Año 15 No. 641 Junio 6 de 2016 • Publicación Semanal

Xalapa • Veracruz • México

José Luis Castillo y la combinación entre Mozart, Dove y Elgar

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Dirigió a la OSX en el concierto del 27 de mayo

Dirigió a la OSX en el concierto del 27 de mayo

 

Jorge Vázquez Pacheco

Para José Luis Castillo, el concierto que encabezó el 27 de mayo en la sala Tlaqná al frente de la Orquesta Sinfónica de Xalapa (OSX) contuvo dos elementos convocantes: la faceta mozartiana y la creatividad británica.

“Quise combinar estos elementos desde la óptica de tres creadores relacionados con las islas británicas. Mozart escribió su Sinfonía número 1 en mi bemol mayor en Londres, en 1764, cuando tenía apenas ocho años de edad y es una de las escasas obras que generó allá”, aclaró el maestro de origen español residente en nuestro país desde 1997.

El Concierto para flauta y orquesta de Jonathan Dove recrea temas de la ópera Die Zauberflöte (La flauta mágica) de Mozart. Se trata de un compositor londinense nacido en 1959 que cuenta con un catálogo sumamente interesante de música escénica.

“En el mismo estriba el estilo británico con esa capacidad y predisposición creativa de y hacia la escena. En su listado encontramos óperas, ballets, obras sinfónico-corales y música para niños.”

Finalmente, ese prodigio sonoro que es la Sinfonía número 1 de Edward Elgar. “Es una obra que la OSX no conocía y que debe estar a la mano de toda buena orquesta. Es masiva, muy difícil y terriblemente demandante”. El maestro huésped considera que Elgar es un creador que debe darnos mucho en qué pensar, sobre todo porque su música se interpreta escasamente fuera del ámbito británico y de él sólo nos hemos relacionado con sus cinco marchas Pompa y circunstancia o las Variaciones enigma.

“Nos encontramos aquí con un músico de ideales estéticos típica y profundamente británicos, que capta admirablemente la esencia de los movimientos armónicos y la melodía hímnica –si se me permite el término– que nos remonta a los principios de la polifonía en aquellas islas. Pero a la vez comparte del mundo wagneriano, porque él vive en ese momento histórico y gusta de confrontar no tanto los colores sonoros sino los grandes volúmenes orquestales. Para ser inglés, su orquestación es muy porosa, continuamente hace emerger ciertas combinaciones que luego repliega para sacar a superficie otras.”

En una relación profesional de muchos años (Castillo había dirigido la Primera sinfonía de Mozart en mayo de 2004 con la OSX), en este reencuentro el elemento sorpresa ha sido la sala Tlaqná, sede de la agrupación y que motivó comentarios entusiastas por parte del director.

“No existía compatibilidad entre la orquesta y la sala del Teatro del Estado; aquélla era una relación totalmente desproporcionada, carente de reciprocidad. Me dio mucho gusto sentir que aquí el sonido corre, el instrumento se escucha y los instrumentistas se escuchan entre sí. Me sentí muy a gusto en Xalapa y con la orquesta en su nueva sede.”

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