Año 15 No. 644 Junio 27 de 2016 • Publicación Semanal

Xalapa • Veracruz • México

Anillos de El Zapotal son resguardados por el MAX

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Ixchel Fuentes Reyes

Ixchel Fuentes Reyes

En estas argollas se aprecian distintos tamaños

En estas argollas se aprecian distintos tamaños

 

Karina de la Paz Reyes Díaz

Los anillos prehispánicos son objetos ornamentales que permiten conocer cuáles eran los gustos de aquellas sociedades, cómo y quiénes los usaban, entre otros detalles; además de los que el Museo de Antropología de Xalapa (MAX) de la Universidad Veracruzana (UV) tiene en las salas de exposiciones permanentes, en bodega resguarda otros tantos, como los del sitio arqueológico El Zapotal.

La responsable de bodega del MAX, Ixchel Fuentes Reyes, comentó que dichos anillos son sólo una muestra que permite a la gente interesada en el tema conocer más del acervo que resguarda la institución.

“En las salas de exposiciones permanentes tenemos pequeñas muestras, pero como están en todo un conjunto no se presta atención a su detalle, por ello se quiere mostrar más estos objetos, aunque falta mucho por escribir e investigar de ellos. Ahorita lo que tenemos son más preguntas que respuestas”, dijo en entrevista para Universo.

Algunos de los anillos de El Zapotal son de concha y otros más de hueso (al parecer de venado, por su fácil manipulación); como el resto de las piezas, tienen registro ante el Instituto Nacional de Antropología e Historia.

Son producto de la excavación del sitio, dirigida por Manuel Torres Guzmán del Instituto de Antropología de la UV en la década de
los setenta, y al igual que el resto del material arqueológico fueron resguardados en la bodega del MAX.

Se trata, insistió la entrevistada, sólo de un ejemplo de las “riquezas que no salen a la luz comúnmente y están en resguardo para su investigación”. De paso, aclaró que el uso del anillo no es exclusivo de este lugar, pues también se han encontrado, por ejemplo, en otros sitios del centro de Veracruz y en la Huasteca.

Precisó que el sitio arqueológico El Zapotal, ubicado en el municipio de Ignacio de la Llave, es de las denominadas culturas del centro de Veracruz y se desarrolló entre los años 600 y 900 después de Cristo (de aquí también provienen las figuras sonrientes). Los anillos se encontraron en entierros ofrendados, posiblemente, al dios Mictlantecuhtli.

“El sitio arqueológico El Zapotal se caracteriza por los entierros relacionados con el dios Mictlantecuhtli. En ellos se han encontrado cihuateteotl, estas mujeres que acompañaban al sol en el ocaso y bajaban los nueve escalones para llegar al inframundo y que el sol volviera a nacer, como dice el mito, están los hombres guerreros que acompañan al sol a su nacimiento y las mujeres que lo hacen al ocaso, y es cuando bajan esos nueve escalones para vencer a Mictlantecuhtli y que el astro vuelva a nacer.”

Precisó que ahí se han encontrado aproximadamente más de 200 entierros y la mayoría son de mujeres; asimismo, los reportes que se tienen de estos anillos aseguran que también pertenecían al género femenino, pero hay otros en los que no fue posible identificar el sexo del individuo que los portaba, “por eso no podemos decir que eran exclusivos del sexo femenino, pudieron ser utilizados indistintamente”.

Un dato curioso es que hay reportes de entierros de cinco niños, y dentro de la muestra de anillos que resguarda el MAX se encuentran piezas de tamaño pequeño, lo cual sugiere que pudieron pertenecer a ellos.

En los citados anillos se aprecian diferentes formas, tal es el caso de penachos, aves y otros animales, también los hay lisos. “Uno de los anillos que llama mucho mi atención tiene un chango (tallado), es algo curioso porque además está bañado con pintura roja”, compartió Ixchel Fuentes.

Sobre la pintura roja, abundó que se han hecho muestras a la utilizada en El Zapotal y se ha determinado que puede ser cinabrio o hematita (de ambas las bases son minerales). La primera sólo se ha encontrado en entierros que además tenían ofrenda con yugo y hacha, lo cual supone que eran gobernantes, guerreros o pertenecían a una jerarquía social alta. En general, este detalle también permite tener un acercamiento a la manera en que utilizaban los recursos naturales.

De paso, comentó que las falanges de la mano muestran que las personas no sólo se colocaban un anillo por dedo, sino tres, cuatro o más.
Para ella, las piezas que resguarda el MAX son interesantes temas de investigación: “Siempre hemos dicho que la bodega es como volver a excavar, es recuperar los datos que nos dejaron los arqueólogos para recapitularlos y analizarlos.

”Para nosotros, los estudiantes siempre han sido importantes, nos enriquecen porque sus investigaciones también permiten conocer un poquito más y el museo tiene como objetivos: el resguardo, la conservación, la investigación y la difusión de los objetos que aquí custodiamos”, subrayó.

Para Fuentes Reyes, los anillos de El Zapotal son una oportunidad que tienen los arqueólogos para aprovechar la información que poseen los materiales excavados desde los setenta; aunque se trata de un detalle ornamental, “siempre en lo mínimo encuentras mucho y sigue habiendo muchas cosas qué decir”.

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