Yumali Misleyda Torres León
Ibhar Martín Morales Solís
Raúl Enrique Moral García
Keibun Obed Gómez Hernández
La convocatoria finalizó con 23 títulos seleccionados
Las obras más reconocidas son de estudiantes de la UV
Lucero Mercedes Cruz Porras
Fotos: MAX
En el marco de la celebración por los 30 años del Museo de Antropología de Xalapa (MAX), el 23 de septiembre se inauguró la exposición de las obras ganadoras de la Convocatoria “Los artistas celebran al MAX”, que se encuentra instalada en la galería del mezzanine hasta el 30 de octubre.
La convocatoria realizada con el objetivo de fortalecer la expresión artística, contempló un proceso de selección de las obras finalistas a cargo de un jurado especializado que eligió 23 creaciones de artistas mexicanos de entre 18 y 40 años, interpretaciones de piezas que forman parte del acervo prehispánico del MAX.
Dentro de esta selección hubo cuatro menciones honoríficas y un premio; dichos lugares fueron obtenidos por estudiantes de la Facultad de Artes Plásticas de la Universidad Veracruzana (UV). El premio fue recibido por Keibun Obed Gómez Hernández, quien fue galardonado con un diploma por su participación “Cihuateteo en el Cenit”, y obtuvo la oportunidad de montar una exposición individual programada para el próximo año, así como el diseño y la edición de un catálogo de 12 páginas.
En esta tónica, los estudiantes del tercer y quinto semestre de la Licenciatura en Artes Visuales, Yumali Misleyda Torres León, Ibhar Martín Morales Solís, Raúl Enrique Moral García y Keibun Obed dialogaron con Universo sobre este gran paso en su recorrido profesional, que apenas comienza.
Desde cero
Con distintos orígenes, los jóvenes comparten experiencias similares al recordar sus inicios en el arte.
Keibun Obed, nacido en Coatzacoalcos, Veracruz, comentó que desde pequeño sintió curiosidad por materiales moldeables, inclinándose hacia los trabajos manuales: “Cuando tuve mi primer contacto con un lápiz o con plastilina inició mi travesía”. Al llegar a su etapa universitaria, en Xalapa se integró a talleres donde decidió dedicarse a la pintura.
Raúl Enrique nació en Salto de Agua, Chiapas, y a los nueve años conoció la pintura en un curso de verano de la Casa de la Cultura del municipio. Participó en concursos y festivales infantiles, donde siguió practicando de manera personal; en el bachillerato se interesó por el diseño de modas, utilizando sus nociones previas sobre el color para proponer formas de recuperar el folklor de la región en sus prendas. Posteriormente, profundizar en su técnica le permitió trabajar e investigar sobre la cultura del sureste del país, experiencia que dio pie a sus estudios superiores.
Ibhar Martín, originario de Xalapa, Veracruz, siempre se sintió atraído por el dibujo. El gis pastel fue el primer material con el que realizó esbozos gráficos en la secundaria, pero fue en la preparatoria cuando se transformó su visión artística. Su acercamiento con la pintura proviene de una influencia familiar que le brindó tablas para comenzar su camino.
Yumali Misleyda también se remontó a la época escolar para abordar su convivencia con esta disciplina, donde trabajó inicialmente con la serigrafía y la pintura, pero fue después de ser aceptada en la Facultad de Artes Plásticas cuando desarrolló un estilo propio.
Hallar una técnica
La influencia y la orientación de maestros de la Licenciatura en Artes Visuales, comprometidos con el apoyo a sus estudiantes, ha significado un incentivo positivo para estos jóvenes artistas. Tal es el caso de la clase de Dibujo de Representación, del Área de Iniciación a la Disciplina, impartida por Minerva Torres Vicente, quien al abordar nociones de composición con sus alumnos profundizó en las bases de la estructura de una obra para darle armonía.
“Mi corto paso por la Facultad ha sido muy interesante porque he descubierto la forma específica de manejar alguna técnica. Ha sido enriquecedor porque me ha dado maneras distintas de trabajar, a las que conocía superficialmente”, comentó Raúl Enrique.
Al respecto, Ibhar Martín agregó: “Cada una de las clases que he tomado ha aportado un granito de arena en mi formación, como la exigencia de los maestros para que seamos más profesionales con lo que hacemos, tips que provienen de personas que se dedican realmente al arte”.
Por otra parte, la experiencia de Yumali Misleyda ha sido parecida. “Todas las clases que he tenido hasta ahora han sido muy fructíferas porque los maestros ven desde distintos ángulos los conceptos que me han dejado mucho en el proceso de aprendizaje que seguiré especializando durante toda mi vida”, expresó.
Cómo celebrar al MAX
Los estudiantes seleccionados por la convocatoria presentada por el MAX se prepararon para participar en conjunto. Primero realizaron un recorrido guiado por las instalaciones del museo para elegir una pieza, posteriormente desarrollaron una investigación documental y bibliográfica sobre la historia de cada obra, con el fin de conocer su significado y de esta forma decidir el criterio para interpretarla. Por ello, los artistas comentaron sentirse agradecidos con la disponibilidad del personal del MAX para complementar su información y aclarar sus dudas.
El proceso creativo fue distinto para cada uno de los jóvenes; por ejemplo, Ibhar creó bocetos para estimar el resultado que se apegara más a sus ideas; Yumali, se basó en una indagación profunda sobre la pieza para identificar todos sus elementos y decidir lo que quería representar de ella con la técnica más impactante; Keibun, se inspiró en la cultura detrás de la obra para construir su discurso, aterrizándolo en una imagen concreta.
En cambio, la emoción que estos estudiantes experimentan al presentar sus obras en uno de los museos con mayor prestigio del país es la misma: una gran satisfacción y un gusto enorme al ver que su dedicación rindió un resultado tan positivo para su trayectoria artística.
Por último, los universitarios, comentaron que la invitación a participar en la convocatoria “Los artistas celebran al MAX” fue difundida por la académica Torres Vicente, quien resaltó que “la Facultad de Artes tiene la misión de formar profesionales en las artes y, como parte de la aplicación de la competencia, los alumnos tienen la ventaja de fomentar al exterior de la escuela, es por ello que este proyecto fue una buena oportunidad”; también reiteró que “los trabajos presentados fueron muy buenos, pues de los 35 estudiantes que enviaron su obra, 13 fueron seleccionados, llevando en alto el nombre de la Facultad”.