Año 15 No. 626 Enero 25 de 2016 • Publicación Semanal

Xalapa • Veracruz • México

Apoyar al Sorteo UV es beneficiar a los estudiantes: ganadores

Contenido [part not set] de 42 del número 626

David Sandoval, Carlos Hermida y Claudia Peralta

El Sorteo de la Universidad Veracruzana (UV) entregó los primeros premios a los ganadores de la edición 2015, el 15 y 18 de enero en las instalaciones de la Fundación UV y en una agencia de automóviles de Xalapa.

Primer premio, una bendición
El premio número uno, consistente en un cheque certificado por un millón y medio de pesos más una camioneta Jeep Compass 2016, que suman un valor total de un millón 847 mil 400 pesos, fueron para Gabriel, obrero en la empresa Tamsa del puerto de Veracruz, quien compró únicamente el boleto número 023120, mediante el cual resultó afortunado ganador del principal premio del sorteo.

Gabriel, quien es supervisor de laminación, tardó en asimilar la noticia, ya que dormía sus habituales cuatro horas matutinas de descanso, pues trabaja en el turno nocturno en la planta.

«Me acababa de acostar a las ocho de la mañana y a las 11 empezó a sonar el celular. ¿Quién será?, me pregunté, mis ojos los sentía llenos de arena y escuché: ¡Manito, manito! ¡Te la sacaste! ¡La camioneta!», y respondí «¿La avioneta?, ¿cuál avioneta?», al haber despertado abruptamente de mi sueño. Además el teléfono advertía con un pitido que estaba por descargarse.»

Solicitó a su amiga Meche –Mercedes–, del otro lado de la línea, que llamara a su casa; ya espabilado escuchó que había obtenido el primer lugar del Sorteo UV gracias al número que le compró y para confirmarlo requería una fotografía del boleto.

Le preguntó a su esposa si recordaba dónde estaba el boleto pero ella tampoco sabía, «vaciamos el cajón del buró en la cama, donde mete uno todos los papeles y nada, entonces me dijo: ¿No lo tendrás en la billetera de casualidad? La vacíe y ahí estaba. Tomé la foto y la mandé por WhatsApp».

Era el boleto bueno, le confirmó su amiga, «sinceramente desde ese día duermo menos horas por la emoción».

Al decirle a un amigo del trabajo, éste buscó en la lista de ganadores publicada en Internet y corroboró la noticia con tanta emoción que comenzó a decirlo a los compañeros, «espérate, no hagas bulla que la gallina es tuya, como dicen en el rancho, hay que mantenerse tranquilos».

Gabriel compró el boleto en una reunión de padres de familia que se conocen desde que sus hijos iban al preescolar; ahí, la pedagoga Mercedes, quien labora en la UV, les ofreció un número para el sorteo, él lo escogió sin ningún motivo especial, lo que sí hizo fue bromear con su esposa: si ganaba la camioneta se la obsequiaría «y sí voy a cumplir, a palabra dada hay que cumplirla».

Con 25 años de servicio en su empresa, el año pasado había sufrido malas experiencias, la primera de ellas fue una parálisis facial de medio rostro ocasionada por el estrés, la cual lo tuvo deprimido durante varios meses, «andaba más hundido que el Titanic», reconoció.

Posteriormente fue arrollado por una motocicleta mientras bajaba del autobús. Fue a comer a casa de un amigo y siempre iba en su automóvil, aunque en esta ocasión al solicitar la parada bajó rápidamente y no había puesto un pie en tierra cuando sintió el golpe que lo hizo dar una vuelta en el aire, «giré como Tribilín en las caricaturas y perdí el conocimiento», cayó al suelo, se lastimó la pierna derecha y se reventó el párpado del mismo lado.

«Me dolía la pierna y sangraba, pero estaba tan enojado que no le hice caso al dolor y empecé a decirle al joven motociclista muchas groserías; además, cuando llegaron los primeros auxilios me jalaron del hombro y me lastimaron, entonces le reclamé al paramédico y ese dolor duró más días.»

A raíz del accidente le dieron incapacidad médica por 33 días, para complicar la situación se añadía el deseo que le había formulado su hijo de 14 años, que comparte habitación con su hermano de 20, quien es autista. Como cumplirá 15 años su padre le preguntó si quería una fiesta, a lo que le respondió que prefería la edificación de una habitación propia.

«La casa que tenemos es pequeña, de dos recámaras, y ahora con este dinero ya se la podremos hacer; al enterarse del premio mi hijo me dijo: papi, ya me puedes hacer mi cuarto y mi fiesta.»

La familia ganadora agradeció a la Universidad Veracruzana y al Sorteo UV; asimismo, aseguraron que de ahora en adelante seguirán comprando, para de esta forma apoyar a la máxima casa de estudios.

Facundo Pacheco Rojas, director de la Fundación UV, A.C., hizo entrega oficial del cheque y de las llaves de la camioneta a los afortunados ganadores.

Ganar es contribuir
El premio número dos, un cheque bancario por 540 mil pesos, fue para el boleto número 060989 de Laura, educadora jubilada quien precisamente el día que recibió la llamada de notificación estaba preocupada porque no había recibido el depósito bancario de su pensión; cuando respondió el teléfono pensó que era broma y al referirle el nombre de su hermana, quien le vendió el boleto, se convenció.

«No me lo esperaba y ha sido para mí una bendición; dudaba, pero como mi hermana me vendió el boleto corroboré que era cierto, elegí el que tenía terminación en nueve porque es mi número favorito; ya en otras ocasiones había participado y esta vez sólo compré un boleto.»

Sus hijos estaban muy felices cuando les compartió la noticia y buscará usar el efectivo para comprar una casa que les heredará.

Respecto al beneficio que brinda a los estudiantes de escasos recursos el Sorteo UV, la ganadora destacó «la forma en que lo está haciendo, con tanta transparencia, es magnífico porque permite que la Universidad crezca y ofrezca mejores servicios».

El premio número cuatro, un cheque bancario por 240 mil pesos, fue para José, quien es comerciante en Xalapa y ganó con el boleto número 025814.

Desde que compró los dos boletos con los que participó, se imaginó ganador: «Por el optimismo pensé que me iba a sacar algo y aquí estamos, cuando le comenté a mi familia que había ganado era una locura», dijo, «el premio cae de maravilla y lo vamos a utilizar en algo para la casita».

Igualmente, recalcó que seguirá participando en las próximas ediciones porque el Sorteo UV tiene credibilidad e incide en la formación de los universitarios, «vamos apoyando en algo, aunque sea un granito de arena, porque se suma y hacemos mucho», manifestó.

El premio asignado número dos: un cheque certificado por 40 mil pesos, fue para María de Lourdes por haber vendido el boleto ganador a su hermana.

Es la segunda ocasión que gana con el Sorteo UV, ya en 2011 había ganado el séptimo premio, un automóvil último modelo. «Compré sólo un boleto y empecé a participar a partir de haber ganado el premio, fui muy creyente de este sorteo y ahora participo cada año y nunca pensé que volvería a ganar».

Sus hijos no lo pueden creer porque ha sido afortunada en dos ocasiones y ha redundado en la venta de boletos, al ser ella misma ejemplo de que el Sorteo UV sí cumple.

«Yo seguiré apoyando siempre porque verdaderamente esto es cierto, que todo mundo participe pues la verdad los premios son excelentes», expresó.

Entrega de automóviles
El 18 de enero, en las instalaciones de la agencia Sábalo de Xalapa, la Fundación UV entregó automóviles a otros afortunados ganadores.

El premio número cinco, un Dodge Attitude, fue para Juan, de oficio mecánico, quien compró el boleto 03330. Oriundo de Naolinco de Victoria, relató que su hija, quien estudia la Licenciatura en Filosofía, le pidió que la apoyara vendiendo tres boletos. «Vendí dos y decidí quedarme con el tercero, el cual resultó premiado», comentó.

El ganador del premio seis, también un Dodge Attitude, fue Juan, médico de Xalapa egresado de la UV. Él compró el boleto 021017 a su esposa, quien desde hace varios años colabora en el Sorteo como voluntaria.

«Siempre he pensado que éste es un buen sorteo. Todos los egresados y el público en general deberían comprar un boleto, pues así apoyan a la institución», comentó.

El premio número siete, un automóvil Mitsubishi Mirage, fue para Erick, con el boleto 009688. El estudiante de la Licenciatura en Medicina Veterinaria y Zootecnia en el puerto de Veracruz narró que en su Facultad le ofrecieron vender tres boletos y decidió participar junto con su familia con el afán de apoyar a la Universidad y ayudarla a recaudar fondos.

«No pude asistir al sorteo, sin embargo mi hermano sí y fue él quien me dio la noticia de que había ganado. Me siento muy contento ya que nunca pensé obtener un automóvil», dijo el estudiante.

El premio número ocho, otro automóvil Mitsubishi Mirage, fue para el empresario Carlos, con el boleto número 025082, que compró a un familiar que trabaja en la Universidad.

«El sorteo posee credibilidad, quienes puedan deben apoyar a la Universidad», recomendó.

Carlos Alejandro, procedente de la ciudad de Veracruz, se mostró entusiasmado al conocer su nuevo auto y no titubeó en asegurar que continuará apoyando esta labor para contribuir al desarrollo de la máxima casa de estudios.

Egresado de Contabilidad, recordó que desde su etapa de estudiante siempre vio reflejado en su escuela la inversión y mejoras al mobiliario e infraestructura, derivados de los recursos obtenidos por el Sorteo UV.

Otra de las ganadoras fue Martha, quien obtuvo el premio 10. Emocionada, relató que por más de tres décadas trabajó en la Universidad como auxiliar de oficina. A 11 años de su jubilación, había adquirido boletos a través de su hija, quien es empleada en el Departamento de Nóminas de esta institución; sin embargo, este año compró el boleto a una de sus nietas, quien estudia el octavo semestre de la carrera de Psicología.

Emmanuel, estudiante del primer semestre en la Facultad de Ingeniería Química en la región Veracruz-Boca del Río, no pudo ocultar la alegría en su rostro, pues aunque a sus 18 años aún no cuenta con licencia de conducir, es la primera vez que gana un premio de esta magnitud.

Oriundo del municipio de Cotaxtla, refirió que desde que egresó de la secundaria supo que quería formar parte de la Universidad Veracruzana y estudiar Ingeniería Química; por ello, exhortó a toda la población veracruzana a contribuir con el Sorteo, en favor de la comunidad universitaria.

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