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Logra estudiante de la UV el Reconocimiento
Nacional al Servicio Social Comunitario
Ángeles González
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Rafael
Maldonado López, estudiante de la FISPA, recibió el
Premio Nacional al Servicio Social Comunitario por su trabajo en
la comunidad de Coyopolan (Foto: Ángeles González)
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La
Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso) otorgó
el Reconocimiento Nacional al Servicio Social Comunitario 2000 a
Rafael Maldonado López, estudiante de la Facultad de Ingeniería
en Sistemas de Producción Agropecuaria (FISPA) de la Universidad
Veracruzana, por el trabajo realizado con la comunidad de Coyopolan,
municipio de Ixhuacán de los Reyes, donde con un grupo de
mujeres promovió y coordinó la creación de
un invernadero para la producción de hortalizas, así
como una granja de pollos con un productor.
Maldonado López recibió el reconocimiento el pasado
jueves 28, en el auditorio Adrián Gilbert de la Universidad
La Salle, en la ciudad de México, junto con un premio de
seis mil pesos del programa “Jóvenes por México”
y “Lo que los mexicanos hacemos” de la Sedeso, durante
una ceremonia presidida por la secretaria de Desarrollo Social,
Josefina Vázquez Mota.
Rafael Maldonado fue propuesto ante la Sedeso para esta distinción
por la Dirección de Vinculación General al |
participar
como brigadista del programa de desarrollo social impulsado en Coyopolan.
Entrevistado al respecto, destacó las ventajas del sistema
de enseñanza flexible promovido por su facultad: “El
trabajo teórico y práctico simultáneo con la
asesoría permanente de mis catedráticos me permitió
una formación profesional y humana integral; hice mi servicio
social adelantado, concluí satisfactoriamente mis estudios
y me titulé con una tesis basada en mi trabajo con la comunidad
llamado Granja integral en la comunidad de Coyopolan, municipio
de Ixhuacán de los Reyes”.
Originario de Coatepec, hijo de un profesor de educación
primaria y de una secretaria, Maldonado López se destacó
por su interés y entrega al programa en el que logró
la confianza de un grupo de 32 mujeres de la comunidad para iniciar
el invernadero. Comentó: “Son mujeres totalmente emprendedoras,
trabajan mucho, aparte de ser el pilar de su familia incitan el
desarrollo tecnológico en su comunidad porque siempre están
abiertas al cambio, saben lo que quieren y son muy participativas.
Es el mismo grupo de mujeres que con la Secretaría de Finanzas
y Planeación (Sefiplan) promovieron un programa
de producción de block y construyeron tres viviendas. Sefiplan
eligió trabajar con las mujeres que mostraran mayor disposición,
son ellas también las que se integraron al invernadero”.
Explicó que estos programas funcionan con las mujeres porque
los señores y jóvenes salen de la comunidad a trabajar
en el corte de café, la albañilería y carpintería,
algunos se quedan en la comunidad pero se dedican a sus parcelas.
“La idea inicial era una granja integral comunitaria, pero
se decidieron por un invernadero, con el apoyo de Sefiplan,
del Instituto Veracruzano de Desarrollo Rural (Inveder)
y la UV cultivamos rábanos, lechuga, acelgas y calabazas.
El abono utilizado fue orgánico producido por sistema de
lombricompostaje utilizando los desechos de las hortalizas y estiércol
de los pollos de granja. Integramos la hortaliza con la lombricomposta
y la granja de pollos”. |
Universitario
coordinó invernadero y granja,
con mujeres y productores de Coyopolan |
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Agregó
que la granja de pollos se dio con Marcelino Matla, representante
del comité comunitario, quien también fue apoyado
por la Sefiplan: “Mi trabajo fue asesorarlo en la
construcción de la granja, el sistema de sanidad para evitar
infecciones a los pollos y su cuidado general para evitar el estrés
en los animales, ya que esto influye en que coman menos y no transformen
el alimento. Lo importante aquí fue el flujo energético,
ya que la inversión fue mínima, la granja la hizo
con material de desecho de los aserraderos, lámina de cartón
y lonas. También trabajamos la producción de pastos
forrajeros con un grupo de ganaderos de Tlalchi, son pequeños
productores de dos o tres cabezas, el que más tiene cuenta
11 vacas, además de chivas. En esta temporada se quedan sin
pastos por las heladas y tienen que comprar las pacas hasta Perote,
por eso la necesidad de que ellos produzcan y procesen el forraje”.
Rafael Maldonado explicó que decidió cursar estudios
en la fispa hasta Acayucan para lograr una formación integral:
“No busqué ser agrónomo ni veterinario, sino
ingeniero en sistemas integrales, eso es lo que se necesita, el
gobernador en su informe dijo que es necesario promover entre los
productores del campo sistemas de producción que integren
varios cultivos y ganado, dejar el monocultivo y aprovechar al máximo
sus recursos; además de asegurar la venta directa al consumidor
para evitar el coyotaje y lograr que las ganancias se queden con
el productor”.
Finalmente, destacó la oportunidad que tuvo de trabajar con
un equipo multidisciplinario de brigadistas: “Conviví
con una enfermera y una trabajadora social, un químico, un
nutriólogo, un médico y un odontólogo; es algo
que no se da en otros programas de servicio social. Mi facultad
permitió que así fuera, trabajaba tres semanas en
comunidad y una en la facultad, fue muy importante la disposición
de mis catedráticos que revisaban los trabajos que presentaba
y me daban asesoría, incluso mis trabajos eran de los mejores
porque partía de las necesidades que planteaba la comunidad,
era participativo y con base en la convivencia con mis compañeros”. |
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