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Dramaturgia centroamericana, en el
número 102 del cuaderno de teatro Tramoya

Celia Álvarez

La revista Tramoya de la Universidad Veracruzana (UV), decana de las publicaciones teatrales en México y una de las más longevas de su género en Hispanoamérica, dedica su número inicial de 2010 a la dramaturgia centroamericana y comparte en sus páginas seis obras de autores procedentes de cinco naciones: Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica y Panamá, cada una de las cuales representa instancias acuciosas de una problemática de tipo local, aunque insertadas en el proceso de globalización al que está sometido el continente entero.

      Abre el número 102 de la mítica revista, fundada en 1975 por el inmortal dramaturgo veracruzano Emilio Carballido, un ensayo introductorio de la profesora, crítica, promotora e investigadora colombiana Beatriz J. Rizk, quien ofrece un completo panorama sobre las condiciones políticas y sociales que determinan la actividad teatral en la región centroamericana, al tiempo que analiza cada una de las obras antologadas, a las cuales acompañan en la parte central varias imágenes fotográficas en color, captadas por Rui Da Maia Nogueira en diversos espectáculos.

      A continuación, el lector encontrará la obra Caminante (Los caminos de la paz), del hondureño Tito Estrada, quien se ha esmerado en poner sobre las tablas el cuadro migratorio que presenta su país y en esta pieza logra una poética versión del cuento infantil “Hansel y Gretel”, haciendo alusión a la situación de las familias campesinas que se desplazan hacia la “tierra prometida” y quedan desintegradas en medio de los conflictos locales. Su objetivo es hacer reflexionar a los jóvenes sobre el tema de la no violencia, en torno al cual existe poca información específica.

      La siguiente obra incluida en este número de Tramoya, cuya portada ilustra una espléndida obra del reconocido ceramista mexicano Gustavo Pérez, es ¿Quiere usted comprar la luna?: Auto Sacramental, donde el salvadoreño Carlos Velis cuestiona las premisas ideológicas de dos organizaciones enfrentadas durante muchos años dentro de un contexto de guerra civil en su país: el Ejército Nacional y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, y aborda la latente desilusión derivada de los proyectos neoliberales llevados a cabo por el Estado.

      En seguida aparece en escena la directora, actriz, profesora de actuación y promotora cultural mexicana Lucero Millán, quien reside en Nicaragua desde 1979, donde fundó el Teatro Justo Rufino Garay y estableció en 1986 la primera sala independiente de esa nación. En la obra intitulada ¡Ay, amor, ya no me quieras tanto!, aborda la problemática de la violencia masculina ejercida contra la mujer a lo largo de incontables generaciones y critica la represión católica a través del miedo.

      Dos obras costarricenses forman parte de esta antología: La loca, de la dramaturga, poeta y actriz Ana Istarú, quien se ha caracterizado por describir en sus obras la doble moral sexual latina y en este monólogo hace hincapié en la presión que puede ejercer el entorno social en el comportamiento femenino, a la vez que reitera su fe en un mundo que aunque pueda estar falto de utopías, no lo está de esperanza, y Dicen las paredes, de Ailyn Morera, basada en casos ocurridos en la vida real, donde la autora denuncia la corrupción del medio a través de la situación de una pareja dispar en cuanto a su edad y percepción del mundo.

      Finalmente toca el turno al actor, productor y director panameño Óscar Poveda, quien mediante la pieza teatral Coge el Swing motiva a reflexionar sobre el estado de desigualdad que prevalece en su país merced a las prácticas del neoliberalismo, que no han hecho más que propiciar un alza notoria en los índices de pobreza de una buena parte de la población. Complementan el contenido del número 102 de Tramoya, un artículo acerca del teatro costarricense que firma Elaine M. Miller y una reseña sobre el XXIV Festival Iberoamericano de Teatro de Cádiz, efectuado en 2009, con la presencia de 28 compañías españolas y latinoamericanas.

      El número especial de Tramoya dedicado al teatro centroamericano y los anteriores ejemplares de la publicación se pueden adquirir en la Feria Permanente del Libro Universitario, ubicada en Hidalgo 9, o en las oficinas de la revista, ubicadas en el número 25 de la calle Zamora. Para mayores informes, en el Apartado Postal número 318, de Xalapa; al teléfono 817-29-54 o al correo electrónico hecherrer@yahoo.com.mx. Y aquellas personas interesadas en conocer más sobre las novedades editoriales de la UV pueden consultar la página www.uv.mx/corre y escuchar todos los martes, de 18:00 a 19:00 horas, el programa Oye, lee y dile, que transmite Radio Universidad Veracruzana en el 1550 AM.

Voces en espiral: los secretos del arte
de entablar un “diálogo amistoso”

Celia Álvarez

El placer de escribir, la admiración por los creadores de todas las disciplinas, así como el gusto e interés por las artes — en particular, por la literatura— son las razones que esgrime Jorge Luis Herrera cuando se pregunta cómo y por qué comenzó a realizar entrevistas. Y aunque confiesa que al principio se ponía nervioso tan sólo de pensar en hablar frente a frente con algún artista destacado, afirma que la práctica y la experimentación lo condujeron a un verdadero disfrute de lo que define como un “diálogo amistoso” por medio del cual se puede profundizar en el pensamiento de las personas y construir conocimiento; un vehículo que busca la empatía entre el entrevistado, el entrevistador y el lector, para pensar juntos e intentar vislumbrar otra realidad.

       De ello da cuenta en el libro Voces en espiral. Entrevistas con escritores mexicanos, editado por la Universidad Veracruzana (UV) como parte de su colección Cuadernos, donde el licenciado en Historia del Arte, narrador , fotógrafo y editor reproduce las pláticas que sostuvo entre los años 2001 y 2006 con siete escritoras y catorce autores nacidos en diversas décadas y consagrados a distintos géneros literarios, con la finalidad de ofrecer un panorama arbitrario de las letras nacionales, partiendo de una autoentrevista en la que, a modo de prólogo, dilucida las diversas etapas del proceso que le permite fungir como una especie de puente entre determinados escritores y los interesados en la materia, amantes y estudiosos de la literatura.

       Así, en las casi 200 páginas de este volumen y ordenadas cronológicamente — puesto que, afirma Herrera, organizar las entrevistas a partir del año del nacimiento de los escritores permite vislumbrar ciertas ideas, inquietudes, huellas, herencias, influencias y temáticas generacionales, así como algunas interrelaciones entre autores y/o generaciones— aparecen sus conversaciones con la poeta y narradora zacatecana Amparo Dávila; con Margo Glantz, escritora, periodista, profesora y traductora originaria del Distrito Federal; el laureado escritor veracruzano Sergio Pitol; el guerrerense Antonio Velasco Piña, la francesa naturalizada mexicana Angelina Muñiz-Huberman, y otra veracruzana de renombre: Beatriz Espejo.

       A continuación, en este libro cuyo título es una metáfora que le sirve al autor para englobar y representar conceptualmente las voces de los escritores mexicanos contemporáneos a los que entrevistó “y que giran como remolinos, sobre sí mismas, alrededor de otras voces y, sobre todo, en torno a la literatura”, figuran sendos diálogos con el escritor, periodista y profesor René Avilés Fabila; el cuentista, dramaturgo, guionista, ensayista y novelista guerrerense José Agustín; el escritor, poeta y periodista jalisciense Juan José Arreola; la bióloga, profesora y escritora Mónica Lavín; el prolífico autor defeño Juan Villoro; el ensayista, narrador y guionista Enrique Serna, y la novelista, cuentista y ensayista Ana Clavel.

       Cierran este listado de interlocutores versados en el arte de la palabra escrita, el crítico literario y novelista Christopher Domínguez Michael; la poeta y narradora tamaulipeca Cristina Rivera Garza; el autor poblano Pedro Ángel Palou; el poeta, editor y profesor César Arístides; el narrador, traductor y ensayista Vicente Herrasti; el multipremiado narrador Ignacio Padilla; el cuentista, traductor y ensayista Alberto Chimal, y el poeta y ensayista Daniel Téllez, quienes a través de la expresión de su pensamiento propician que el lector acceda a un amplio panorama de las maneras de entender la literatura durante la segunda mitad del siglo XX y los albores de la centuria actual.

       El libro Voces en espiral. Entrevistas con escritores mexicanos se puede adquirir en la Feria Permanente del Libro Universitario, de Hidalgo 9; en el Servicio Bibliográfico Universitario de Xalapeños Ilustres 37 y en librerías comerciales. Aquellas personas interesadas en conocer las novedades editoriales de la UV pueden consultar la página www.uv.mx/corre y escuchar los martes, de 18:00 a 19:00 horas, el programa Oye, lee y dile, que transmite Radio Universidad Veracruzana en el 1550 AM. .