Dirección de Comunicación
Universitaria
Departamento de Prensa
Año 13 • 557 • Abril 7 de 2014 Xalapa • Veracruz • México Publicación Semanal

Aseguró Ricardo Ravelo

Crimen organizado trastornó la libertad de expresión

En México no hay ningún proyecto ni programa para la protección de los periodistas, dijo

El periodista estuvo acompañado de Marco Malpica, director de la Facico

 

Aracely Hernández

Veracruz, Ver.- Ricardo Ravelo, director general de la revista Variopinto, dictó la conferencia “Riesgos periodísticos” en el marco de la celebración del 70 aniversario de la Universidad Veracruzana y de los 60 años de la Facultad de Ciencias de la Comunicación (Facico).

Ravelo –reconocido por su trabajo de investigación sobre el crimen organizado– estuvo acompañado por Adriana Canales, académica de la Facultad y el director Marco Malpica.

El periodista egresado de la Facico expresó: “Me siento feliz de volver a mi alma máter, felicito a quienes hacen posible que la Universidad y la Facultad mantengan el nivel que los ha caracterizado a través de los años”.

El ponente habló del periodismo y dijo que es una labor que, a partir de que se plantea hacer público lo que está oculto y se propone indagar y buscar –desde el simple hecho de preguntar qué está pasando–, se convierte en una tarea que implica riesgos a cada minuto y en cada instante”.

A continuación recordó algunos casos de periodistas que han sido encarcelados injustamente a lo largo de la historia. Mencionó que los riesgos que enfrentan los periodistas han pasado por varios escenarios, desde la represión política hasta la violencia del crimen organizado.

“La labor se volvió más incómoda y riesgosa. No sólo existe la censura de presidentes o diputados, también el crimen organizado vino a trastornar la libertad de expresión.

El riesgo ya no es sólo para los jefes de información, sino para los reporteros directamente”, puntualizó. Expuso que en la actualidad no existe un estado en el que los grupos criminales no hayan tocado a la prensa.

Además, dijo, los grados de filtración que se han dado en los medios también han puesto a los periodistas en riesgo. “Estamos muy vigilados y esto facilita que los criminales sigan nuestros pasos, pues nuestro trabajo no pasa desapercibido.

El riesgo de ser secuestrados es cada vez mayor. También habló del anonimato de las fuentes de información, del periodismo clandestino y el anónimo. Sin embargo, el crimen organizado ha logrado involucrar a editores o correctores de estilo, quienes pueden reconocer al autor de una nota por su estilo de escribir.

¿Vale la pena ser periodista? Ricardo Ravelo compartió sus experiencias y habló sobre lo que los periodistas pueden hacer ante las amenazas. Dijo que el exilio es una puerta que ayuda, cuida y protege, pero implica abandonar a familiares, amigos e incluso la labor periodística.

Subrayó que en México no hay proyectos ni programas para la protección hacia los periodistas: “No existe absolutamente ninguna garantía de que no nos pase nada cuando estamos haciendo una labor tan peligrosa. ¿Cómo es posible hacer periodismo de investigación en un escenario en el que el crimen organizado ha tocado todo?”, cuestionó.

“Si la base del trabajo reporteril es la duda, entonces debemos consultar, investigar y dudar de todo, porque es una forma de estar alerta”, comentó a los estudiantes y les recomendó verificar la autenticidad de los documentos que se consulten y corroborar los datos antes de publicar alguna información.

Para finalizar, Ravelo dio algunos consejos a los futuros periodistas: “Hay que trabajar en redes con colegas de otras partes del mundo, hay que vincularse, estar informados a nivel internacional, monitorear, porque son puertas que nos ponen a salvo en situaciones de emergencia.

En países como Colombia los periodistas vivieron momentos muy críticos y empezaron a establecer vínculos; por ejemplo, una información la publicaban dos o más medios. Acá es diferente porque a veces sólo es uno. En Colombia, Bolivia o Argentina los periodistas trabajan en redes, acompañados.

Ya no es una labor tan solitaria porque notaron que cuando la información es publicada por un sólo reportero es más difícil protegerse”. Otra medida de precaución es identificar plenamente a las fuentes. “Ya no podemos darnos el lujo de publicar fuentes anónimas.

Antes era más viable, factible. Si no identificamos nuestras fuentes, no podemos publicar la información. A veces los mismos cárteles envían información que pone en riesgo al periodista porque descubre a otros grupos delictivos”, concluyó.