Enero 2002, Nueva época No. 49 Xalapa • Veracruz • México
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Laboratorio Escénico experimenta con el montaje de una obra de Ionesco
Remedios Aguirre

 

Eugène Ionesco (1912-1994), el padre del “teatro del absurdo”, nació en Stalina, Rumania, un 26 de noviembre. Fue un fervoroso creyente en los derechos humanos y durante toda su vida se opuso a la tiranía política. En su obra dio una visión de la lucha de la humanidad para sobrevivir a una sociedad que, a su decir, formaba barreras entre los hombres. A casi 90 años del nacimiento del dramaturgo, un grupo de estudiantes de la Facultad de Teatro eligió una obra suya para participar en el ix Festival Nacional de Teatro Universitario, convocado por la unam.
El rey se muere (Le Roi se meurt), obra de Ionesco escrita en 1962, se presentó en el foro de la Facultad de Teatro. Con su propuesta escenográfica minimalista y funcional, el montaje involucró directamente al público para volverlo cómplice del acto escénico. Así, bajo la dirección de Fernando Yralda, Laboratorio Escénico ultimó los detalles para su actuación en la Ciudad de México, en la final del Festival Nacional de Teatro Universitario, que ya ha ganado.
David Ramírez, asistente de dirección, relata la anécdota de esta obra: “Al inicio del día le comunican al rey que va a morir al final del espectáculo. La historia es el desarrollo de cómo el rey transita a través de esa noticia, hasta que al final muere. Lo importante de la obra no es el desarrollo de una anécdota, sino los estadios por los que pasa el monarca a partir de que sabe que va a morir. Es una obra difícil porque su anécdota es muy sencilla, pero su tratamiento es muy profundo; es más filosófica que dramática”.
Acerca de su elección, Ramírez explica que “fue producto del proceso de trabajar juntos a lo largo de cuatro años. Hemos buscado textos que nos llamen, que nos muevan en algún sentido. Siempre nos ha llamado la muerte en los textos. Surgió la propuesta de montar esta obra y a todos les gustó”.
Los integrantes de Laboratorio Escénico, al iniciar las lecturas del texto, entraron en una reflexión surgida de la visión de la muerte como una realidad, y “nos dimos cuenta que vivimos como si la muerte no existiera. En el momento en que uno sabe que va a morir, se valora la vida”.
Quienes componen Laboratorio Escénico, estudiantes y egresados de la Facultad de Teatro de nuestra casa de estudios, comparten su experiencia de trabajar en este montaje y hablan de sus personajes. Enrique Vásquez, el médico, opina que ha sido el personaje más laborioso que ha trabajado. Sobre su construcción, explica: “Comencé a trabajar la propuesta corporal a partir de la imagen de los muertos, de la reconstrucción de restos humanos, como aquella búsqueda que permita vivir más tiempo al rey”.
En cuanto a la propuesta corporal de la producción, señala que “el nuevo teatro, el que puede resurgir, es el teatro del cuerpo. Creo que se pueden lograr muchas cosas explorando el cuerpo, que es el material del actor. Fuera de la iluminación, el vestuario o el maquillaje, con lo que se queda uno es con el cuerpo”.
Las actrices de la obra, cada una con un personaje de carácter distinto, dicen quiénes son: “Mi personaje se llama María, segunda esposa del rey, y se pone triste porque sabe que el rey va a morir... Su acción principal en la obra consiste en salvarlo de la muerte, su esperanza es que no muera”, dice Yunuén Durán, quien encarna a ese amoroso personaje. “Lo que más me gusta de ella es su manera de ver la vida. Las cosas que le dice al rey para que él se quede siempre son referentes a la vida, a lo hermoso que puede ser vivir”.
Margarita, primera esposa del rey, es el personaje de Centli Martínez. “Es fuerte, decidida, la contraparte de María; no se deja llevar por sentimen-talismos, lo que quiere es ayudar al rey a morir bien.” De este personaje, a Centli le gusta que sea una mujer entera. “Cuando se queda a solas con el rey, cuando ya nadie los ve, sale la reina que quizá algún día fue, que de verdad le duele que su rey se está yendo. El texto al final me gusta muchísimo, manifiesta el amor que los unió”.
Cariño Selene es Julieta, la criada, un personaje aparentemente fácil: “Pareciera secundario, último... encontré pocos elementos para entender cuál era su función en la obra”. Sin embargo, dice que ha disfrutado este trabajo “más que nada por la propuesta del montaje, de construcción de personajes entre todos. Significa estar rompiendo todo el tiempo con lo cotidiano, romper con eso desde la postura física es lo más difícil”.
La escenografía y el vestuario de El rey se muere fueron un diseño del grupo. En la producción e iluminación trabajan Emmanuel Medrano y José Rodolfo Sánchez. Actúan, además, Antonio Guerrero y Julián Loredo. La música es original de Lenin Peña.
El primer montaje de Laboratorio Escénico fue Macbeth, de Shakes-peare, obra con la que ganó el vii Festival Nacional de Teatro Universitario. Después de ello montó El jardín de las delicias y El círculo de tiza, obra que lo llevó a hacer una gira por el estado de Chiapas, con apoyo de su facultad. También hizo temporada en el Teatro La Caja con Un tranvía llamado deseo, que presentó en Durango. Esto sólo abarca una parte del trabajo de Laboratorio Escénico, cuyos miembros han dado funciones en diferentes espacios de la ciudad.