La especialista visitó Xalapa
“Volvería a estudiar literatura siempre”: Ana Rosa Domenella
Ha estudiado obras de autoras mexicanas por más de 40 años
Melissa Montaño Pérez
Ana Rosa Domenella, nacida en Argentina, llegó a México en 1973, luego de haber estudiado Letras Modernas en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) en su país de origen. Desde entonces se
ha dedicado a trabajar la literatura mexicana recurriendo a voces de autoras de los siglos XIX y XX. Domenella es doctora por El Colegio de México (Colmex) y profesora e investigadora en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Iztapalapa.
Entre sus principales publicaciones y colaboraciones se encuentra Jorge Ibargüengoitia. La transgresión por la ironía (1989); ha participado como editora en las obras Territorio de leonas. Cartografía de narradoras mexicanas de los noventa (2001), (Re)escribir la historia desde la novela de fin de siglo. Argentina, Caribe, México (2002) y María Luisa Puga. La escritura que no cesa (2007), entre otras.
Durante su visita a Xalapa con motivo del 1er. Simposio “Visiones de la enfermedad en la literatura: un problema de poética” en el que participó con una ponencia sobre María Luisa Puga y Ángeles Mastretta, la también ganadora del Premio Nacional de Ensayo “José Revueltas” compartió con Universo un poco de su trayectoria como investigadora y de su labor en el Taller de Teoría y Crítica Literarias “Diana Morán”, en el que colabora con otras investigadoras realizando estudios sobre discursos feministas y de género.
Domenella llegó a México hace exactamente 43 años con un proyecto en el que abordaría la literatura nacional tomando como objeto de estudio obras literarias de autoras mexicanas; en 1984, cuando obtuvo el rango de profesor de tiempo completo en la UAM-Iztapalapa, trabajó con Aralia López, ensayista cubana, en la creación de un taller sobre narrativa de mujeres en el Colmex.
“Empezamos una investigación con la idea de hacer una historia de la literatura mexicana desde la perspectiva de las mujeres, lo cual no se logró hacer.”
A pesar de esto, el taller continuó su labor trabajando autoras del siglo XIX con el fin de encontrar los antecedentes a la literatura de voz femenina en México; como resultado de dichas investigaciones, se logró la primera publicación Las voces olvidadas: antología crítica de narradoras mexicanas nacidas en el siglo XIX.
De 2006 a 2010, el taller presentó la colección Desbordar el Canon, en la que las investigadoras publicaron sus trabajos de teoría y crítica literaria sobre las obras de autoras mexicanas, entre las que figuran Ámparo Dávila, Elena Garro, Nellie Campobello, María Luisa Puga y Luisa Josefina Hernández. Una de las autoras que Domenella ha trabajado con mayor interés es Laura Méndez de Cuenca, aunque actualmente se dedica a trabajar autoras del siglo XX nacidas después de los setenta, como parte de un acuerdo con sus compañeras.
Respecto al nombre del taller, Domenella cuenta que el original era Taller de Escritoras Mexicanas hasta que, en 1987, luego del fallecimiento de la poeta panameña Diana Morán, las integrantes del mismo decidieron cambiarlo por Taller de Teoría y Crítica Literarias “Diana Morán”, en honor a la artista y luchadora social, quien llegó a México como exiliada en 1968 luego del golpe militar en su país.
Actualmente, el taller es “cerrado”, no admite nuevas integrantes por el momento y se limita a participar ofreciendo pláticas y conferencias relacionadas al tema de literatura femenil en algunos congresos, explicó Domenella. Hoy en día ella es la encargada del taller al lado de Luz Elena Gutiérrez de Velasco, y se muestra entusiasmada ante el 32 aniversario del mismo.
El taller cuenta con el sitio web www.tallerdianamoran.com, en el que se pueden consultar todas sus publicaciones, así como conocer a sus integrantes y la historia del mismo.
Sobre su amor por la literatura, comentó que cuando llegó el momento de elegir la carrera que debería cursar, no sabía qué camino tomar. “Me gustaba leer, lo que yo más hago es leer, pero pensaba que Letras no es una carrera”, explicó. Después de todo, luego de más de 40 años de investigación y un recorrido bastante satisfactorio en el mundo de las letras, Ana Rosa no se arrepiente. “Volvería a estudiar literatura siempre”, concluyó.