Año 15 No. 651 Septiembre 12 de 2016 • Publicación Semanal

Xalapa • Veracruz • México

México vive una guerra civil posmoderna: Andreas Schedler

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Erntesto Treviño, del IIH-S, y Andreas Schedler, del CIDE

Erntesto Treviño, del IIH-S, y Andreas Schedler, del CIDE

 

Karina de la Paz Reyes Díaz

Para Andreas Schedler, académico del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), la violencia organizada que padece el país desde hace 15 años tiene suficientes razones para ser calificada como una “guerra civil económica” o “guerra civil posmoderna”.

Lo anterior lo expuso durante la conferencia magistral “Violencia criminal organizada y democracia” que inauguró el Coloquio “Veracruz: crisis, alternancia y resistencia”, organizado por el Cuerpo Académico (CA) Estudios Sociopolíticos del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales (IIH-S), el 7 de septiembre en la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información de Xalapa.

“Es una violencia no clásica de las guerra civiles –donde el foco se centra en insurgencias que atacan el Estado con fines políticos–, aquí tenemos una prevalencia de violencia competitiva, empresarial (entre empresas ilícitas de drogas) pero, como en todas las guerras civiles, hay una mezcla, pues también tenemos violencia contra ciudadanos no armados y contra el mismo Estado (insurgencia criminal)”, dijo ante estudiantes, académicos y sociedad civil.

Algo que complica más el panorama es que “las fronteras entre el crimen organizado privado y crimen organizado público son muy borrosas”.

Citó que especialistas en la materia clasifican como guerra civil cuando se registran mil muertos al año, producto de conflictos entre grupos armados o éstos con el Estado. “En México estamos más allá de este umbral formal cuantitativo desde el inicio del 2000. Sabemos que es una guerra que no tiene una agenda ideológica muy clara, pero de todos modos cae en lo que es llamada guerra civil posmoderna o económica”.

El autor de En la niebla de la guerra: Los ciudadanos ante la violencia criminal organizada, subrayó que la guerra civil y la democracia electoral se afectan mutuamente. “Ni la guerra está ajena a la democracia ni la democracia está ajena a la guerra”.

En ese contexto, es tal la afectación a ésta que la calificó como fallida, pero aclaró: “Cuando la democracia falla somos muchos quienes fallamos.

Especificó que la organización no gubernamental Freedom House, con sede en Estados Unidos, y cuyo trabajo consiste en investigar y promover la democracia, la libertad política y los derechos humanos en los países, diagnosticó recientemente a México como “parcialmente libre”.

“Esta regresión democrática, si la queremos llamar así, se debe básicamente a la llamada narcoviolencia. Es una forma diferente de perder conquistas democráticas.”

Los daños a la democracia son varios, entre ellos están, por ejemplo, los derechos humanos, la libertad de medios de comunicación y la competencia electoral.

De la guerra civil posmoderna y la democracia fallida, el académico del CIDE pasó a la “elusiva solidaridad ciudadana”. Es más, cuestionó: “Dónde está la tristeza pública, el enojo, la movilización” ante los miles de muertos, desaparecidos y cuerpos sin identificar, producto de la narcoviolencia.

La conferencia fue moderada por el investigador del IIH-S, Ernesto Treviño.

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