Año 14 No. 615 Octubre 19 de 2015 • Publicación Semanal

Xalapa • Veracruz • México

12 de octubre: choque de procesos civilizatorios

Contenido [part not set] de 47 del número 615

Es una fecha para conmemorar el tesón y la resistencia de los pueblos indígenas por más de 500 años

Paola Cortés Pérez

Año con año en México –como en el resto del continente americano y en España– se conmemora el 12 de octubre, fecha en que Cristóbal Colón descubrió nuevas tierras, a las que más tarde se les conocería como América. Sin embargo, para algunos historiadores el concepto “descubrimiento” no debe ser usado para recordar este hecho, toda vez que el arribo de los europeos implicó el sometimiento de los pueblos originarios y saqueo de estas tierras.

Juan Ortiz Escamilla, director del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales (IIH-S), dijo que al hablar del “descubrimiento de América”, se hace desde la perspectiva europea, que sostiene que ellos descubrieron un nuevo mundo, en el cual los pueblos originarios eran unos bárbaros que fueron civilizados.

“Ellos no descubrieron nada, en todo caso fue un accidente el hecho que llegaran a un continente distinto, que no estaba previsto. Incluso Cristóbal Colón murió creyendo que había llegado a la India, porque había un parecido.”

Lo cierto, comentó, es que el 12 de octubre marcó una nueva época para toda la humanidad, al transformarse y modificarse la concepción que se tenía del mundo. Antes, detalló, sólo había tres continentes, según los europeos, correspondientes a la Santísima Trinidad, y había sociedades bien identificadas: negros en África; amarillos en Asia y blancos en Europa. “El mundo estaba en armonía”.

Jorge Rodríguez Molina, docente de la Facultad de Historia de esta casa de estudios, coincidió y mencionó que a partir de este momento histórico el mundo se volvería más pequeño.

En tanto, Ortiz Escamilla enfatizó: “¿Qué pasa cuando por un accidente llegan los europeos a tierras desconocidas? Rompe con toda la ideología teológica de que la tierra era plana; rompe con la explicación del mundo desde la perspectiva religiosa, católica; rompe paradigmas, rompe todo”.

Ambos especialistas reiteraron que esta fecha marca el choque y el sometimiento violento de dos procesos civilizatorios: occidental y americano, donde el primero se impuso por la fuerza al segundo.

Al respecto, el Director del IIH-S precisó: “El tiempo histórico de nuestra era empieza precisamente hace 523 años, ése es nuestro tiempo histórico, así es como está la larga duración de todas las culturas”.

Choque de dos civilizaciones
Cuando Cristóbal Colón llegaba a nuevas tierras, los europeos católicos –entre ellos los españoles– estaban en guerra con los árabes instalados en la península ibérica; empero, al llegar la noticia de un nuevo continente, la guerra que se dirigía al Oriente cambió de rumbo hacia Occidente, “vinieron a conquistar a los pueblos”, comentó Juan Ortiz Escamilla.

Para Rodríguez Molina, es importante rescatar que este acontecimiento refleja la posición que tenían los hombres de la época, por ejemplo: las andanzas de Colón para lograr el apoyo y financiamiento para emprender el viaje, “tiene que ver con las formas de ser y relacionarse de los europeos de las sociedades antiguas, donde las alianzas políticas de una sociedad estamental eran fundamentales”.

Ortiz Escamilla refirió que cuando a Europa llegaron las primeras noticias sobre el nuevo mundo no se creía esta posibilidad, había muchas dudas, tanto así que Colón murió pensando que en verdad había llegado a la India.
Del lado americano, puntualizó, Moctezuma se enteró de la existencia de los barcos españoles desde antes que arribaran a las costas del Golfo, sin embargo decidió ocultar esta información.

Ya con Hernán Cortés en tierras mexicanas, los europeos escribieron cartas de relación sobre lo hallado, las cuales fueron enviadas al rey Carlos V. Éstas fueron escritas en latín, italiano y alemán, para que la noticia llegara a todos los rincones.

“Había muchas dudas y para disiparlas, en 1519 Cortés tuvo que enviar indios de Zempoala junto con regalos para Carlos V, para que el rey viera qué tipo de gente era.”

América también tenía sus propios conflictos. Ortiz Escamilla y Jorge Rodríguez apuntaron que se vivían enfrentamientos entre los distintos pueblos e imperios mesoamericanos. Los opresores eran los mexicas y los incas, quienes sometían a los pueblos.

El académico de la Facultad de Historia describió: “Cuando los europeos llegaron se encontraron con diferentes formas de organización social y política, aunque con elementos culturales muy parecidos entre los pueblos, pero con grandes organizaciones que tenían una estructura política, social y económica que mostraba un aparato de dominación muy sofisticado.

”El mundo americano era muy heterogéneo, sólo en el mundo mesoamericano se hablaban más de 100 idiomas; había diferentes formas de regulación política, así como fuertes enfrentamientos entre las diferentes ciudades o estados conformados.”

Los conquistadores de inmediato se percataron de esta situación que permeaba en toda Mesoamérica, una de las estrategias políticas aplicada por los europeos –destacaron los historiadores– fue aprovechar la situación y construir alianzas con los pueblos sometidos por los mexicas y los incas.

“La primera guerra se vivió como una guerra de liberación contra el opresor, los pueblos originarios no estaban pensando en que serían sometidos por los europeos, sino en liberarse. Después se dieron cuenta
de la magnitud del problema, pero ya era demasiado tarde”, comentó Ortiz Escamilla.

Asimismo, narró que Hernán Cortés tocó las costas del Golfo de México acompañado de fuerzas mercenarias de distintos sitios, eran hombres contratados al mejor postor para hacer la guerra, pues “en aquella época la gente de bien no salía”.

Los que llegaron “eran hombres con experiencia en combate, eran ejércitos contratados que hacían la guerra y saqueaban las tierras en nombre del rey, un rey imaginario, un rey que para los indígenas era desconocido, que nunca habían visto, como si fuera un Dios.”

Estos mercenarios, relató, quedaron sorprendidos cuando fueron recibidos con presentes por parte de los pueblos indígenas. Los españoles no entendían que por la mañana pelearan y por la tarde les llevaran comida; esto era porque los mexicas tenían otra concepción de la guerra, era más del tipo ritual y ceremonial.

Sin embargo, indicó, después del episodio conocido como la “Noche triste”, los indios comprendieron la tragedia que vivían, entonces la guerra fue total.

El arribo de los conquistadores a tierras americanas fue una verdadera tragedia para los pueblos indígenas, externó Ortiz Escamilla. En el caso de México, los españoles llegaron a imponer religión, cultura e introdujeron el régimen de propiedad de la tierra que para los indígenas no era posible, era como fraccionar el aire. Tan fue una tragedia, apuntó, que la guerra por el control de los territorios indígenas en el norte de México concluyó hasta el siglo XIX.

“Dentro del proceso de descubrimiento, y sobre todo en la Conquista, pareciera que los europeos avasallaron todo el mundo americano a partir del impacto tecnológico y militar, pero en realidad fueron importantes las alianzas que se dieron con aquellos pueblos sojuzgados”, añadió Rodríguez Molina.

Por otro lado, los especialistas en Historia destacaron que el choque cultural fue muy fuerte, al encontrarse dos concepciones del Universo y de prácticas muy diferentes entre sí, donde una –la europea– se impuso mediante la fuerza a la otra –la americana.

Rodríguez Molina reseñó que la consumación de la Conquista implicó un proceso en el que Occidente se impuso al mundo mesoamericano, a través del sometimiento al que hubo resistencia por parte de los pueblos originarios, aún hasta nuestros días.

Algunas de las consecuencias fueron, por un lado, la evangelización, que para el mundo hispano era sinónimo de civilizar, frente a la cual hubo una resistencia por parte de los pueblos que dio como resultado expresiones de religiosidad con particularidades.

A esto se sumó, dijo, el intercambio y aporte cultural de los esclavos negros traídos de África, lo que contribuyó al aumento de la heterogeneidad cultural que aún está presente en toda América.

Un aporte socio-político, señaló Ortiz Escamilla, fue el trazado de los pueblos, que no podrían ser entendidos sin la distribución de espacios: la plaza pública, la iglesia, las autoridades o principados. Fue un esquema de patrón de poblamiento que se aplicó en toda América.

Por otro lado, apuntó que las enfermedades traídas por los españoles fueron terribles, ya que acabaron con el 80 por cientode la población que habitaba Mesoamérica. “Se vivió una verdadera tragedia demográfica”.

Rodríguez Molina resaltó que a partir de la travesía realizada por Cristóbal Colón hasta la consumación de la Conquista de los pueblos americanos, se conjugaron diversos elementos culturales, sociales y políticos que dieron como resultado los países americanos modernos, sin embargo hay cuestiones que no han sido resueltas, que explican las grandes condiciones de desigualdad política y económica que se viven hoy en día en México y en el resto del continente americano.

El capitalismo no sería el mismo
Para Jorge Rodríguez Molina, la llegada –accidental o no– a América fue fundamental para el desarrollo del capitalismo tal como lo conocemos hoy en día.

Explicó que de no haberse dado el proceso brutal de extracción de las riquezas del mundo americano, no se hubieran presentado las condiciones necesarias para el desarrollo del capitalismo.

“La comercialización de productos europeos en África a cambio de millones de personas que eran traídas a trabajar en las minas americanas para la extracción de plata, ayudó a fortalecer el sistema económico de los reinos de Inglaterra y de las ciudades-Estado del norte de Europa, lo cual dio como resultado una gran acumulación de capital.”

Esto revela por qué en Europa están las condiciones económicas para el desarrollo tecnológico e industrial que se vivió en el siglo XVIII con la Revolución Industrial, y en la época moderna.

Pero, también muestra por qué después fue difícil para los pueblos de estos dos continentes salir adelante.

¿Racismo?
Juan Ortiz Escamilla rememoró que cuando los españoles se encontraron con esta nueva sociedad, ellos no sabían si eran personas o no, porque no eran de tez blanca, ni negra, ni amarilla.

Respecto a esta idea, dijo que se dieron muchos debates, en los cuales los frailes defendieron a los indígenas del abuso de los conquistadores y así lograron que la Corona Española dictara un estatuto especial para protegerlos, lo que dio pie a la creación de las repúblicas de las Indias y a que fundaran aparte sus comunidades, “desde hace 500 años siguen viviendo alejados”.

Lo anterior demuestra, subrayó Rodríguez Molina, que el estado y la situación de los pueblos originarios son temas sin resolver.

“El tema de los pueblos indígenas sigue pendiente. En cada época y en cada crisis siempre está presente, ¿qué hacemos con los indios?, es lo que se plantean siempre los gobernantes”, reiteró Ortiz Escamilla.

Dijo que los pueblos mesoamericanos de hace 500 años no fueron descubiertos, sino conquistados por personas que llegaron de diversas partes, y nosotros somos el resultado.

Lo verdaderamente importante, apuntó, es que los indígenas siguen siendo explotados ya no por los españoles, ahora por empresas extranjeras transnacionales, siempre han vivido una condición de opresión.

“A ellos los han desaparecido y matado muchas veces, pero ahí están, es realmente extraordinaria la fuerza que han tenido a lo largo de 500 años para sobrevivir y mantener sus tradiciones y cultura. Esto es lo que debemos celebrar, ese tesón y resistencia, son lecciones de vida que debemos aprender.”

A la par del desdén que viven los indígenas en el día a día, Rodríguez Molina indicó que en México y en algunos puntos de América existe un no reconocimiento a los aportes culturales de los africanos; estas situaciones dan como consecuencia un fenómeno negativo, que es el racismo.

Afirmó que el racismo presente en el mundo americano es muy particular, difícil de explicar y de reconocerlo como un fenómeno latente, sobre todo para quienes viven del Río Bravo a la Patagonia.

“El hecho de pensar que no hay racismo en estos países es un no reconocimiento a la diversidad y al aporte cultural de estos pueblos, es algo que no se ha resuelto, como consecuencia de este encuentro-conquista, donde no hubo un diálogo sino imposición y resistencia.”

Mencionó que esta condición negada entre las sociedades americanas se refleja en el habla popular; en la concepción de ciertas tradiciones; en el no reconocimiento de posturas alternas de pueblos, donde la mayoría indígena trata de construir una forma de Estado, como en el caso del gobierno de Bolivia que no es aceptado por la mayoría de los países del continente.

“Y lo vemos en México cuando tachamos estas reivindicaciones de corte populista, cuando lo que buscan es el reconocimiento de sus derechos civiles y sociales, más allá de los políticos.”

Juan Ortiz Escamilla y Jorge Rodríguez Molina concordaron al asegurar que mientras no se reconozcan y garanticen en su totalidad los derechos humanos de los descendientes de los pueblos originarios y africanos, difícilmente se puede aspirar a tener una nación desarrollada y moderna.

“Podrá haber un gran crecimiento económico, pero si no hay un desarrollo social de los pueblos, no habremos resuelto de manera positiva el impacto que tuvo hace más de 500 años el descubrimiento-Conquista de América”, compartió Rodríguez Molina.

Ortiz Escamilla sostuvo que repensar este acontecimiento histórico debe servir para reflexionar sobre lo que pasó, para no cometer los mismos errores y para entender nuestro presente, “son lecciones de vida que nos da la historia”.

Para Rodríguez Molina, quienes difunden, divulgan o escriben sobre la historia, pretenden que la sociedad en general se percate de la importancia que tiene el conocimiento de nosotros mismos a través de nuestro pasado.

“Si no nos vemos a nosotros mismos como parte de un pasado, no podremos resolver muchos de los problemas actuales. Una forma de conocernos es explicarnos quiénes fueron los habitantes anteriores, porque a la vez estamos explicando quiénes somos en el presente.”

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