Núm. 1 Tercera Época
 
   
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Fernando Vilchis
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  M.A.H. - Xilografía  
     

El antagonista del Güegüense es el Gobernador Tastuanes. Se cree que “Tastuanes” viene del náhuatl Tlatoani, “jefe”. Es como repetir dos veces la misma cosa, lo que también es una burla. La palabra Tlatoani en náhuatl no suena mal, y sería una palabra digna, pero pasada al español, “Tastuanes” me parece que tiene un sonido que mueve a risa.

Además del Gobernador Tastuanes (o Jefe-Jefe) hay una retahíla de títulos: Alguacil Mayor, Alcaldes Ordinarios, Notarios, Escribano Real, Señores Principales, Cabildo Real. Y a mí me parece que también parte de la burla es toda la indumentaria barroca y recargada de esta pieza teatral, por no decir extravagante, con los indios disfrazados de autoridades: con cadenas de oro, collares de monedas de plata, ornamentos de acero, casacas con botones de oro, bombachos y medias, birretes, bonetes con monedas, sombreros con picos, capas y zapatillas con lazos de oro, adornos fantásticos con plumas y flores y cintas y pañuelos de brillantes colores.  

En muchas ocasiones, al quedar bajo la férula de la familia de adscripción, se exacerba su restricción en espacios domésticos y se les vigila estrechamente, a la vez que se agudiza su dependencia hacia las remesas llegadas desde el otro lado de la frontera...  

Creo que también es burla el que los hijos del Güegüense se llamen Don, siendo dos muchachos: Don Forcico su hijo fi el, y Don Ambrosio su hijastro (o “entenado”) que le lleva siempre la contraria; en la colonia sólo podían usar el Don personas de linaje. Y por tanto los dos hijos se nos presentan como igualados.

Hay varias mujeres en la obra, pero son mudas (¿sería porque así era la situación de ellas en la colonia?). La más importante es Doña Suche-Malinche, la hija del Gobernador. “Suche” parece que viene del náhuatl Xóchitl, que es Flor. Su nombre, pues, sería Flor de Malinche. Al fi nal ella se casa con el hijo del Güegüense, Don Forcico, y suele verse esto como un fi nal feliz, y algo que así debiera ser en toda historia. La culminación de la obra sería también entonces la alegre alianza entre los dos antagonistas, el mestizo y el Gobernador. Aunque no falta quien ve esta boda como otra farsa y otra burla, y que la tal Suche no es hija del Gobernador sino una criada o una prostituta. No sabemos. En el mundo de lo fantástico (como en el de la realidad) todo es posible.

Este es el libro bilingüe del Güegüense, muy difícil de entender —imposible de entenderlo cabalmente— que María Lópéz Vigil tuvo la osadía de adaptarlo a los niños, y lo ha hecho estupendamente. Es un acontecimiento literario muy importante, porque se trata del libro más nicaragüense que existe. Y ahora está en manos de niños y jóvenes, que tal vez lo van a entender mejor que los grandes. En esta adaptación de María López Vigil hay modismos muy nicaragüenses: “Por cuenta…”, “Hecho paste”, “Salió chifl ado”. Palabras muy nuestras (y tal vez sólo nuestras) como: “Chereques”, “Chirizo”, “Palmazón”, “Achumicado”... Como que ella hubiera nacido en Nicaragua.

También tiene esas rimas muy nicaragüenses que José Coronel Urtecho y Joaquín Pasos llamaban “rimas chinfónicas”, que son ristras de rimas seguidas, sin ton ni son, y que mucho ama el pueblo nicaragüense. Un ejemplo propio de María López Vigil:
Tona Nalgona, qué gran alegrona

En el mismo espíritu del Güegüense original esta nueva versión hace que las palabras suenen (intencionalmente) distorsionadas en el oído de un sordo. Y así “reputado empleado” se vuelve “Puto entenado”. “Me acomodo” resulta “Mee con modo”. “Moneditas de plata”: “bacinicas de lata”. Y una trastocación muy acertada, cuando “Señoría” se convierte en “Tiranía”.

Finalmente quiero poner este ejemplo: en la obra original, el Güegüense, después de ofrecerle al Gobernador hasta el lucero de la mañana, le dice: “Permítame ofrecerle esta jeringuita de oro como remedio para el Cabildo Real”, y el Gobernador contesta: “¡Para tu cuerpo ‘Güegüense'!”. Y es que está ofreciendo una jeringa de lavado para curar la corrupción del Cabildo Real. En esta versión para niños y jóvenes de María López se dice: “¡Mejor le doy esta jeringuita de oro purito para que obre mejor!”. (Con el juego de palabras muy güegüencista de “obrar mejor” en el sentido de cagar y de actuar. Lo que hace que esta obra colonial siga teniendo actualidad en el 2007).

Sergio Ramírez ha dicho de esta adaptación: “Quiero describir esta versión del Güegüense, antes que nada con la palabra linda, por todo lo que tiene de divertido, certero y atractivo en la estructura narrativa y en el lenguaje”.

Las ilustraciones de Nivio López Vigil están a la altura de estos textos. Son coloridas caricaturas de aquellos tiempos de nuestra colonia, con mucho humor y malicia, retratando bien el lujo y la pobreza como lo hace esta comedia nicaragüense. Que sigue siendo la Comedia de Nicaragua.

 
 
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