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Los
científicos estadounidenses Merril Johnson, Mathab Lodhi
y David Clawson, de la Universidad de Nueva Orleáns, se reunieron
en Xalapa con investigadores del Centro de Ciencias de la Tierra
(CCT) de la UV para fortalecer las bases del proyecto piloto de
Educación Geoespacial, en el que también participan
la nasa y la Universidad del Sur de Mississippi.
Adalberto Tejeda Martínez habló de sus proyectos en
climatología aplicada, orientados a la moderación
del campo horizontal y del perfil vertical del viento en los alrededores
de la planta nucleoeléctrica de Laguna Verde, la generación
de escenarios de bioclima humano en el sur de México ante
el cambio climático global, así como el balance energético
y radiactivo en capas límites superficiales de países
como España y algunas localidades de nuestro país.
Por su parte, Domitilo Pereyra Díaz dio a conocer sus investigaciones
en los terrenos de la hidrología y la geohidrología,
como las cargas y recargas de los mantos acuíferos de esta
región que lleva a cabo en la superficie (ríos) y
en el subsuelo de algunas partes de la entidad veracruzana.
Juan Cervantes Pérez, de la Facultad de Ciencias Atmosféricas,
presentó las primeras líneas de estudio relacionadas
con la contaminación atmosférica su área
de especialización, donde se encuentra el proyecto
Química de la lluvia, que realiza de manera conjunta con
el Centro de Ciencias Atmosféricas de la unam, mediante el
cual se monitorean algunos patrones registrados en la variación
de contaminantes en la lluvia asociados con el paso de ondas tropicales
y frentes fríos, sobre todo en la ciudad de Xalapa y sus
alrededores. Asimismo, se refirió a los trabajos que en materia
de isla de calor y microclimatología realiza en coordinación
con el Instituto de Ecología.
En su turno, Ignacio Mora González, director del CCT y encargado
de las líneas de investigación en sismología,
explicó a los académicos norteamericanos que, en colaboración
con otras instituciones y organismos gubernamentales, la UV tiene
en operación una red telemétrica de monitoreo en el
Pico de Orizaba, que permitirá, una vez concluido el circuito
de cobertura, obtener registros precisos sobre la actividad de los
volcanes Citlaltépetl y Tiltépetl, a fin de instrumentar
acciones de prevención y ayuda en caso de alguna contingencia.
El oceanógrafo Juan Manuel Vargas Hernández, del Centro
de Ecología y Pesquerías de la UV, compartió
las experiencias de investigación en el sistema arrecifal
veracruzano. Para conocer más de cerca este tesoro natural
protegido, dijo que mediante un programa de computación y
la ayuda de la percepción remota ha desarrollado un modelo
virtual que permitirá estudiar con mayor detalle el radio
de influencia de las zonas coralinas del puerto de Veracruz. De
este modo, áreas como la Isla de Sacrificios e Isla Verde
ya están siendo monitoreadas para observar cómo responde
el sistema arrecifal a los cambios climáticos, así
como para evaluar los daños ocasionados por embarcaciones
que han encallado en esas frágiles estructuras naturales.
La estancia de los investigadores de la Universidad de Nueva Orleáns
culminó con una visita a varias zonas cercanas a la ciudad
de Xalapa, donde supervisaron los trabajos de campo que se efectúan
en La Joya, Naolinco y El Mirador.
El proyecto Educación Geoespacial tiene injerencia directa
en la agricultura y vegetación tropical del estado de Veracruz,
y utiliza las capacidades instaladas del Centro Espacial John
Stennis de la NASA, localizado en el estado de Mississippi.
Para ello, se han establecido tres transectos de estudio en nuestra
entidad: uno en la región norte (que abarca las ciudades
de Tuxpan y Poza Rica), otro en la zona montañosa central
(Cofre de Perote, Cempoala, Veracruz, Xalapa, Orizaba y Córdoba)
y uno más en la región sur, que abarca las ciudades
de Acayucan, Minatitlán y Coatzacoalcos.
Es importante destacar que en aquellos lugares, con la aplicación
de esta tecnología, los investigadores y estudiantes de la
Universidad Veracruzana podrán estudiar el dinamismo que
ha tenido el cambio de uso del suelo y de la cobertura vegetal de
nuestro territorio en los últimos 30 años. |