Año 14 No. 585 Diciembre 8 de 2014 • Publicación Semanal

Xalapa • Veracruz • México

Vicente Leñero, prolífico autor que inició en la UV

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“Arriesgarse con los nuevos escritores es lo que hizo la Editorial de la UV hace 50 años”, reconoció en 2007 el autor de El evangelio de Lucas Gavilán

“Arriesgarse con los nuevos escritores es lo que hizo la Editorial de la UV hace 50 años”, reconoció en 2007 el autor de El evangelio de Lucas Gavilán

El 3 de diciembre falleció el periodista y dramaturgo que publicó su primera novela, La voz adolorida, en la Colección Ficción de la UV

En 2002 se publicó ¿Te acuerdas de Rulfo, Juan José Arreola? (Entrevista en un acto) en la misma colección

David Sandoval Rodríguez

El miércoles 3 de diciembre falleció a los 81 años de edad Vicente Leñero, prolífico autor que a través de su vasta obra logró un equilibro entre la ficción y el relato periodístico, el teatro y la dirección editorial, y quien manifestó siempre su agradecimiento a la Universidad Veracruzana (UV) por publicar, en 1961, su primera novela, La voz adolorida, en la Colección Ficción.

“La característica fundamental de la obra de Vicente Leñero es que ha hecho un retrato muy cabal de la sociedad mexicana, además de que sabe recoger de forma excelsa el lenguaje cotidiano del pueblo a través de una escritura muy coloquial y accesible a la mayor parte de la gente”, manifestó Jaime Labastida, director de la Academia Mexicana de la Lengua en el homenaje por los 80 años del autor de novelas como Los albañiles, ganadora del Premio Biblioteca Breve Seix-Barral en 1963.

Por su parte Hernán Lara Zavala, ensayista, narrador y académico, destacó que sus obras “muestran cómo Vicente Leñero es el autor de novelas periodísticas de no ficción que dan cuenta de aspectos importantes en nuestra vida política, cultural y social de México, de una manera muy sabrosa, en donde con sus personajes y lo que dicen te involucra en la lectura de forma profunda que te dan ganas de leerlo sin parar”.

Durante la gestión de Sergio Galindo al frente de la Editorial UV se publicaron obras de autores poco conocidos, no obstante talentosos, a quienes el tiempo ha colocado en su justa dimensión, como es el caso de Gabriel García Márquez y su libro Los funerales de la Mamá Grande, publicado en América Latina por la misma Colección Ficción.

Fue un escritor que justamente destacó y deja obra importante en novela, crónica y dramaturgia: José Luis Martínez Morales

Fue un escritor que justamente destacó y deja obra importante en novela, crónica y dramaturgia:
José Luis Martínez Morales

En esa época, la UV publicó La voz adolorida y cabe mencionar que durante el homenaje al escritor Luis Arturo Ramos, celebrado el 24 de octubre en el Ágora de la Ciudad, comentó que Leñero estaba muy agradecido con la máxima casa de estudios de Veracruz por aceptar y publicar su primera novela, y había aceptado participar con un texto en una obra sobre la labor editorial de la Universidad, actualmente en proceso.

Nuevamente, en 2002, la Editorial UV publicó en la Colección Ficción ¿Te acuerdas de Rulfo, Juan José Arreola? (Entrevista en un acto), libreto teatral que recrea una conversación con Juan José Arreola la tarde del jueves 23 de enero de 1986; esta charla tenía fines periodísticos y consideró presentarla como un monólogo que se publicó en el semanario Proceso, en el número 482 del 27 de enero de 1986.

En entrevista para Universo con motivo del Día Mundial del Libro en 2007, el autor de El evangelio de Lucas Gavilán recalcó la importancia de publicar a nuevos escritores, como lo hizo la Editorial de la Universidad Veracruzana. “Arriesgarse con los nuevos escritores es lo que hizo la Editorial de la UV hace 50 años, y ahí está Gabriel García Márquez, Elena Poniatowska, Juan Carlos Onetti, y Álvaro Mutis”, manifestó en aquella ocasión.

“Ahora las editoriales no quieren tener nada que ver con los nuevos escritores, con los que no son garantía, con los que no tienen un prestigio que los respalde”. Incluso habló acerca de las estrategias para acercar a los universitarios a la lectura, no obstante enfatizó que “los libros no se leen por obligación, sino por devoción” y contrario a quienes piensan que la televisión es un elemento que aleja a los jóvenes de la literatura, “ésta, al igual que el cine, es otra forma de acceder a la cultura, al entretenimiento, a la diversión que implica la cultura”; sin embargo, “lo malo es cómo se manejan, pero hay que recordar que también hay libros malos; libros que se acercan a lo artístico y libros que no lo tienen; libros que amplían nuestro conocimiento y libros que lo frenan”.

Entrevistado respecto al legado literario del que fuera director de Revista de Revistas y directivo de Excélsior y el semanario Proceso, José Luis Martínez Morales, académico de la Facultad de Idiomas e investigador del Instituto de Investigaciones Lingüístico-Literarias (IIL-L), destacó que su obra se divide en tres vertientes fundamentales: la narrativa, en particular la novela; la obra periodística, en particular la crónica, y la dramaturgia, con sus variadas obras de teatro.

“Me parece que fue un escritor que justamente destacó y deja obra importante en esas tres vertientes, aunque en cuanto a cantidad, su productividad mayor sea en teatro.” Consideró que un primer acercamiento a la obra del escritor nacido en Guadalajara, Jalisco, el 9 de junio de 1933, puede darse a través de sus últimos trabajos narrativos como Gente así y Más gente así.

“Son libros híbridos en cuanto al género, entre cuento, relato y crónica; creo que es un buen comienzo aunque sea prácticamente el final de su producción porque es justamente lo que encontramos como todo un maestro de la literatura que logra concentrar en textos breves, aparentemente intrascendentes y sencillos, toda una profesión de años”.

Su obra dramatúrgica es extensa, agregó, y cabría la cuestión de revisarla para llevar alguna de sus piezas al teatro. Sobre sus novelas, retomó la idea consensuada de reconocer a Los albañiles y sugirió también leer La voz adolorida, que “hasta cierto punto es un ensayo, una novela psicológica, pero efectivamente, la primera edición y su primera novela se publicó aquí, en la Universidad Veracruzana.

Afortunadamente su obra es extensa y valiosa”, apuntó Martínez Morales. Sus recreaciones sobre diversos episodios en la historia de México también son una buena fuente para conocer a Leñero, que no obstante a carecer de una estructura con rigor académico permiten acercarse a la historia de nuestro país. “Es una pérdida para la literatura mexicana, latinoamericana, y diría que incluso universal muy significativa; a nivel personal siento mucho su pérdida”, manifestó.

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