Universidad Veracruzana

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Jaqueline Piña, pronto en la Universidad Stanford

Carlos Castro Rivera

Mayo 26 de 2015, Xalapa, Ver.


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Jaqueline Piña San Agustín estudia el sexto semestre en la Licenciatura en Gestión Intercultural para el Desarrollo, Sede Huasteca de la Universidad Veracruzana Intercultural, en la cabecera municipal de Ixhuatlán de Madero, del 13 al 31 de julio estará en movilidad estudiantil realizando un curso de verano en la Universidad Stanford, California, en el Seminario «Riesgos globales: biodiversidad, seguridad y gobernanza en Latinoamérica», donde conocerá proyectos sobre cambio climático, políticas públicas e incluso sobre el tema del crimen organizado, básicamente conferencias, talleres y actividades de campo.

Jaqueline ha tenido otras experiencias de movilidad, durante su segundo semestre tomó un curso de Ecología de Malezas en el área de biológicas dentro de la Universidad Veracruzana (UV) en Xalapa, poco después realizó movilidad por investigación, mes y medio en el área de comercialización de productos agrícolas del Colegio de Posgraduados.

Vive en Ixhuatlán de Madero, al norte de nuestro estado (alrededor de 2.5 hrs desde Poza Rica, y a 5 o 6 kms. del límite con el estado de Hidalgo), «un pueblo pequeño lleno de cerros», dice Jaqueline con una expresión de cariño, y agrega «Ixhuatlán es un nombre nahua que significa ‘lugar de las papatlas’, hay varios tipos de papatlas, papatla de monte, también papatla de plátano, son hojas verdes que salen de las matas de plátanos y se utilizan para hacer tamales y zacahuiles, que son muy locales de ahí, igual sirven para envolver cualquier comida o alimento; eso son las papatlas».

Jaki, es la cuarta hija de cuatro hermanos, sus papás son de comunidades pertenecientes al municipio de Ixhuatlán, su papá nació en la comunidad nahua de Pitzocali (nos aclara: «Pitzo» es puerco y «Cali» es casa, significa «casa del puerco») y su mamá de la comunidad ñahú (otomí) de Cruz Blanca.

«Mi papá que antes tenía algunos animales, andaba mucho a caballo y pasaba por Cruz Blanca, donde el papá de mi mamá tenía una tiendita y ahí mi papá la vio, entonces iba más a la tiendita, y como antes ve usted que era de que si le gustaba alguien nada más iba y la pedía y así paso con mi mamá, ella se casó muy joven, tenía 15 años, mi papá era un poco más grande.»

Continúa su relato: «mi papá sigue hablando nahua y mi mamá sigue hablando ñahú, bueno allá le dicen otomí», le preguntamos si ella habla o entiende alguna de estas dos lenguas, «no, lo que pasa fue que de pequeños como mi abuelito adoptivo era maestro nunca quiso que mis papás hablaran sus lenguas en la casa, y nosotros nunca aprendimos a hablar así, y bueno ahora a mí me interesa mucho, yo las valoro mucho, pero entiendo sólo algunas palabras cuando mi mamá platica con mi abuelita, que sí platican siempre, porque mi abuelita sabe más ñahú que hablar español y más o menos capto lo que dicen, pero muy poco.»

¿Y cuando llegas a la UVI Sede Huasteca te encuentras con algo distinto respecto al aprecio de las lenguas indígenas? «Sí, porque antes, cuando era estudiante de preparatoria o de secundaria -yo estudié siempre en el municipio, en el COBAEV, una Secundaria general-, tenía ideas muy vagas, y digamos que no valoraba mis raíces, me avergonzaban y lo decía, incluso al principio no quería ir a la UVI porque me daba pena, por lo mismo de todos los prejuicios que me metieron, y no debe ser así. Entonces cuando entro a la UVI pues me encuentro algo distinto porque ahí nos dicen ‘hay que valorar las lenguas, hay que hablar, hay que apreciar a los abuelos’. Tuve una maestra egresada de la UVI, Faustina, con ella aprendí mucho, siento que ella fue la que me hizo cambiar muchas cosas que yo tenía. Yo siempre lo digo, es ella porque me dio clases de lengua y siempre estaba ahí y yo lo sentía, ahora yo aprecio o valoro mis raíces. Siempre he dicho que aunque no hablo alguna lengua yo soy indígena porque crecí en un contexto indígena rodeada por mis papás».

«Llegué a la UVI como se dice ‘de segunda opción’, había hecho examen para Chapingo [Universidad Autónoma Chapingo] pero no quedé, entonces fui a la UVI y allá en Ixhuatlán existían muchos prejuicios de que la UVI no es buena, y ese tipo de cosas, incluso de los COBAEV; es algo que siempre he dicho y en una ocasión un maestro siempre me molestó y me decía: «Es que la UVI ¿cómo?» y se supone que son de orientación vocacional que te dicen en qué universidad estudiar y ¿por qué no mencionan la UVI que está cerquita? entonces empiezan a decir cosas muy negativas, pero eso no me importó y fui y yo hice mi inscripción, llegué porque soy de ahí, ya sabía que estaba la UVI y chavos que estudiaban ahí rentaban en casa de mis papás entonces por eso llegué ahí a la universidad.»

Nos platica lo que pasó cuando le comentó a sus papás que haría movilidad a la Universidad Stanford, «lo primero que me preguntaron es dónde queda eso, porque ellos no saben y ya les expliqué y todo, mi mamá está muy emocionada porque yo siempre había querido. Esta es la tercera vez que lo intento -ya anteriormente lo intenté y no quedé- y esta es la tercera vez, y yo siempre había deseado ir a Estados Unidos»; continúa: «algún día tendré que ir, y ahora que lo logro mi mamá ya sabe que siempre había querido eso, está muy emocionada igual que yo”.

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¿De alguna manera crees que los estudios de educación superior pueden aportarle opciones a estudiantes, a jóvenes como para definir nuevos caminos en sus vidas? «Creo que sí, porque por ejemplo, antes quería estudiar una ingeniería o arquitectura y de repente cambió todo bien diferente y ahora mi meta no es esa, mi meta es estudiar otra cosa más como algo sobre educación, sobre interculturalidad, sobre desarrollo sustentable, ese tipo de cosas; te cambia realmente la visión y creo que sí, a veces nos vamos por lo más convencional, pero siento que estando en la UVI te dan la oportunidad que decidas sola y te vayas formando poco a poco”.

Jaqueline, ¿has trabajado en tu tiempo como estudiante en la universidad? «Anteriormente estuve vendiendo zacahuil los domingos, mi mamá vende cada ocho días, después yo vendía aparte, cerca de ahí en el tianguis de Ixhuatlán, pero ahora ya la que tiene el zacahuil es mi hermana, y bueno también nos han dado trabajo, hemos hecho encuestas y actividades aparte; pero también las becas en la UVI, ahí contamos con las becas del Parque Temático Tajín y la de PRONABES, en este caso tengo la de PRONABES».

¿Qué podrías decirle a estudiantes que no saben, que no conocen a la Universidad Veracruzana Intercultural y en particular a la UVI Sede Huasteca, qué podrías decirles como para que sepan qué es la UVI Huasteca? «Podría decirles que la UVI Huasteca es una buena opción para las comunidades cercanas, es una universidad que te ofrece una carrera muy bonita, es barata y tiene buenos profesores y lo que aprecio es que más que enseñarte cosas muy científicas, resaltan mucho el valor humano, que seas una persona responsable, que seas una persona buena, el que puedas contribuir a tu comunidad, esas cosas son muy importantes para mí y siento que eso es lo que me emociona de estar en la universidad».

«También hay muchas oportunidades de becas, te puedes ir formando y viendo lo que quieres, porque algunas personas dicen ‘yo quiero estudiar Derecho’, bueno, también en la UVI hay un área de Derecho pero no te vas a especializar en Derecho sino en otras cosas, te vas a llenar de muchas habilidades, no sólo de una, vas a tener muchas y eso te enriquece más como profesionista, y también que no nos guiemos por los prejuicios, que conozcamos y que se acerquen con nosotros los estudiantes y con los egresados para que conozcan aquellas actividades que hemos hecho, como estas movilidades que hacemos, hay muchas convocatorias que mandan a la UVI, muy buenas y que son una gran ventaja para nosotros que estamos ahí, eso a mí si me motiva mucho. También que se acerquen con los egresados que siguen estudiando y preparándose o que también ya están trabajando. Podemos decir que entren a la UVI, porque es una muy bonita carrera y una muy buena opción.»

«Tengo que agradecer, más que nada primero a mí misma porque estoy aquí, estoy logrando cosas, agradecer también a la universidad porque gracias a ella salen muchas oportunidades, ya depende de nosotros aprovecharlas o no aprovecharlas, y quiero invitar también a los chicos porque hay jóvenes que no quieren entrarle, a enfrentarse, a salir, pero yo creo que eso es lo que nos hace personas más decididas, más fuertes y más exitosas. El hecho de que te enfrentes a nuevos retos, por ejemplo de salir, porque a lo mejor no han salido de su comunidad y les da miedo salir a la ciudad pero al salir y conocer vas aprendiendo y te vas volviendo una persona más independiente y con más oportunidades.»

Te falta un año para salir de la universidad Jaki, «sí, un año», ¿qué te dice el futuro? «me dice que yo voy a esperar cosas buenas, siempre he dicho que si lo pensamos así, vamos a obtener cosas buenas y vamos a salir adelante, yo siempre lo he dicho y así va a ser».

Nos despedimos, su mirada es cordial y su actitud serena, pero noté cierta intranquilidad, hasta ese momento y con cierta timidez nos dijo que no quería que se le hiciera tarde para ir a tramitar su pasaporte, verdaderamente estaba emocionada.

Después, pero más cerca de su ilusión, Jaki tomaría el autobús para regresar a su pueblo.

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