LA CONSTRUCCIÓN DEL PARADIGMA COMUNICATIVO EN LAS CIENCIAS SOCIALES

José Alfredo Zavaleta Betancourt*
El presente trabajo está estructurado en tres partes: la primera aborda algunos acontecimientos discursivos que han permitido un tránsito del paradigma de la conciencia al paradigma de la comunicación; la segunda, señala las principales contribuciones epistemológicas y teóricas de algunos discursos filosóficos y sociológicos contemporáneos para la construcción del paradigma comunicativo y, la tercera, boceta las líneas generales de las propuestas éticas y políticas de los anteriores discursos, asumiendo hacia ellos una actitud pragmática.

    1. Al parejo de la modernización1 económica y política2 de las sociedades occidentales, se han desarrollado tres acontecimientos discursivos3 que han posibilitado un cambio de paradigma4 en la Filosofía y las Ciencias Sociales contemporáneas: un giro lingüístico,5 un giro pragmático6 y el fracaso del proyecto positivista de una ciencia natural de la sociedad.7

El giro lingüístico está caracterizado por un cambio de problemáticas en la discusión filosófica que se ha desplazado de la conciencia8 al ser,9 la existencia10 y el lenguaje ordinario.11    El giro pragmático, por el vuelco de la problemática del lenguaje ordinario hacia la comunicación entendida como base de una relación entre la ética y la política, y por último el fracaso positivista12 generado por la dispersión de las Ciencias Sociales13 y su incapacidad para deshacerse del lenguaje de los legos.

    El cambio de paradigma posibilitado por estos acontecimientos discursivos ha sido ejecutado en un contexto teórico de acercamiento creciente entre corrientes filosóficas y sociológicas14 y compuesto además, por una creciente proliferación de teorías, quizá un poco dispersas, que desarrollan sus argumentos en los límites administrativos de ambos conjuntos disciplinarios.15 Esta situación, lejos de ser interpretada como una debilidad, debería ser entendida como un signo de la fortaleza de éstas.

    El nuevo paradigma comunicativo ha sido construido mediante el abandono de las reglas y los vocabularios del paradigma de la conciencia,16 caracterizado por el monismo, el solipsismo y el logocentrismo. Ese ha sido precisamente el itinerario seguido por cuatro discursos filosóficos y sociológicos hegemónicos en el debate académico contemporáneo:17 la microfísica del poder de Michel Foucault, el ironismo liberal de Richard Rorty, la teoría de la acción comunicativa de Jürgen Habermas y la teoría de sistemas de Niklas Luhmann.

    2. En efecto, estos discursos han contribuido a la construcción del nuevo paradigma en dos de sus dimensiones constitutivas, la epistemológica y la teórica. Para ello, han adoptado posiciones con respecto al proceso de conocimiento, tanto como en torno a las características de las acciones sociales que deben construirse como objetos teóricos, sobre los cuales es preciso desarrollar investigaciones que dentro de la comunidad de científicos consideremos imprescindibles.

    2.1. En el primer caso,18 la microfísica del poder asume una posición relativista: el ironismo liberal, un nominalismo historicista; la teoría de la acción comunicativa, un realismo moderado y la teoría de sistemas, un realismo paradójico. A partir de ellas, conciben los componentes básicos de un proceso de conocimiento: el objeto, el método y las explicaciones científicas.

    La microfísica del poder concibe al objeto como histórico,19 al método como un acoplamiento genealógico20 y a la explicación como un conjunto de ficciones.21 El ironismo liberal entiende al objeto como contingente,22 al método como conversacional23 y a la explicación como una serie de vocabularios limitados.24 La teoría de la acción comunicativa asume al objeto como evolutivo,25 al método como diálogo racional26 y a la explicación como un producto del consenso público.27 Por último, la teoría de sistemas ve al objeto como un incremento de la complejidad del sistema y el entorno, al método como una doble observación28 y a la explicación como un medio de comunicación simbólicamente generalizado.29

    2.2. En el segundo caso, la microfísica del poder asume un anarquismo existencialista, el ironismo liberal un liberalismo restringido, la teoría de la acción comunicativa un liberalismo radical y la teoría de sistemas, el neoconservadurismo. Desde estas posiciones políticas sugieren que las investigaciones filosóficas y humanísticas deberían partir de las problemáticas sobre el individuo, los límites de lo privado y lo público y la reproducción del sistema societal.

    Aquí, la microfísica del poder concibe al individuo como sujeto,30 prioriza lo privado sobre lo público mediante una problematización de la autonomía,31 y piensa al sistema como disciplinario. El ironismo liberal entiende al individuo como autónomo, prioriza lo privado sobre lo público discutiendo la necesidad de la solidaridad y piensa que el sistema debería ser más tolerante. La teoría de la acción comunicativa piensa a los individuos como ciudadanos, le da más importancia a lo público sobre lo privado, concentrándose en la democracia y concibe al sistema como colonizador. Por último, la teoría de sistemas ve al individuo como entorno y a su conciencia como sistema psíquico, prioriza lo público sobre lo privado, interesándose en la reducción de la complejidad, defendiendo la autopoiesis del sistema.

    Con estas posiciones epistemológicas y teóricas, han logrado, por un lado, una nueva teoría del conocimiento, pluralista, intersubjetiva y pragmática, es decir, nuevas reglas epistemológicas para la construcción del objeto tales como la discontinuidad y la convencionalidad y han hecho posible un pensamiento postmetafísico32 caracterizado por una crítica fuerte de la racionalidad especulativa, el trascendentalismo conceptual, el dualismo cognoscitivo de sujeto y objeto y el primado de la teoría sobre la práctica.

    Por un lado, han vuelto a plantear el problema de la especificidad de las acciones sociales,33 problematizando las relaciones entre las acciones colectivas y las estructuras, estas últimas y los sujetos,34 asimismo, han desarrollado una ontología histórica de nosotros mismos,35 amplia y restringida, y una secularización de la política, aunque incompleta, porque a todos esos discursos subyace una dimensión utópica.36

    3. Pues bien, estos discursos desarrollan sobre los supuestos anteriores, algunas propuestas para vivir una vida buena entendida como una existencia feliz y justa37 desarrollada mediante ciertas virtudes privadas y públicas.38 Por eso, ante los problemas estructurales de control de las sociedades modernas, insisten en la necesidad de adoptar ciertos comportamientos individuales y grupales, bajo común acuerdo de que es preciso construir una esfera pública aceptable, creíble y transparente, de tal forma que nadie se sustraiga a la ética.39

    Al respecto, la microfísica del poder propone el gobierno de sí, una actitud beligerante y el respeto de las minorías de diferentes y, por ello, rechaza el colectivismo universalista, en su versión ilustrada y tecnocrática, de la teoría de la acción comunicativa y la teoría de sistemas; el ironismo liberal cree necesario no delegar el poder personal gratuitamente y solidarizarse con nuestros contemporáneos en comunidades pequeñas, intentando ser con ellos cada vez menos crueles y por eso, dice rechazar el ironismo que no quiere ser liberal asumido por la microfísica del poder y al liberalismo que no quiere ser ironista de la teoría de la acción comunicativa.

    Por otra parte, la teoría de la acción comunicativa considera necesaria la participación y la opinión de los ciudadanos para que mediante un control de las decisiones puedan concretarse algunos valores universales legados por la ilustración tales como la libertad, la democracia y la igualdad. Por eso critica el anarquismo existencialista de Michel Foucault, el esteticismo caro de Richard Rorty y la utopía tecnocrática de Niklas Luhmann. Para finalizar, la teoría de sistemas propone cierres operacionales de los subsistemas sociales y con ello, rechaza las alternativas anteriores ya sea por neuróticas o románticas.

    Pues bien, la esperanza de inmortalidad que subyace a la escritura de estos discursos filosóficos y humanísticos40 ha hecho que instituyan reglas para ciertos comportamientos y el uso de algunos vocabularios; pero la práctica de esas reglas y saberes para construirnos como ciudadanos autónomos y solidarios, inteligentes y responsables, no debe hacerse con base en decisiones absolutamente excluyentes, puesto que en la vida diaria, tan sobrecargada de alternativas41 es preciso no elegir una y para siempre,42 sino asumir actitudes abiertas según las situaciones específicas de nuestra socialización y desarrollo cognoscitivo, en los marcos de nuestras comunidades locales y nacionales.

    No es imperativo asumir conclusiones y actitudes fijas que nos imposibiliten discernir qué nos conviene ética y políticamente en una situación particular o específica; por el contrario, es preciso reconocer que podríamos sobredeterminar estos instrumentos según exigencias prácticas, mediante un contextualismo fuerte que evite, a través de discusiones éticas y políticas, el relativismo que en ciertas ocasiones, no siempre, pone en juego la voluntad general.

    Por otra parte, la alternativa metateórica y metaética de comunicar posiciones en principio inconmensurables ha sido ya ensayada, o por lo menos sugerida, con resultados inesperados: la microfísica del poder se reconoció finalmente como otra manera de abordar las relaciones entre la racionalidad y el poder tal como lo hacía la teoría de la acción comunicativa.43 Esta última incluyó a la teoría de sistemas en sus desarrollos recientes.44 Por si fuera poco, algunos comentaristas críticos de las anteriores teorías han intentado mediar entre el ironismo liberal y la teoría de la acción comunicativa,45 entre la acción comunicativa y la microfísica del poder,46 etc. Con ello, se ha ampliado el arsenal de herramientas útiles por las cuales optar en un sentido funcionalista y crítico.


Notas

* Catedrático de la Facultad de Sociología de la Universidad Veracruzana.
1 Entiendo por modernización un conjunto de procesos de racionalización societal, económicos, políticos y socioculturales; mientras que por modernidad, la experiencia individual y colectiva que tenemos de esos procesos.
2 Impulsada en las empresas y en las oficinas de administración pública, tanto como en la educación.
3 Utilizo la idea que tiene de ellos Foucault.
4 Me refiero a la fase de crisis científica reseñada por Kuhn.
5 Así se ha dado en llamar a la tendencia de las preocupaciones filosóficas y sociológicas contemporáneas hacia la comunicación.
6 El mismo caso con las tendencias interesadas desde la comunicació en la ética y la política como medios para vivir una vida buena.
7 Giddens, Anthony. Las nuevas reglas del método sociológico.
8 Husserl, Edmund. La crisis de las ciencias europeas y la fenomenología.
9 Heidegger, Martín. El ser y el tiempo.
10 Sartre, Jean Paul. El ser y la nada.
11 Wittgenstein, Ludwig. Investigaciones filosóficas.
12 Giddens. Ibid.
13 Pharé y Dogan Mathei. Las nuevas ciencias sociales.
14 Giddens. Ibid.
15 Pharé y Dogan. Ibid.
16 Según Habermas en su libro El discurso filosófico de la modernidad.
17 En la filosofía y las ciencias sociales, aunque no son los únicos si son los más importantes; asimismo, parecen coincidir en una teoría pragmática de la verdad.
18 En realidad, ellos utilizan un abandono de la epistemología como campo problemático; no obstante, reflexionan sobre cómo producen sus conocimientos.
19 Mediante una genealogía discontinuista que rechaza las ideas de origen, sujeto y fin.
20 Entendida como la unión de saberes eruditos y locales, ambos antilogocéntricos.
21 En tanto narraciones extraordinarias que reaccionan ante la pobreza de los enunciados.
22 En todo lo que tienen de innecesarios e imprescindibles.
23 Uso aquí la idea de métodos como medio convencional cuya dimensión no es tan importante como la línea de trabajo pragmática que estos autores desarrollan.
24 Rorty se refiere a los discursos personales o compartidos colectivamente.
25 Se trata de situaciones que denotan un grado de evolución sociocultural objetiva y cognoscitiva.
26 En este caso, la situación ideal de habla.
27 Referido a la dimensión consensual de la verdad.
28 Producida por la diferenciación de la sociedad y su evolución.
29 En tanto observación de observaciones, es decir, en tanto una observación de sistemas que no se cancela a si misma, sino que reconoce la observación de lo observado.
30 Como producto de la sujeción y reconociéndose en tales circunstancias.
31 Foucault rechazaba los proyectos globales teóricos y políticos.
32 Véase el libro del mismo nombre de Habermas.
33 Un viejo problema clásico que está volviéndose a discutir con el propósito de conservar algunas cosas en las ciencias sociales, cfr. Ritzer, Georges. La teoría sociológica contemporánea.
34 En una perspectiva abierta que supera las unilateralidades de anteriores discursos.
35 Sobre todo el último Foucault.
36 Una nueva utopía racionalista cuyos fundamentos son en distintos casos, argumentativos o deliberativos.
37 En el sentido aristotélico.
38 Véase el libro de Heller y Féher. Las políticas de las postmodernidad.
39 Véase el libro Virtudes públicas de Victoria Camp.
40 Asimismo, el libro Política para Amador de Fernando Savater.
41 Heller, Agnes. Historia y vida cotidiana.
42 En el sentido del viejo paradigma solipsista, monológico y logocéntrico.
43 Véase los últimos escritos de Foucault.
44 Habermas, Jurgen. Teoría 1 acción comunicativa 2.
45 Por ejemplo el libro de María Pía Lara Zavala llamado La democracia como identidad ética.
46 Es el caso de Thomas, Mc Carthy en su libro Ideales e ilusiones, una reconstrucción de la teoría critica contemporánea.

Referencias bibliográficas

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Última revisión: miércoles, 2 de abril de 2003