Año 15 No. 656 Octubre 10 de 2016 • Publicación Semanal

Xalapa • Veracruz • México

Trata de personas debe legislarse como forma de violencia extrema

Contenido [part not set] de 42 del número 656
Marta Torres Falcón, profesora e investigadora en la UAM

Marta Torres Falcón, profesora e investigadora en la UAM

 

Claudia Peralta Vázquez

La trata de personas debe definirse –en el ámbito legislativo– como una forma de violencia extrema en contra de las mujeres y no como una acción propia de la delincuencia organizada, tal y como lo estipula la Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, advirtió Marta Torres Falcón, profesora e investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

En el marco del Coloquio “Cuerpos, violencias y vulnerabilidad en espacios de riesgo”, efectuado los días 5 y 6 de octubre en el Auditorio “Gonzalo Aguirre Beltrán” del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales (IIH-S), indicó que el tema de la trata de personas y explotación sexual está ligado al incremento en el número de feminicidios que se registran en nuestro país, donde entidades como Ciudad de México, Veracruz, Chihuahua, Morelos, Coahuila, entre otras, lideran la presencia de este fenómeno.

Sin embargo, aunque hay una similitud entre la trata de personas para explotación sexual y el feminicidio, son fenómenos distintos que deben analizarse por separado. “Son dos facetas de un fenómeno muy extendido que es la violencia de género en México”, expresó.

La trata de personas es una actividad que se da en la clandestinidad, un negocio que cada vez se extiende con muchas formas para captar a las víctimas. “Es un negocio muy boyante, sólo superado por el tráfico de armas y de estupefacientes”.

Lamentablemente, las campañas únicamente se han enfocado en las víctimas y no en los agresores, cuando quienes pueden detener la violencia son quienes la ejercen.

En el marco de este evento donde el tema central fue el de “Feminicidios”, Marta Torres expuso “La esclavitud de siempre: trata de personas para explotación sexual”, e indicó que la alerta de género actualmente ha sido requerida para las entidades citadas, ante el alarmante número de feminicidios.

“Representa una buena figura que permite visibilizar una situación y generar acciones, aunque los asesinatos continúen.”

Por lo anterior, vale la pena recurrir a otros mecanismos para hacer cumplir la alerta de género.

En el caso de Ciudad Juárez, Chihuahua, en un principio se pensaba que era el único estado del país donde existía esa problemática, a partir del alto número de feminicidios registrados desde la década de los noventa.

“Mujeres eran secuestradas al salir de las maquiladoras, se detectaba una secuencia delictiva que terminaba con la muerte violenta.”

Ser mujer es el factor de riesgo de la violencia de género, no tiene que ver con la clase social ni con la educación o partido político, expresó la investigadora, autora de diversos libros y artículos en revistas nacionales y extranjeras.

Aseguró que el hostigamiento es una práctica común que las mujeres han vivido en distintas formas y grados: en el transporte público, plazas, escuelas y trabajo. “En México, no hay una mujer mayor de 15 años que no haya sido víctima de hostigamiento”.

La asesora y consultora de varios organismos a nivel internacional sobre temas jurídicos, atención a grupos vulnerables, violencia de género y derechos humanos, puntualizó que entre el hostigamiento y el feminicidio el eje conductor es que son acciones que van en contra de la voluntad de las mujeres.

En este contexto, lamentó también que en las agencias del Ministerio Público, tras una denuncia por hostigamiento, violencia o violación, se tome más en cuenta la forma de vida de la víctima, acciones, forma de vestir y horario en que se cometió el hecho.

Navegación