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eNeurobiología - Revista electrónica

Universidad Veracruzana

  • Xalapa, Ver,
  • Español / Inglés

Contribución del sistema nervioso autónomo y la conducta sexual en la fisiopatología de la próstata

 

Artículo de Investigación

 

Sánchez-Zavaleta Viridiana1, Mateos-Moreno Alejandro1, Cruz-Rivas Víctor Hugo1, Aranda-Abreu Gonzalo Emiliano2, Herrera-Covarrubias Deissy2, Vázquez-Narváez Elizabeth, Rojas-Durán Fausto2, Suárez-Medellín Jorge2, Manzo-Denes Jorge2, Toledo-Cárdenas María Rebeca2, Hernández-Aguilar María Elena2*

1Doctorado en Investigaciones Cerebrales, Universidad Veracruzana, Veracruz, México. 2Instituto de Investigaciones Cerebrales, Universidad Veracruzana, Veracruz, México.

 

 

Resumen
Abstract
Introducción
Métodos
Características de la glándula prostática
Regulación endócrina de la próstata
El SNA y la importancia del GPM en la regulación autonómica del aparato genitourinario
Inervación autonómica de la próstata en la rata macho
Asociación entre conducta sexual, GPM y próstata
Conclusiones
Conflicto de intereses
Agradecimientos
Referencias
Mail

 

Resumen

Resumen: La próstata es una glándula sexual accesoria encargada de producir y secretar el líquido prostático. En la rata macho este órgano está regulado por hormonas tales como testosterona (T) y prolactina (PRL), así como por el sistema nervioso autónomo (SNA), quien, a través de los nervios pélvico e hipogástrico que convergen en el ganglio pélvico mayor (GPM), provee de información sensitiva e inervación adrenérgica y colinérgica a la próstata. Daños en la inervación o alteraciones en los niveles hormonales de T y PRL causan cambios en la citoarquitectura y función de la próstata, sin embargo, un aspecto importante que se ha encontrado es que la actividad sexual contribuye a que se retrase la manifestación de las enfermedades reportadas en la glándula. Por lo anterior, esta revisión tiene el propósito fundamental de mostrar la relación que existe entre el SNA sobre el funcionamiento y la citoarquitectura de la próstata, así como el impacto que ejerce la conducta sexual sobre los cambios que se generan en la glándula prostática cuando se altera la inervación autonómica.

Palabras clave: Próstata, Ganglio pélvico mayor, Conducta sexual.

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Abstract

The prostate is an accessory sex gland that is responsible for producing and secreting prostate fluid. In the male rat, this organ is regulated by hormones such as testosterone (T) and prolactin (PRL), as well as by the autonomic nervous system (ANS), which, through the pelvic and hypogastric nerves, that converge in the major pelvic ganglion (MPG), provides sensory information and adrenergic and cholinergic innervation to the prostate. Damages in the innervation or hormonal alterations cause changes in the cytoarchitecture and function of the prostate, but an important aspect is that sexual activity contributes to delaying the manifestation of the diseases in the gland. Therefore, this review has the fundamental purpose of showing, the relationship that exists between the ANS on the functioning and the cytoarchitecture of the prostate, as well as the impact that sexual behavior has on the changes that are generated in the prostate gland when autonomic innervation is damaged.

Keywords: Prostate, Major pelvic ganglion, Sexual behavior.

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1. Introducción

El aparato reproductor masculino es una estructura compleja que está constituida por órganos externos (pene, testículos, etc.) e internos, dentro de los que tenemos a las glándulas accesorias como las vesículas seminales, las glándulas coagulantes, la próstata, entre otros.1 Esta última, es la responsable de producir y secretar el líquido prostático, sustancia que juega un papel importante en la fertilidad, ya que brinda a los espermatozoides el medio de protección necesario para garantizar la fecundación y el éxito reproductivo.2-4 La glándula prostática está regulada principalmente por hormonas de tipo esteroides como T y estradiol, así como de origen proteico como PRL, por mencionar algunas; sin embargo, a esta glándula también llegan fibras nerviosas procedentes del GPM que se encuentra adosado sobre la porción lateral de la próstata.5 A su vez, este ganglio recibe fibras nerviosas que se originan de la rama viscerocutánea del nervio pélvico (NPv) que provienen de los segmentos lumbosacros (L6 y S1) de la médula espinal y del nervio hipogástrico (NHg), que se origina del ganglio mesentérico inferior y que contiene fibras que emergen de los segmentos toracolumbares (T13, L1, L2).5-7 Aunque a la fecha se desconoce con exactitud la función de la inervación en la próstata, algunos estudios indican que la gangliectomía (extirpación completa del ganglio) o la lesión de los nervios NPv y NHg, inducen cambios histológicos en el tejido prostático, por lo que se infiere que controla la citoarquitectura de la glándula posiblemente al promover la liberación y participación de factores tróficos relacionados con la maduración y diferenciación de las células epiteliales que la conforman.8-9 Por ello, es de suma importancia que se conserve el equilibrio homeostático entre el GPM y la próstata, ya que su alteración podría causar la aparición de diversas enfermedades en la glándula prostática.2-3

Es importante destacar que tanto la próstata como el GPM responden a la ejecución de la conducta sexual y bajo estas condiciones se ha encontrado que aumenta el área de ambas estructuras, así como la expresión de los receptores a andrógenos (RA) y de PRL, respectivamente, sin embargo, aún se desconoce la interacción de estos dos sistemas en el estado fisiológico y menos aún en condiciones patológicas.10 Por tal motivo, el objetivo de esta revisión es dar a conocer algunos avances que se tienen al momento sobre la relación que existe entre el SNA, el sistema endócrino y la conducta sexual con respecto a la fisio-patogénesis de la próstata.

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2. Métodos

Para la selección de la información se realizó la búsqueda de artículos científicos originales y de revisión referentes a la próstata, al GPM y a la conducta sexual. En las bases de datos de PubMed, sciELO, SCOPUS, Science Direct y ResearchGate se buscaron las siguientes palabras clave: prostate, sexual behavior, prolactin, testosterone, hyperprolactinemia, major pelvic ganglia, androgens, cholinergic and adrenergic receptors, denervation and gangliectomy. Se seleccionaron solo los trabajos relevantes que se relacionaron con la próstata, el GPM y la conducta sexual.

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3. Características de la glándula prostática

3.1 Anatomía

La próstata es una glándula accesoria perteneciente al aparato reproductor masculino, se encuentra presente en todas las especies de mamíferos y su nombre tiene origen del griego “prostates” que significa “protector” o “guardián”.11 La descripción anatómica de esta glándula en el humano data desde 1868, donde se describe a una estructura conformada por lóbulos que se denominaron en un principio como: anterior, lateral, posterior y medial, siendo los lóbulos laterales quienes conformaran la porción principal de la glándula.12

La próstata humana es una masa compacta lobulada, pero las divisiones de estos lóbulos en no están bien delimitadas por lo que se torna difícil distinguirlos, caso contrario a lo que sucede en otros mamíferos, como por ejemplo la rata, donde es más sencilla su identificación.12 Resolviendo esta problemática en 1978 se propuso un nuevo concepto anatómico describiendo a la próstata por zonas y usando el verumontanum como punto de referencia base.13 Se especifico a la zona central como una cuña de tejido glandular que rodea los conductos eyaculatorios, incluyendo al lóbulo medial y parte del lóbulo posterior, mientras que el resto del tejido que rodea a la zona central y se extiende caudalmente hacia la parte distal de la uretra fue designado como la zona periférica, finalmente, la zona de transición corresponde a la porción de la próstata que rodea a la uretra.13 Por lo anterior, en la actualidad es más aceptado describir a la próstata del humano por “zonas” mientras que en los roedores se describe principalmente por “lóbulos”, debido a que, en estos últimos, cada lóbulo está separado por una membrana fina de mesotelio que facilita su identificación.14-15 En los roedores estos lóbulos se denominan próstata ventral (PV), próstata dorsal (PD) y próstata lateral (PL), sin embargo, por la similitud entre sus características histológicas y anatómicas, a estos últimos se les ha fusionado y denominado un solo lóbulo, llamándolo próstata dorsolateral (PDL).16 Los alveolos que conforman a la PDL de los roedores manifiestan un patrón de crecimiento y arreglo similar al que se observa durante el desarrollo de la zona periférica de la próstata del humano, por ello es por lo que este lóbulo (PDL) se equipara con la próstata humana.17 No obstante, la PV de los roedores no tiene una región comparable con la próstata del humano, puesto que su estroma es de tipo fibromuscular y su función es distinta.14-15

 

3.2 Histología

Independientemente de las diferencias anatómicas de la próstata entre el humano y los roedores, existen semejanzas histológicas que permiten el uso de estos sujetos como un modelo para el estudio de la función prostática y la generación de enfermedades en ella.12 Histológicamente la próstata está compuesta por acinos o alveolos y conductos que desembocan en la uretra prostática y tanto en el humano como en la rata, los alveolos están compuestos por células epiteliales, basales y neuroendócrinas, las cuales son rodeadas por el estroma.16 Las células epiteliales de la próstata humana son columnares y polares, ya que tienen una zona apical (dirigida hacia el lúmen del alveolo) y una basal (dirigida hacia el estroma), su núcleo es redondo y se localiza cerca de la zona basal, mientras que su citoplasma es de tipo eosinófilo.12 Las células basales están adayacentes a la membrana basal, tienen un núcleo alargado y su número puede variar entre cada alveolo, no obstante, las células neuroendócrinas no son fáciles de identificar usando la tinción de hematoxilina y eosina (H&E), pero pueden ser identificadas usando marcadores como cromogranina o sinaptofisina.14 Con respecto al estroma, este es abundante y en él se localizan los fibroblastos, vasos sanguíneos, fibras nerviosas y una gran cantidad de músculo liso.15

Por su parte, la próstata de los roedores (rata y ratón) también contienen alveolos, conductos y un estroma bastante similar al del humano, sólo que las células epiteliales son columnares en la PV y cuboidales en la PDL.16 De igual manera se identifican las células basales adyacentes a la membrana basal, así como las células neuroendrócrinas las cuales se encuentran presentes, pero en menor cantidad que en el humano.18 El estroma es más abundante en la PDL que en la PV, en él se localizan los fribroblastos, vasos sanguíneos, fibras nerviosas provenientes del nervio pélvico e hipogástrico y músculo liso que rodea tanto a los alveolos como a los conductos donde es más abundante.19

 

3.3 Función

La función principal de la próstata es producir y almacenar el líquido prostático, sustancia de aspecto lechoso con propiedades alcalinas, que, cuando es depositado junto con el plasma seminal en la vagina de la hembra durante la eyaculación, ayuda a neutralizar las secreciones generadas, permitiéndole a los espermatozoides una adecuada movilidad.20-21 Este líquido contiene una mezcla de enzimas proteolíticas tales como el antígeno prostático específico (PSA: Prostate Specific Antigen) y catepsina D, enzimas que ayudan en la liberación de los espermatozoides, así como zinc, ácido cítrico, fosfatasa ácida, prostaglandinas, seminina, espermina, espermidina, colesterol, aminopeptidasas, activador de plaminógenos, fructuosa y las proteínas dorsal I y II.4 Todos estos componentes son necesarios para garantizar la fertilización y sobrevivencia de los espermatozoides en el tracto uterino de la hembra.2-3

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4. Regulación endócrina de la próstata

4.1 Andrógenos

Considerando que la próstata es una glándula que pertenece al aparato reproductor masculino, no es de sorprenderse que su función en parte, esté controlada por hormonas esteroides, principalmente por T, aunque es imperativo mencionar que las hormonas luteinizante, estradiol y PRL así como el péptido intestinal vasoactivo (VIP), sustancia P, entre otros, también están involucrados en el control de la función prostática, sin embargo, a pesar de ello, poco se sabe sobre la participación de estas hormonas en el glándula ya que las investigaciones se han centrado principalmente sobre los efectos de los andrógenos y, recientemente, de PRL dada la característica que tiene de participar en la síntesis del líquido prostático y en la generación de las enfermedades en la próstata.22

Los andrógenos no sólo son importantes en la regulación del desarrollo y crecimiento de la glándula, ya que también controlan su función y participan en la generación de las enfermedades que la afectan.22 En este sentido, la función de la próstata está regulada principalmente por T y la dihidrotestosterona (DHT), esta última se biotransforma en el estroma prostático a partir de T por acción de la enzima 5α-reductasa y, como se mencionó anteriormente, por hormonas de tipo proteico como prolactina (PRL).23-25 Los andrógenos, particularmente la DHT, son indispensables para el mantenimiento y función del tejido prostático, ya que durante el desarrollo prenatal la producción de DHT es necesaria para completar la morfogénesis, diferenciación y maduración de la próstata, evento que lo realiza mediante su unión con el RA.26 En esta etapa, la formación de los alveolos requiere de la acción de esta hormona, no obstante, en ese momento las células epiteliales no expresan el RA, por lo que se propone que los factores de crecimiento que son regulados por los andrógenos son los responsables de promover el desarrollo de la glándula durante esta etapa de maduración.27 Al final del desarrollo fetal o inmediatamente después del nacimiento, se inicia la secreción de T y es en ese momento que los andrógenos toman mayor importancia en el desarrollo y función en la glándula, debido a que regulan la expresión génica.28 Conforme avanza el desarrollo del individuo, los andrógenos mantienen un índice de apoptosis-proliferación en el desarrollo del epitelio glandular que oscila entre 1-2%.28 En este sentido, la comunicación parácrina y autócrina entre las células glandulares y las estromales generan la producción de factores estimulatorios e inhibitorios donde intervienen factores reguladores de la transcripción y genes que codifican una secuencia de aminoácidos que puede unirse a segmentos específicos del ácido desoxirribonucleico (ADN) para regular a otro gen (gen homeobox o homeodominio) como son Hoxa13 y Hoxd13 expresados por el estroma y producidos por las células epiteliales cuya expresión es regulada por los andrógenos.29 Es por ello, que la presencia de estas hormonas es sumamente importante, pues se ha encontrado que la ausencia de T reduce de manera significativa el peso de la próstata, debido a la pérdida por apoptosis del 70% de las células epiteliales glandulares, además de propiciar un retardo en la diferenciación de estas células debido a la baja expresión de genes de la familia Wnt como Bmps/Tgfb/activin, que afecta a la organización del epitelio prostático y en consecuencia a la función de la glándula al disminuir la producción del líquido prostático.29-30

 

4.2 PRL

PRL es una hormona de tipo proteico que se sintetiza en los lactotropos de la adenohipófisis, tiene un peso de 24 kDa y ejerce muchas funciones, dentro de las que destacan aquellas relacionadas con la reproducción y su efecto en glándulas sexuales accesorias como la próstata.31 Aunque se conoce poco sobre la participación de esta hormona en la función prostática, se sabe que participa en el desarrollo, crecimiento y maduración de la glándula, así como en la sobrevivencia y proliferación de las células epiteliales, donde puede actuar por si sola o en sinergismo con los andrógenos para regular la función y el crecimiento de la glándula.32-35

Cuando los andrógenos se unen a su receptor (RA) se convierten en un factor de transcripción que se transloca al núcleo y se une a secuencias específicas del ADN promoviendo la expresión de genes relacionados con los factores de crecimiento y proteínas que forman parte del líquido prostático, mientras que PRL, en conjunto con los andrógenos, regulan la expresión de enzimas mitocondriales tales como aspartato aminotransferasa, piruvato deshidrogenasa y aconitasa mitocondrial, implicadas en la producción de citrato.32,36 La producción de citrato, por las células epiteliales, también está regulada por zinc y la próstata contiene altos niveles de este compuesto donde intervienen en su captura los andrógenos y PRL.37 La presencia de este mineral en la glándula es muy importante ya que regula el metabolismo celular y la importancia de tener altos niveles de zinc dentro de la mitocondria es debido a que este mineral inhibe la actividad de la enzima aconitasa y por lo tanto la oxidación del citrato manteniendo los niveles de energía requeridos para un metabolismo adecuado.38-40

En condiciones basales, la síntesis del líquido prostático es realizada por estas dos hormonas (T y PRL) pero su producción y calidad aumentan en respuesta a la conducta sexual, ya que aumentan los niveles séricos de T y PRL al igual que sus receptores, pero la hiperprolactinemia, es decir, altos y sostenidos niveles de prolactina en sangre, ejercen el efecto contrario por lo que la calidad del semen disminuye junto con la cantidad de los espermatozoides, ocurriendo algo similar cuando disminuyen los niveles de T debido a un alto consumo de zinc.41-44

 

4.3 Participación de T y PRL en la generación de enfermedades en la próstata

En la glándula prostática se desarrollan diversas enfermedades tales como hiperplasia y cáncer, y se ha reportado que tanto PRL y T promueven la aparición de estas.19 En el humano la hiperplasia se desarrolla principalmente en la zona de transición, mientras que el cáncer tiene una mayor incidencia en la zona periférica y en menor grado en la zona central.45 Ambas enfermedades incluyen un aumento en el crecimiento del tejido prostático y en la tasa de proliferación celular donde PRL interviene promoviendo la proliferación y sobrevivencia celular, esto mediante la unión con un receptor que pertenece a la superfamilia de citocinas 1 y que se localiza en el cromosoma 5. La unión de esta hormona con este tipo de receptor activa vías de señalización intracelulares como las cinasas JAK-STAT (transductores de señales y activadores de la transcripción) y las MAPK (protein cinasas activadas por mitógenos) implicadas en la proliferación, diferenciación y supervivencia de las células prostáticas.46-50 Desde 1955 se reportó que PRL es necesaria para el desarrollo y maduración de la glándula, ya que en ratones a los que se les inhibió la acción de esta hormona durante el desarrollo embrionario, presentaron atrofia prostática en la edad adulta.51 No obstante, estudios realizados en nuestro laboratorio han mostrado que la administración crónica de PRL y T en conjunto, propicia la aparición de lesiones precancerosas en la glándula prostática de la rata, lo que muestra que la alteración en la homeostasis de estas hormonas inician las enfermedades como la hiperplasia prostática y cáncer.22

Los mecanismos que intervienen en la generación de estas enfermedades son complejos y multifactoriales, pues involucran la pérdida del balance hormonal y de sus vías de señalización, así como del control nervioso, generando como consecuencia una disminución en la captura de zinc por las células. Este hecho mantiene activada a la enzima aconitasa, produciendo una oxidación constante del citrato, situación que mantiene las condiciones propicias para la proliferación y sobrevivencia de las células enfermas que mantienen el progreso la enfermedad.40 Estas células no sólo proliferan, sino que también pierden su forma y adquieren la capacidad de migrar hacia otros sitios, ya sea dentro del mismo tejido cuando se rompen las uniones intercelulares que mantienen unidas a las células entre sí y con el citoesqueleto o fuera de él (metástasis). La cadherina es la proteína que mantiene esta unión, su expresión es regulada por PRL y es considerada como un marcador que indica la agresividad de la enfermedad en el tejido prostático.52

La participación de PRL en la inducción de enfermedades en la próstata cobra mayor importancia cuando el cáncer se vuelve resistente a la acción androgénica y aunque se desconoce la razón de ello, existe evidencia de que, en la vejez, etapa en la que inicia la aparición de las patologías prostáticas, los niveles de T disminuyen mientras que los de PRL aumentan.53-54 Los efectos de PRL no necesariamente requiere que se mentegan elevados de forma constante porque un aumento transitoria también induce cambios histológicos en la próstata y no afecta la ejecución de la conducta sexual. Independientemente de si PRL se mantiene elevada de manera constante o transitoria ambas condiciones aumentan la expresión del receptor corto, lo que significa que las lesiones presentes en la próstata son producto del aumento en la expresión de este receptor y su importancia radica por el hecho de que este tipo de receptor está implicado en la proliferación celular.55-56 Aunque se requiere realizar más estudios al respecto, es posible considerarlo como un desencadenador de las lesiones prostáticas.

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5. El SNA y la importancia del GPM en la regulación autonómica del aparato genitourinario

El SNA se divide en el sistema nervioso simpático y parasimpático, tiene su origen en el bulbo raquídeo o médula oblonga del tronco encefálico y se conforma de dos cadenas de 23 ganglios que se distribuyen a lo largo de la columna vertebral para inervar a diferentes órganos periféricos.57 Es una estructura neurovegetativa de suma importancia, ya que transmite información de la médula espinal al cerebro para regular funciones involuntarias tales como la secreción de jugos gástricos y controlar reflejos como la tos, el vómito, el estornudo, la deglución, etc.57 Anatomicamente, se divide por segmentos en: a) región cervical, que controla la captación de luz, la secreción de las hormonas hipofisiarias, la deglución, el latido cardiaco y la función tiroidea; b) región torácica, que inerva órganos como los pulmones y el corazón; c) región lumbar, donde tienen conexión con la mayoría de los órganos intra-abdominales, tales como el bazo, el hígado, el diafragma y el estómago; y finalmente d) región pélvica, formada por dos cadenas de ganglios que se unen con el ganglio coccígeo, y es en este segmento donde se localiza el plexo sacro, también conocido como plexo pélvico en el humano o GPM en la rata, cuya función es controlar a diversos órganos pélvicos como el recto, la vejiga, las vesículas seminales, el pene y la próstata.1,58 Esta última es regulada no solo por hormonas, sino también, por el sistema nervioso periférico, además, ambos sistemas están involucrados en la generación de las enfermedades que se han reportado en esta glándula.22,59

El GPM forma parte del SNA y es el responsable de inervar a la próstata; en la rata macho se encuentra adosado sobre la PDL y posee una forma piramidal, en un animal adulto sus dimensiones son de 2 mm de ancho por 4 mm de largo y está conformado por neuronas que reciben fibras preganglionares de los nervios NPv y NHg.3,5,57,60 El NPg, es muy característico porque emerge del ganglio mesentérico inferior, que a su vez recibe fibras provenientes de los segmentos espinales torácico T13 y lumbares L1 y L2; contiene cerca de 1600 fibras que llevan información sensitiva, simpática y parasimpática.57 Por su parte, el NPv posee alrededor de 5000 axones que se originan de los segmentos lumbar L6 y sacro S1, se ramifica en la rama somatomotora que inerva a los músculos iliococcígeo y pubococcígeo y en la rama viscerocutánea, que inerva al GPM y, al igual que el NHg, conduce información sensitiva, simpática y parasimpática (figura 1).1,57,61 El GPM de un macho adulto contiene alrededor de 11,900 neuronas, las cuales tienen un diámetro que varía de entre 15 a 40µm, con un área del soma que oscila entre 100 y 1300 μm².5,62-63

También posee otros tipos de células pequeñas llamadas SIF (intensamente fluorescentes), de las cuales existen dos tipos: tipo I, dopaminérgica y que cumple la función de interneurona y tipo II neuroendócrina, con un gran contenido de pequeñas vesículas en su citoplasma; asimismo se ha reportado la presencia de células de Schwann que forman la mielina que recubre los axones neuronales, células endoteliales que recubren los vasos sanguíneos, así como de las células satelitales, que rodean a las neuronas y, debido a ello, controlan el microambiente neuronal así como la transmisión sináptica.64-65 Actualmente se sabe que tanto las neuronas como las células SIF del GPM expresan receptores para acetilcolina, adrenalina, andrógenos, GABA A, purinérgicos, endocanabinoides y a PRL60.66-67

 

Figura 1. Integración de los nervios NPv y NHg en el GPM. En la imagen se muestra el origen de los nervios pélvico (NPv) e hipogástrico (NHg). El NHg tiene su origen en los segmentos de la médula espinal (sistema nervioso central o SNC): torácico 13 (T13) y lumbares 1, 2 y 3 (L1, 2 y 3) los cuales convergen en el ganglio mesentérico inferior (GMI), lugar donde finalmente emerge el NHg. El NPv surge de los segmentos: lumbar 6 (L6) y sacral 1 (S1). Ambos nervios forman parte del sistema nervioso periférico (SNP) e ingresan al ganglio pélvico mayor (GPM), que se encuentra localizado sobre la próstata dorsolateral (PDL), e inerva a los diferentes órganos del aparato genitourinario: vesículas seminales (VS), glándulas coagulantes (GC), vejiga urinaria (Vj), (PVD) próstata ventral derecha, (PVI) próstata ventral izquierda, (PDLD) próstata dorsolateral derecha, (PDLI) próstata dorsolateral izquierda y (U) uretra.

 

El GPM es una estructura bilateral, por lo que la extirpación de uno de ellos aumenta el tamaño de las neuronas y el desarrollo de las conexiones sinápticas del ganglio contralateral, probablemente como respuesta a cambios neurotróficos en la señalización celular.68 Se ha descrito que las neuronas en el ganglio se encuentran distribuidas en regiones específicas, dependiendo del órgano blanco que inervan.3 De esta manera se pudo determinar que las neuronas que inervan al colon se localizan en la región dorsal, cerca del sitio donde ingresan los nervios NPv y NHg.3 Las neuronas que inervan al pene se distribuyen en la región dorso-caudal, donde se origina el nervio cavernoso que es responsable de la erección y los cuerpos neuronales que controlan a la vejiga, se encuentran distribuidas de manera uniforme en todo el ganglio (ventral, dorsal, caudal y rostral), mientras que las neuronas que regulan a la PV, se restringen a la región ventro-caudal del ganglio, que corresponde al sitio donde se originan los nervios prostáticos o accesorios.3

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6. Inervación autonómica de la próstata en la rata macho

El SNA juega un papel importante en el crecimiento, maduración y función secretora de la glándula prostática, pues recibe información de tipo simpática, parasimpática y sensitiva que provienen del GPM.3,6,16,67 La próstata tiene una abundante inervación y contiene fibras con diámetros mayores de 95 mm cercanos a la capsula y numerosos nervios con diámetros aproximados de 30 mm y que se localizan en dirección a la uretra.69 Se ha reportado que la mayoría de la inervación sensorial de la próstata, en la rata, proviene de fibras que se originan de los ganglios de la raíz dorsal a nivel de los segmentos L6 (40%) y L5 (20%).69 Con respecto a la inervación adrenérgica y colinérgica, a la fecha se desconoce con exactitud cómo se distribuyen estas fibras en la próstata, lo que se sabe es que ambos tipos participan en la relajación y contracción del músculo liso que rodea a los alveolos prostáticos, pero también inervan a las células epiteliales que conforman los alveolos.47 Ambos lóbulos contienen los dos tipos de fibras (simpáticas y parasimpáticas) pero la proporción es diferente en cada uno de ellos; en caso de la PV, se ha encontrado que prevalecen las fibras de tipo adrenérgico, mientras que en la PDL, la densidad de ambas fibras es muy similar.70 A pesar de que ya se sabe que las células epiteliales contienen fibras provenientes del GPM, aún se desconoce el rol que ejercen sobre la síntesis del líquido prostático, no obstante, algunos estudios señalan que este sistema contribuye a regular la proliferación celular y promover la metástasis en el cáncer de próstata.71 A la fecha no se conocen con exactitud los mecanismos mediante los cuales el SNA favorece la aparición de las enfermedades en la próstata, pero se ha sugerido que la hiperactividad de este sistema es uno de los factores desencadenantes del desarrollo de las patologías reportadas en este órgano.71 En este sentido se plantea que, en el humano, aproximadamente el 50% de los cánceres con caracteristica invasiva son desarrollados por la hiperactividad de los nervios localizados en la glándula. Se especula que el sistema nervioso simpático favorece el desarrollo del tumor prostático en sus primeras etapas donde la activación de receptores adrenérgicos (β2 y β3) están involucrados, mientras que el sistema nervioso parasimpático participa promoviendo la metástasis al activar receptores de tipo muscarínico (M1).47,69

Pese a que ya se conocen cuáles son los receptores que se activan para promover el inicio de las enfermedades en la próstata, los mecanismos moleculares exactos del crecimiento tumoral y la metástasis aún no están bien esclarecidos; no obstante, se ha planteado que la extirpación quirúrgica del plexo pélvico, en el humano, podría usarse como un posible tratamiento, tomando en consideración que este procedimiento realizado en ratones detiene el desarrollo del tumor prostático, pero es un procedimiento que requiere mayor sustento para realizarse en humanos, ya que se ha demostrado que la suspensión del control nervioso proveniente del nervio esplácnico origina la aparición de displasia y cáncer colorrectal en ratones.71-76 La razón de ello aún se desconoce, pero hay que considerar que la próstata tiene un control simpático y parasimpático, por lo que se tendrían que eliminar ambos sistemas para que se detenga el progreso de la enfermedad, al menos bajo las condiciones experimentales reportadas. Si bien, aun cuando se requiere reafirmar esta hipótesis, hay que considerar el hecho de que en estos trabajos, los tumores generados en la próstata provienen de líneas celulares que fueron inyectadas en la cercanía de la glándula. Una vez alojadas en el tejido, inician su crecimiento generando un tumor que no solo se acompaña de un aumento en la tasa de proliferación celular, sino de una irrigación e inervación que sostiene el desarrollo del tumor. Así, esta condición es completamente distinta al desarrollo “natural” de una enfermedad que surge de una glándula sana.7778-79

La inervación juega un papel muy importante en el mantenimiento y desarrollo de la próstata ya que la supresión de su control, ya sea por gangliectomía (extirpación del GPM) o por la lesión preganglionar de los nervios NPv y NHg, ocasiona diversos efectos que incluyen cambios como: a) histológicos semejantes a una hiperplasia, metaplasia o displasia prostática; b) fisiológicos, porque la célula prostática va perdiendo la capacidad de producir líquido prostático e impide la liberación de testosterona en respuesta a la ejecución de la conducta sexual y, c) moleculares, porque disminuye la expresión del RA en la glándula.9,24,70,75,80

Considerando los diferentes procedimientos experimentales realizados y los resultados derivados de ello, aún se requiere realizar diversos estudios que indiquen con mayor claridad y exactitud cómo es que el SNA interviene en la generación de las enfermedades en la próstata, así como su relación con el sistema endócrino, para poder contribuir a detener la aparición de una patología o, al menos, evitar su desarrollo.

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7. Asociación entre conducta sexual, GPM y próstata

Durante la ejecución de la conducta sexual, el macho percibe estímulos sensoriales del olfato, el oído, la vista y del área peri-genital que lo preparan para responder a la actividad sexual y reproductiva.81 La motivación que se va generando conforme el macho mantiene contacto con la hembra receptiva culminan con la ejecución de la conducta sexual.82

En el caso de la rata macho, su comportamiento sexual abarca una secuencia ordenada de movimientos motores que se denominan como: a) monta, donde el macho hace contacto con la hembra sin realizar penetración; b) la intromisión, que comprende la inserción del pene en la vagina de la hembra y, finalmente, c) la eyaculación, que implica la expulsión del semen en el tracto uterino de la hembra.21,69 Cuando el macho se expone por primera vez con una hembra receptiva se le considera un macho inexperto, y la razón de ello no solo radica en que sea la primera vez que tiene contacto con la hembra, sino en su desempeño sexual, ya que durante la ejecución de la conducta realiza más montas que intromisiones y, por tanto, toma más tiempo eyacular (20 minutos). Conforme el macho va adquiriendo experiencia, el tiempo que le toma llegar a la eyaculación disminuye considerablemente (10 minutos), realizando más intromisiones y menos montas, y en este momento se le considera como sexualmente experto.83

Durante la cópula, las feromonas provenientes de la hembra estimulan al epitelio nasal y al órgano vomeronasal en el macho, esta información se registra y envía a áreas cerebrales como la amígdala corticomedial y al área preóptica media del hipotálamo que es la estructura cerebral encargada de regular la conducta sexual.83,84 Esta información también converge en el núcleo paraventricular del hipotálamo, estructura que se comunica con la hipófisis para liberar hormonas como la folículo-estimulante, luteinizante y PRL, y con segmentos espinales, torácicos y lumbosacros de la médula espinal para regular los circuitos autonómicos donde se encuentra implicado el GPM.3 La información que converge en este ganglio activa neuronas ganglionares que regulan la erección peneana, a los testículos y glándulas accesorias tales como la próstata, vesículas seminales, glándulas de Cooper o bulbouretrales.3 Este conjunto de eventos centrales y autonómicos que se activan durante la ejecución de la conducta, culmina con la expulsión del semen, que es el resultado de la mezcla de las diferentes secreciones de las glándulas y que, junto con los espermatozoides, es depositado en la vagina de la hembra para que se lleve a cabo el proceso de fecundación.1,81,83-85 Por lo tanto, la ejecución de la conducta sexual, además de involucrar varios circuitos centrales y periféricos, también incorpora al sistema endócrino y, juntos, promueven el éxito reproductivo de la especie.86 Esto se debe a que, durante esta conducta, incrementan los niveles de T y de PRL en sangre, hecho que se correlaciona con el aumento en la expresión de sus respectivos receptores en la próstata, así como de la activación de las vías de señalización usadas por PRL.87 Aunque aún no se conoce por completo la función estas dos hormonas en la próstata (T y PRL), se puede proponer que pueden estar involucradas, no sólo en la producción del líquido prostático, sino también en la proliferación y supervivencia de las células prostáticas.88 Al parecer esta respuesta es más de tipo hormonal más que nervioso ya que independientemente de que se active el SNA en respuesta a la ejecución de la conducta sexual, no requiere de la expresión de los receptores muscarínicos y adrenérgicos, por lo que es posible suponer que su participación se centre en contraer el músculo liso localizado en los conductos y las células epiteliales de la próstata permitiendo la expulsión del contenido de la glándula.1,3,70,74,75

Es importante mencionar que todos los receptores mencionados también se expresan en el GPM, pero ninguno de ellos aumenta su expresión en respuesta a la ejecución de la conducta sexual; sin embrago, dicha conducta ejerce cambios tróficos en el ganglio tales como el incremento del área del soma neural y del número de neuronas en la región ventro-caudal (sitio que regula a la PV), mientras que en la próstata aumenta el área alveolar y la altura epitelial.89-90 Estos cambios histológicos tienen una repercusión fisiológica y nos llevan a suponer que el sistema ganglio-próstata se vuelve eficiente para responder a un evento conductual que se lleva a cabo de manera intermitente y prolongada.89,91 El efecto es opuesto cuando los nervios preganglionares NPv y NHg se alteran, ya que bajo estas condiciones el área del GPM y de las neuronas disminuye significativamente, cambios que se correlacionan con el aumento en la expresión de los receptores muscarínicos y RA y es probable suponer que los cambios en el ganglio sean los responsables de iniciar las patologías prostáticas.90-91 Esta propuesta se sustenta porque la ausencia del control nervioso en la próstata induce cambios histológicos semejantes a una hiperplasia o displasia tanto en sujetos que nunca estuvieron expuestos a la presencia de una hembra receptiva como en aquellos sexualmente expertos, pero en éstos últimos su aparición es más tardía.90 Con base en ello, se propone la hipótesis de que la experiencia sexual no impide el desarrollo de patologías en la próstata, sino que retarda su aparición. Esta propuesta, se fundamenta en el hecho de que la incidencia tanto de la muerte como de nuevos casos de cáncer de próstata sigue aumentando, sin dejar de considerar que al menos el 90% de la población masculina tiene una vida sexual activa.75 Entonces, la pregunta obligada gira en torno a ¿cuáles son los eventos moleculares involucrados en cada condición?, a la fecha no se tiene una respuesta concreta, pero se han logrado avances que indican que la conducta sexual promueve cambios tróficos en el GPM y en la próstata, que, al parecer, contribuyen al retardo de la aparición de las enfermedades prostáticas; no obstante, para mostrarlo aún se requieren más estudios al respecto.75,90

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8. Conclusiones

En la actualidad existen varios trabajos que muestran que el desarrollo de las patologías en la próstata son consecuencia de la alteración en los niveles séricos de T y de la mutación del RA, razón por la cual los tratamientos usados a la fecha tienen la finalidad de detener el desarrollo y progresión de las enfermedades prostáticas mediante el uso de medicamentos que evitan la acción de esta hormona. Aunque PRL también es considerada como un factor de riesgo en la generación de las enfermedades reportadas en la glándula, generalmente no es considerada como una opción de tratamiento y, pese a que la próstata contiene receptores para los neurotransmisores clásicos (acetilcolina y adrenalina), tampoco se considera como una elección de tratamiento a pesar de que la alteración en el sistema nervioso también promueve la aparición de enfermedades en la próstata. Indpendientemente de ello, aún quedan muchas interrogantes respecto a la forma en cómo se asocian el SNA, el sistema endócrino y la conducta sexual para controlar la fisiopatología prostática. En la actualidad se han dado los primeros pasos en el entendimiento de esta interrelación, por lo que se espera que en un futuro se pueda conocer más a detalle la participación de cada uno de ellos en la generación de las enfermedades de la próstata.

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9. Conflicto de intereses

Los autores declaran que no tiene conflictos de interés.

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10. Agradecimientos.

Se agradece al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT) de México por el apoyo otorgado (VSZ/595360 y AMM/595375) a través del Programa de Becas Nacionales. Al Doctorado de Investigaciones Cerebrales (No. 003236) y al cuerpo académico de Neuroquímica (UV-CA 304)

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Recibido: 03 de agosto, 2020 Aceptado: 18 de febrero, 2021

 

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*Correspondencia: Hernández-Aguilar María Elena. Instituto de Investigaciones Cerebrales. Avenida Luis Castelazo Ayala s/n. Colonia Industrial Las Animas, Xalapa, Ver. C.P. 91090, Tel: 52 (228) 8 418900 ext. 13061. E-mail: elenahernandez@uv.mx

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