamiento.

Pero en muchas naciones ocurre que la falta de saneamiento y el regreso del agua a los mismos cuerpos que sirven de suministro crean un reuso no planeado. Todo ello provoca los altos índices de enfermedades gastrointestinales, pues las bacterias no están únicamente en el agua que consumimos, sino también en aguas contaminadas que se utilizan para riego agrícola.
El agua ha sido considerada, al mismo tiempo, como fuente de vida y como vehículo para transportar los desechos de la sociedad y las industrias. Esto, que ahora resulta muy paradójico, ocurrió por la falta de reflexión acerca de que el medio ambiente es finito y qu,e al ensuciarlo, ensuciamos también el sitio donde vivimos.

En el caso de Veracruz, estos problemas de salud se relacionan, principalmente, con la salmonelosis que aquí, en este estado, ocupa el séptimo lugar en el país. De alguna manera, esto explica que existe todo un reuso no planeado del agua, mismo que la gente no ve.

O realmente no lo sabemos…
Sí lo sabemos, pero no tenemos una conciencia. Regularmente, la gente dice: “El agua de la llave no me la tomo porque me enfermo o el agua parece contaminada o el agua de mi casa la hiervo o le echo cloro”. O sea, percibimos que está contaminada, pero no sabemos que es reuso de agua, que está así porque trae agua residual. El hábito de lavar las frutas y las verduras o el buen cocimiento de peces y comida nos indican que lo hacemos porque hay agua de reuso ahí, pero no lo visualizamos. Lo importante es que hagamos conciencia de que si no se trata este líquido, si se libera al medio ambiente tal como lo contaminamos, ese mismo líquido nos va a regresar.

Tanto para potabilizar el agua como para depurarla contamos con la tecnología que se requiere. Lo que falla en México es la existencia de una política de largo plazo y con recursos económicos de base para eliminar la contaminación del líquido vital y poder suministrar agua realmente potable a toda la población, así como descargar aguas negras sin que se altere el medio ambiente.

¿Cómo podemos entender ese proceso? ¿Es necesario contar con infraestructura hidráulica para llevar a cabo los procesos de captar, almacenar, conducir, potabilizar, distribuir, recolectar, tratar, reusar y devolver el agua a la naturaleza sin contaminantes? ¿Estamos preparados para eso?
En países como el nuestro, donde gran parte de las actividades económicas se realizan en sitios con escasez de agua, el tratamiento de este elemento se hace más para el control de la contaminación que para su reuso. Ello implica, en términos de procesos de depuración, quitar los contaminantes presentes y preparar el líquido vital para su uso siguiente.

Además, hoy en día, al percatarnos de que el agua tiende a cerrar su ciclo aun en sitios donde es abundante, se ha adquirido la conciencia de que es necesario tratarla, pues nuevamente es usada a la larga. Por ejemplo, se calcula que de un litro de agua al menos 70 por ciento de la misma ya ha sido anteriormente usada en poblaciones con alta densidad.

Así, el ciclo completo del agua debiera ser: captarla, almacenarla, transportarla y tratarla para su consumo (que son los procesos de potabilización), considerando que ya ha sido usada. Luego, una vez empleada, habría que recolectarla y tratarla ya sea para su reuso o, bien, para enviarla de regreso al medio ambiente sin afectarlo. Tanto para potabilizar dicho líquido como para depurarlo, contamos, sin duda, con la tecnología que se requiere. Lo que falla es, en el caso de México, la existencia de una política de largo plazo y con recursos económicos de base para eliminar la contaminación del agua y poder suministrar agua realmente potable a toda la población, así como descargar aguas negras sin que se altere el medio ambiente.

Yo me dedico al reuso del agua y de los lodos. El principal reuso que hemos trabajado es el industrial y el de agua para consumo humano. En el caso del reuso para la agricultura, lo que hemos hecho es analizar y quitar lo que viene en el agua como contaminante, pero preservando los nutrientes. Éste es un enfoque novedoso.

En los países desarrollados, lo que se hacía era un tratamiento conocido como primario, en el que se separaban los sólidos y, de esa manera, se protegían los equipos de bombeo de las plantas de tratamiento; luego se quitaba la materia orgánica, que es la que consume el oxígeno en ríos y cuerpos de agua, y después se extraían los nutrientes como el nitrógeno y el fósforo. Así había sido tradicionalmente el sistema de tratamiento del agua y salía muy caro.

Ahora, para un tratamiento de reuso del agua, la idea es utilizarla de mejor manera. Por ejemplo, si se quiere usar para reuso agrícola, no tiene por qué pasar por todas las etapas antes dichas; se puede emplear otro tipo de tratamientos que tienen un tercio del costo de las técnicas convencionales; de esta manera, se hace un reuso del agua directo para la agricultura y se aprovecha mejor el nitrógeno y el fósforo que contienen esas aguas.

También hemos trabajado el reuso de agua para el consumo humano. En el caso de la Ciudad de México, se emplea un reuso intencional. El problema en esa gran urbe es que somos muchos y nos sigue faltando agua; lo bueno es que las industrias consolidadas desde hace años ya se salieron de la ciudad. Entonces ahora lo que aplicamos es el reuso a corto plazo para consumo humano. Los sistemas de tratamiento de agua los vemos en forma directa, pero también indirecta, dejando salir este líquido al medio ambiente para que se infiltre a los acuíferos y desde ahí recuperarlo. Además, no vemos sólo el aspecto de la ingeniería, sino también la normatividad que se requiere en el país para estos reusos.

Dichos procesos se amplían cada vez más porque el nuestro es un país de reuso. Por ejemplo, en términos de la agricultura en volumen, el primer país que utiliza mayor agua de reuso es Estados Unidos y luego sigue México. En agua tratada, la República Mexicana está casi a la par que nuestro vecino del norte.

Los medios de comunicación se han encargado de magnificar los riesgos de la escasez del agua, por lo que no existe un conocimiento exacto sobre lo que puede suceder con esta situación. ¿Cuál es, pues, el futuro del agua en México?
Aquí habría que regionalizar, porque es claro que no es lo mismo lo que sucede en el norte del país que en el centro o en el sur. Creo que en el norte y en el centro el principal problema es hacer un uso y reuso eficiente del agua, y en el sur, hacer programas de saneamiento para proteger, sobre todo, el nivel de vida.

Europa nunca pasó por la exigencia para que el agua fuera potable, dado que esto fue siempre considerado como algo que se tenía que hacer de manera prioritaria. Pero en México, desafortunadamente, no sucede lo mismo, y ahora sí es importante tenerlo en cuenta y procurarlo. Curiosamente, se dice que México está entre las mejores 20 economías del mundo, pero en cuanto al servicio de agua y calidad se ubica en el lugar 150. Es ilógico, entonces, que un país que tiene recursos no atienda un problema que está resuelto en muchos otros con menores ingresos.

Yo me dedico al reuso del agua y de los lodos. El principal reuso que hemos trabajado es el industrial y el de agua para consumo humano. En el caso del reuso para la agricultura, lo que hemos hecho es analizar y quitar lo que viene en el agua como contaminante, pero preservando los nutrientes. Éste es un enfoque novedoso. Dichos procesos se amplían cada vez más porque el nuestro es un país de reuso.

¿Cómo pueden las universidades integrarse al esfuerzo que se está haciendo para cuidar el agua?
En primer lugar, impartiendo cursos en todas las licenciaturas, que busquen concienciar a los alumnos sobre la utilidad e importancia de proteger el medio ambiente en el ámbito profesional respectivo. En segundo, involucrando a los profesores, los investigadores y los estudiantes en el desarrollo de proyectos de utilidad para la sociedad en este tema.

¿Qué significa para usted que nuestra casa de estudios le haya otorgado la Medalla al Mérito Universidad Veracruzana?
Un aliciente muy especial, pues significa que el trabajo que realizo puede ser de utilidad. Ello hace pensar que vale la pena esforzarse para tratar de solucionar problemas del país empleando conocimiento e involucrando a jóvenes que se puedan formar en esta área.

Con ello, la Universidad Veracruzana demuestra que está pendiente de los temas más importantes para el país. Ésa es la diferencia que veo en relación con otros reconocimientos, pues en el tema del agua siempre se reconoce a una industria.

Creo que esta presea, al otorgarla a académicos, permite subrayar los momentos ideales, la ocasión de lo que significa, de lo que puede ser… Así, posibilita una mayor reflexión tanto por parte de la gente que la entrega –porque me imagino que alguien debe seleccionar un tema, lo cual no ha de ser tan fácil en un país como el nuestro con tantas carencias y necesidades– como de quien la recibe –porque de repente uno se da cuenta de que el tema es importante y reflexiona sobre qué es lo que se puede seguir aportando.

En lo particular, me llama la atención que fuera un reconocimiento proveniente del estado de Veracruz, que se caracteriza por tener muchísima agua, lo cual lleva a pensar que en esta entidad el agua no es un problema. Sin embargo, en el momento en que reconocen que este elemento es un asunto importante, se deja sentado que aun en estados con abundancia de agua ven que el problema va más allá de la disponibilidad y que hay que considerar otros aspectos como la calidad o la relación de las instituciones con el líquido vital. Esto le da una dimensión diferente.