Año 16 No. 658 Octubre 31 de 2016 • Publicación Semanal

Xalapa • Veracruz • México

Arqueólogos enaltecieron legado de Ramón Arellanos

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Amigos, colegas y discípulos acudieron al homenaje

Amigos, colegas y discípulos acudieron al homenaje

 

David Sandoval Rodríguez

Un apasionado de la arqueología, profesor y pionero de la arqueología subacuática, así como un ser humano con una generosidad memorable, fueron los conceptos que se expresaron en el homenaje al arqueólogo Ramón Arellanos Melgarejo, realizado el 26 de octubre en el Auditorio “Alfonso Medellín Zenil” del Museo de Antropología de Xalapa (MAX).

El Instituto de Antropología, a través de la Academia de Arqueología, convocó a amigos, colegas y discípulos para que, a lo largo de dos días, aportasen sus recuerdos y reflexiones sobre las vivencias y el legado del académico e investigador fallecido hace 14 años.

Al inaugurar el evento, la rectora Sara Ladrón de Guevara expresó: “Quienes estamos aquí lo recordamos con enorme afecto”, declaró al definirlo como una persona generosa y agregó: “Esa generosidad la vivía con su doble formación profesional: de profesor y de arqueólogo; tuve la fortuna de ser su alumna y de conocerlo en esas dos facetas”.

Arellanos Melgarejo fue estudiante en la Benemérita Escuela Normal Veracruzana y en la Facultad de Antropología de la Universidad Veracruzana, donde además “fue maestro de muchas generaciones”.

Fue uno de los primeros en impulsar el involucramiento con los proyectos de otras universidades e investigadores nacionales y extranjeros, ejemplo de ello es su colaboración con Michael D. Coe y Richard Diehl en San Lorenzo Tenochtitlán, al sur de Veracruz.

Su quehacer en la arqueología, planteó la Rectora, “no se recoge en la obra escrita completamente porque mucho se quedó en el tintero; me parece que su calidad como maestro, que mantuvo desde que concluyó la Normal hasta su muerte, nos la ofreció a sus jóvenes alumnos y no se refleja en sus escritos, en la vieja tradición del magisterio, de compartir el conocimiento.

”Los hallazgos de Ramón son extraordinarios y algunos están en las colecciones de este museo”, destacó.

Correspondió a Ponciano Ortiz Ceballos, investigador del Instituto de Antropología, presentar la semblanza del arqueólogo, profesor y amigo, quien, recalcó, fue su primer maestro en el campo, al contratarlo como peón para el proyecto “Higueras”, el 6 de noviembre de 1968.

Colaboró en proyectos de gran prestigio internacional como el de San Lorenzo Tenochtitlán, más tarde en Tula, Hidalgo, fungió como jefe de campo, de 1971 a 1972, e inmediatamente después en el proyecto El Zapotal con Manuel Torres.

Su tesis de maestría, que obtuvo el grado magna cum laude y fue publicada posteriormente por la Editorial UV, “representa para mí su gran obra, pues en ella nos ofrece un trabajo cuidadoso y detallado; en cuanto a la restauración, fue un trabajo inédito y pionero en todos los sentidos”, puntualizó.

Como invitados especiales, se contó con la presencia de Sofía Larios León, directora del Instituto de Antropología; Carmen Blázquez Domínguez, directora general de Investigaciones; Maura Ordóñez Valenzuela, directora del MAX, y Lourdes Beauregard García, investigadora del Instituto de Antropología y viuda del homenajeado.

Posteriormente la Rectora hizo un recorrido por la exposición Ramón Arellanos Melgarejo: experiencias arqueológicas, ubicada en la sala de exposiciones temporales del MAX, que incluye una proyección de trabajos, entrevistas y una muestra de piezas de los sitios en donde trabajó, como Las Higueras, Quiahuiztlán, Banderilla y Ojo de Agua.

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