Año 15 No. 645 Agosto 1 de 2016 • Publicación Semanal

Xalapa • Veracruz • México

Alumnos ven futuro en la investigación

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Enna Vidal, Cynthia García, Daniel Montiel, Julio Hernández, Osmar Cárdenas y Martín Medina

Enna Vidal, Cynthia García, Daniel Montiel, Julio Hernández, Osmar Cárdenas y Martín Medina

 

Provenientes de Poza Rica, Tuxpan, Peñuela y Xalapa, apoyaron los trabajos del Laboratorio de Epigenética y Biología del Desarrollo

«Una estancia de dos semanas puede definir los intereses profesionales de un estudiante”: Osmar Cárdenas

David Sandoval Rodríguez

Seis alumnos de distintas regiones y licenciaturas de la Universidad Veracruzana (UV) realizaron una estancia de dos semanas en el Laboratorio de Epigenética y Biología del Desarrollo (Epilab) del Instituto de Biotecnología y Ecología Aplicada (Inbioteca), como parte del programa de movilidad interna de la institución.

Los jóvenes fueron recibidos por los responsables del Epilab, Ana Elena Dorantes Acosta y Mario Alberto Arteaga Vázquez, quienes investigan a la planta ancestral Marchantia polymorpha, considerada la más antigua de la Tierra.

“Es el cuarto año consecutivo que el laboratorio participa en el programa de estancias intersemestrales”, explicó Dorantes Acosta; “siempre nos ha parecido muy gratificante que alumnos de licenciatura o de bachillerato se interesen por el quehacer científico, para nosotros es un gusto que se hayan interesado por trabajar en el laboratorio”.

En esta ocasión fueron seis estudiantes de licenciatura, tres bajo la supervisión de Mario Arteaga y tres con la investigadora, quienes aprendieron las técnicas básicas de biología molecular que aplican en el Epilab y el quehacer diario.

Como parte de esta experiencia los estudiantes conocieron los elementos teóricos necesarios para comprender el proceso de investigación, agregó; “se busca que el interés no sea hacer cosas con las manos solamente, sino entender las bases de lo que están realizando”.

Ana Elena Dorantes refirió que durante la estancia “compartimos con ellos nuestro gusto de trabajar con Marchantia polymorpha y entender cómo responde, cómo se forma, y que ellos con sus propias manos hagan lo mismo que nosotros día con día”.

Reiteró que antes de poner manos a la obra deben entender las bases teóricas de su trabajo; posteriormente acuden al laboratorio a aplicar las técnicas aprendidas. “Algunos tienen interés por hacer trabajos recepcionales y posgrados, entonces se les abren caminos que posiblemente no habían considerado en su formación, es un programa muy generoso, ojalá que siga y se extienda”, destacó la investigadora.

Aprendieron técnicas básicas de biología molecular

Aprendieron técnicas básicas de biología molecular

 
Completar la formación
Cynthia Janet García Flores, estudiante de Ingeniería en Alimentos de la región Xalapa, explicó que un profesional de su carrera puede desempeñarse en el sector empresarial y en la investigación. Compartió que antes de esta estancia prestó servicio social en la embotelladora Coca-Cola de Coatepec, pero quería saber qué sería más motivante, si la industria o la ciencia. Tal fue el origen de su participación en el Epilab.

“Se dio la oportunidad de conocer la convocatoria porque nuestro director la compartió y pensé que podía intentarlo para saber cómo era la investigación.”

En la embotelladora fue asignada al área de evaluación sensorial y le pareció muy interesante, pero ahora la investigación es su favorita “porque es más profunda y hay que ser más detallados, más precisos, no es como estar en el área laboral”.

Cynthia aprendió sobre las técnicas utilizadas con el hongo Marchantia y refirió que el ambiente de trabajo es muy bueno: “Conocí el trabajo de laboratorio, todos son muy amables, me enseñaron en qué estaban trabajando porque son diferentes vertientes; a mí se me facilita el aprendizaje visual, entonces me sirvió mucho ver cómo lo hacen ellos y luego, nosotros. Tuvimos varias horas de teoría que fueron amenas e interesantes pues las complementamos con la práctica”.

Describió que esta experiencia contribuyó enormemente a su formación ya que está a punto de egresar. Respecto a los trámites de la convocatoria, comentó que no hubo dificultades para registrar sus documentos y participar en el programa.

Enna Citlalli Vidal Martínez, estudiante de Ingeniería Química, también habló de su participación en el Epilab: “Siempre me ha gustado la investigación, sobre todo este ámbito, estar en el laboratorio, haciendo pruebas y siguiendo el proceso”.

No es la primera vez que trabaja en este tipo de ambiente ya que cuando cursaba el bachillerato realizó el servicio social en la misma Facultad de Ciencias Químicas.

“La estancia abrió mi conocimiento, esto fue nuevo para mí, nunca me imaginé estar en un lugar así, pero se dio la oportunidad y la aproveché al máximo”, expresó.

Conocieron los elementos teóricos para comprender el proceso de investigación

Conocieron los elementos teóricos para comprender el proceso de investigación

 

Al igual que su compañera, comentó que el trámite fue sencillo y básicamente consistió en obtener los documentos y registrarlos, al igual que la solicitud.

La universitaria manifestó que la investigación en laboratorio es una rama de su trabajo que le interesa, por ello no consideró la estancia en el laboratorio como un esfuerzo adicional sino como una posibilidad de ampliar sus conocimientos.

Julio César Hernández Mateo, estudiante de séptimo semestre de Ingeniería Química de la Facultad de Ciencias Químicas en Poza Rica, ya conocía Xalapa, la región y su clima, muy distinto al de su lugar de origen.

El joven compartió que quiso hacer la estancia porque la epigenética y la biología del desarrollo no están directamente relacionadas con su carrera y ello le permitió ampliar el campo de conocimiento que ya tenía.

Otro factor que lo animó a convencerse fue el hecho de que podría involucrarse en un proyecto de investigación: “En Poza Rica generalmente la investigación está relacionada con el campo industrial y la petroquímica, entonces dije ‘eso no es para mí’, ahora que veo las técnicas y los protocolos que se manejan son realmente interesantes y me llevé una muy grata experiencia estando aquí”.

Esta fue la primera vez que trabajó en un laboratorio y dijo estar muy satisfecho, “muy sorprendido del proceso y la precisión que se requiere para llevar a cabo una técnica”.

La dinámica de trabajo no fue un impedimento para adaptarse, quizá lo más difícil fue asimilar conceptos pertenecientes a un campo disciplinar distinto al suyo, “pero estudiando todo se aprende y se pone uno al corriente”, observó.

A Hernández Mateo le gustaría laborar en algún campo de la ingeniería química, excepto en la industria, ya que no le llama la atención, por ello su estancia en el laboratorio servirá para ampliar su visión del campo de trabajo.

En la Facultad existe una sección estudiantil de ingenieros químicos y él es coordinador de investigación y desarrollo. Su labor consiste en expresarles todo aquello que la ingeniería química puede aportar a tales áreas. “Varios de mis colegas están ahora en una estancia de verano, a su regreso recabaremos toda la información para transmitirla a nuestros compañeros de todos los semestres para ampliar su panorama de qué es la ingeniería química y todas sus aplicaciones”.

Para realizar su estancia en el Epilab acudió a la página web de la UV, donde consultó los requisitos y aplicó la solicitud, “eso es todo, sólo falta que nos acepten, en cuanto a cuestiones administrativas es muy fácil”.

En su opinión, “el ambiente de trabajo que se ha creado con los estudiantes de otras licenciaturas es muy bueno, no hay tensiones sino todo lo contrario, es muy amistoso y agradable, los ayudantes e investigadores son muy accesibles”.

Osmar Cárdenas Pérez, estudiante de Agronomía en la Facultad de Ciencias Biológicas y Agropecuarias en Tuxpan, se pronunció en el mismo sentido: “Coincido con mis compañeros en que me atrae mucho la investigación y al ver la convocatoria fue una oportunidad de explorar otro campo de conocimiento que en mi carrera no es muy común que abordemos”.

A partir de una estancia de movilidad anterior en el Colegio de Posgraduados en Ciencias Agrícolas en Texcoco, Estado de México, durante dos meses trabajó con cepas de virus para probar tratamientos preventivos en plantas de papaya y calabaza, analizando los resultados del tratamiento, aplicando técnicas de biología molecular como la extracción de ARN.

Ésta es su área de interés, por lo cual decidió aplicar a la convocatoria de estancia en este laboratorio del Inbioteca, donde fortaleció su formación.

Como parte de su proyecto de formación profesional, el estudiante refirió que cada ocasión que se presenta la posibilidad de realizar una estancia de movilidad la ha aprovechado.

“Además de ampliar conocimientos, aclaras tus objetivos, lo que quieres hacer o ser, ya sea en el campo laboral o continuar con un posgrado, pero ya tienes más claro a qué línea te vas a enfocar porque vivirla es diferente a que te la cuenten.”

En su caso, dijo que le gustaría estudiar una maestría en mejoramiento genético.

Osmar compartió que no conocía el Inbioteca y destacó que las instalaciones y el equipo de trabajo son muy buenos, “los doctores están muy capacitados y son profesionales, además nos llevamos muy bien todos”.

Opinó que hacer una estancia de dos semanas puede definir los intereses profesionales de un estudiante y recalcó que los conocimientos que se adquieren están a la par de las amistades que se forman, “es algo que no tiene precio”.

Martín Medina Arriaga, estudiante de Biología en la Facultad de Ciencias Biológicas y Agropecuarias de Tuxpan, comentó que el interés por esta experiencia surgió tras conocer la convocatoria que consultó en la página de Facebook de la propia Facultad. Anteriormente no pudo participar porque se solicita un determinado número de créditos que no había alcanzado, sin embargo en este semestre fue posible cursar la experiencia.

“Lo que me llamó la atención, principalmente, fue el estudio de la planta a nivel molecular y sus aplicaciones, aunque no conocía la rama de investigación hasta el semestre pasado, es muy interesante”, declaró.

“El ambiente de trabajo fue lo mejor de la experiencia, el doctor Arteaga es muy agradable y en el contacto previo, mediante correo electrónico, fue muy accesible”, añadió.

En su caso, es la segunda experiencia de laboratorio que tiene; no obstante, es la primera estancia fuera de su Facultad y destacó el hecho de tomar clases con un enfoque práctico, diferente del ambiente del aula, “porque me gusta observar, tocar, saber por qué se hacen las cosas, eso me llama mucho la atención. El hecho de empaparme de nuevos conocimientos ayuda bastante, cumpliendo con el objetivo de la convocatoria que es motivar la investigación y todo lo relacionado. En lo personal, me gustaría llegar y platicar mi experiencia con los compañeros”.

En tanto, Daniel Montiel López, estudiante de la Licenciatura en Biología de la Facultad de Ciencias Biológicas y Agropecuarias del campus Peñuela en la región Orizaba-Córdoba, dijo que se enteró de la convocatoria en una conversación con el responsable del programa de movilidad de su Facultad.

El universitario ya había trabajado en laboratorio con hongos y cultivos in vitro, por lo que esta experiencia completó en gran medida su formación, pues su Facultad no cuenta con este tipo de equipos.

Reconoció que todas las personas con las que trató en el laboratorio fueron amables y accesibles en todos los aspectos. Y en el trabajo, fueron muy colaborativos y siempre manifestaron su apoyo.

Para el estudiante, es necesario generar mayor interés en los jóvenes por realizar una estancia, por ello sugiere a quienes la han realizado difundirla más entre sus compañeros. “Los estudiantes de Biología somos muy curiosos y nos interesaría aprovechar oportunidades como ésta; todo es valioso, las técnicas y las amistades que logras hacer aquí, el conocimiento que desarrollamos, todo lo que hicimos en las dos semanas fue muy bueno, nos conocimos y compartimos técnicas y conocimientos”.

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