Reyna Hernández Colorado, coordinadora del Citro
El programa “En junio, Citro le pone ambiente a la ciencia” inició con documentales elaborados por estudiantes de posgrado
Paola Cortés Pérez
Estudiantes de la Maestría y del Doctorado en Ecología Tropical del Centro de Investigaciones Tropicales (Citro) realizaron y presentarona ocho documentales que muestran estrategias de diversificación productiva, el fortalecimiento de las formas de cultivo y los modos de vida de las comunidades rurales, durante el evento “Miradas a la conservación biológica y al uso de los recursos naturales en el trópico mexicano”.
La muestra formó parte del programa denominado “En junio, Citro le pone ambiente a la ciencia” y tuvo la finalidad de voltear la mirada a las comunidades rurales, indígenas y campesinas.
Reyna Hernández Colorado, coordinadora del Citro, expresó que el arte de mirar al que convocaron “no acaba con el reconocimiento de las formas visuales, más bien comienza con ese proceso; supone un encuentro entre mentes preocupadas por la contaminación industrial, el agotamiento de los acuíferos, la pérdida de la biodiversidad y hábitat natural, pero también preocupados porque nuestros vínculos básicos con la tierra son menos resilientes”.
En el material videográfico los estudiantes documentaron algunas experiencias comunitarias que buscan restaurar los lazos sociales y sus relaciones con la naturaleza, y al mismo tiempo ayudan a conservar el saber ancestral heredado.
En tanto, Nisao Ogata, académico del Citro y organizador del evento, recordó que hace 14 años él junto con Arturo Gómez Pompa y Ernesto Rodríguez Luna, decidieron conformar un centro de investigaciones que, por un lado, conjuntara la investigación científica básica con el desarrollo de las comunidades rurales del país y, por otro lado, aportara en la formación de estudiantes conscientes de los problemas de la realidad del país.
De tal manera que los trabajos hoy presentados “muestran que en el Citro tratamos de aproximarnos a los problemas reales de México desde una perspectiva multidisciplinaria”.
Nisao Ogata, organizador del evento
Sara Isabel Ortiz Valencia, alumna de la Maestría en Ecología Tropical del Citro y quien habló a nombre de sus compañeros, dijo que los trabajos se realizaron con mucho esfuerzo, dedicación y compromiso, apegados al ideal de hacer una ciencia diferente.
“Como estudiantes de posgrado hemos adquirido un compromiso social con nuestras comunidades, con nuestros pueblos originarios y nuestro país, por ello intentamos acercar la investigación básica con el desarrollo rural en busca de la solución a los problemas que sufren en el trópico mexicano.”
En los ocho trabajos presentados se abordaron temáticas como la producción cafetalera y sus aportes a la biodiversidad; la vainilla y sus lazos con la cultura Totonaca; la miel totonaca o melipona, que es producida por abejas sin aguijón; el cultivo del cacao prehispánico en Zozocolco; la alfarería, las cícadas, el bambú y la lucha del pueblo macehual contra las mineras.
Conocimiento multicultural
Estudiantes del primer semestre de la Maestría en Ecología Tropical impartida en el Citro expresaron que uno de los puntos fuertes del posgrado es que promueve el conocimiento multicultural.
Así lo dijo Adrián Ricardo Reyes Velasco, originario de la zona norte del Estado de México y egresado de la Universidad Intercultural de dicha entidad: “Es un programa muy integral, en pocos lugares del país se ofrecen posgrados que consideren que hay otras formas de aproximarse al conocimiento, además del método científico, también están los saberes que generan las comunidades indígenas y campesinas. Esta visión es la que nos ha fortalecido como estudiantes”.
En tanto, María del Rosario Ortiz Zayas, originaria de Campeche, consideró que los saberes que cada estudiante ha aportado y la multiculturalidad del programa de estudios del posgrado, abona a la formación educativa de los alumnos.
El Citro promueve la multiculturalidad: estudiantes de posgrado
Irma Arleth Pacheco Triste, egresada de la Universidad del Mar, campus Puerto Escondido, Oaxaca, y quien pertenece a la etnia chatina, dijo que se llevó una grata sorpresa al ver que en el posgrado se da prioridad al aspecto social en lo referente a la conservación ecológica.
En relación con la elaboración de los documentales, María del Rosario mencionó que el mayor aprendizaje fue la aproximación que tuvo con las comunidades, el experimentar de primera mano lo que en ellas sucede y sobre todo tener la oportunidad de documentarlo, “aprendí que hay oportunidades para resolver la problemática ambiental”.
Noemí Flores Mercado y Griselda Cristóbal Sánchez, estudiantes mazahua y otomí, respectivamente, ambas licenciadas en Desarrollo Sustentable por la Universidad Intercultural del Estado de México, consideraron que participar en la realización del documental sobre la producción de la vainilla en el municipio de Zozocolco, Veracruz, les permitió entender que no hay diferencias entre los grupos étnicos del país.
“Venir a Zozocolco a conocer la historia de la vainilla y su estrecha relación con la cultura Totonaca, me dio la oportunidad de conocer a una etnia igual que la mía, no me sentí excluida, al contrario, me sentí parte de ellos”, externo Noemí.
Griselda compartió que participar en esta experiencia le mostró que como investigadores “no debemos quedarnos con el conocimiento que nos transmite cada comunidad, sino darlo a conocer a nuestros colegas y a otras comunidades del país”.