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El
organismo libera energía en cualquier forma de trabajo que
desarrolle, al ejecutar cualquier acto pequeño o grande.
Lo anterior incluye los actos voluntarios (caminar, sentarse, escribir,
etc...), y los involuntarios (circulación
de la sangre, respiración, digestión, etc...).
Cada persona debe consumir en cantidad moderada regularmente los
ocho grupos de alimentos (cereales, tubérculos, leguminosas,
productos animales, lácteos, verduras, frutas, grasas y azúcares
simples), como fuentes de energía, crecimiento, protección,
construcción y recuperación. Existe relación
directa entre la cantidad de trabajo desarollado, el calor producido
por el cuerpo y el ingreso total de alimentos. |
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Las
personas que aparte de su trabajo cotidiano incluyen una rutina
diaria de ejercicios aeróbicos, generan una cantidad considerable
de calor, gastando un buen número de calorías (unidad
de calor), que se encuentra de reserva en nuestro tejido adiposo,
acelerando la pérdida de grasa corporal.
Recuerde que toda comida debe dejar sensación de satisfacción
mas no de llenura.
“El único templo donde mora el espíritu de Díos
es el cuerpo del Hombre. ¡Cuídelo!”.
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