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Año 12 • No. 535 • Septiembre 23 de 2013 Xalapa • Veracruz • México Publicación Semanal

Ignorancia, caos y religión identifican al país: Rodolfo Neri Vela

El primer viaje tripulado a Marte podría realizarse dentro de los próximos 20 años, señaló

“La educación en México es frágil, todavía, hay mucha ignorancia y no se asignan los recursos necesarios para capacitar debidamente a los profesores”

David Sandoval

Existen las posibilidades para que México participe en la conquista del espacio, no obstante se requiere de planeación y compromiso, así como de sumar pequeños esfuerzos que brinden resultados, explicó Rodolfo Neri Vela, el primer astronauta mexicano, al ser entrevistado durante su visita a la Universidad Veracruzana (UV).

Neri Vela, quien es doctor en Comunicaciones y profesor de Ingeniería y Telecomunicaciones en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), fue uno de los siete astronautas que viajaron en el transbordador Atlantis el 26 de noviembre de 1985.

¿Hay algún proyecto de exploración de la NASA en que México pueda destacar?
México puede participar en una primera etapa enviando experimentos con un presupuesto muy modesto que puedan ser desarrollados de manera automática, sin la necesidad de astronautas. Ésa es una parte: experimentos en fluidos, en biología, en el laboratorio que está en órbita se le pueden confiar a la NASA, se paga una renta sin que sea una misión compleja ni costosa.

También podemos colaborar con un diseño de ingeniería o un componente en alguno de los robots que se van a enviar a Marte, podemos laborar también con experiencia computacional, con el desarrollo de algoritmos para satélites científicos.

Se puede participar en muchas cosas, no querer hacer todo sino sentarse, dialogar y considerar si un espejo, un instrumento o una estructura se pueden hacer; por ahí tenemos que empezar pero no de manera aislada porque si no colaboramos en otros proyectos –aunque nuestra aportación sea menor a uno por ciento– no importa, porque nos vamos a comprometer a entregar algo en una fecha que nos fijarán y eso nos va a obligar a ser responsables, a entregar y no eternizarnos en algo que decimos que vamos a hacer y nunca hacemos.

Posteriormente se puede pensar en tener un programa de astronautas, claro que sí.

Usted mencionó que el siglo XXI será el siglo de la robótica, ¿qué le puede decir a los jóvenes interesados en la materia?
Aquí en la tierra lo vemos en las fábricas, pero es un problema muy complejo, no pensamos que los humanos van a ser desplazados por los robots y luego no habrá empleos y habrá una crisis, etcétera. La realidad es que muchos procesos industriales son realizados con robótica, especialmente aquellos que son muy riesgosos y muy repetitivos y para el ser humano son aburridos, o algunos que necesitan determinado grado de precisión; para eso son necesarios los robots.

Por otro lado, para la exploración espacial sin duda son esenciales, porque muchas de las estructuras de los campamentos permanentes, como son muy adversos y hostiles, seguramente tendrán que ser integradas con ayuda de robots y hay que reducir el número de caminatas espaciales, porque aunque un astronauta tiene mucho más inteligencia que un robot y puede reaccionar de una manera espontánea y efectiva, los trajes presurizados tienen la limitación de pocas horas para el trabajo, se sufre de radiación y por eso tales labores repetitivas y peligrosas las tienen que hacer los robots.

Por eso digo que hay un gran futuro, éste es el siglo de la colonización de la Luna, de la llegada del hombre a Marte y de la robótica, que es fundamental.

¿A partir de cuándo se podría realizar un viaje tripulado a Marte?
Creo que es más cercana la fecha de enviar los astronautas a la Luna para que trabajen sobre un asteroide que la NASA pretende capturar, esa fecha es más realista y más próxima, 2019, que el envío de personas al planeta Marte. Primero viajarán muchos robots y satélites, vuelos automatizados que aseguren que todo irá bien
y la primera misión tripulada a Marte será quizá dentro de los próximos 20 años.

El año pasado una encuesta publicó que el mexicano cree más en la magia y en la brujería que en la ciencia, ¿cuál es su opinión al respecto?
En gran medida tiene que ver con lo frágil que es la educación en México todavía, hay mucha ignorancia, no se asignan los recursos necesarios para capacitar debidamente a los profesores, para que tengan una educación continua, para que la gente tenga más acceso a la divulgación científica, este tipo de charlas no sólo en universidades sino en zonas rurales, con adolescentes, son importante en distintos campos; yo no les podré explicar de todo pero cuando menos lo que sí conozco, que les abra los ojos para que se den cuenta cómo es la situación mundial.

Si vas a Malasia, a China, te dices: ellos ya nos rebasaron, esto no puede seguir así, tanto desorden, lentitud y corrupción, todos peleándose contra los demás, ésa es nuestra situación nacional.

Entonces también hay mucha ignorancia, muchos pobres, mucha gente que lucha por alimentarse y sobrevivir, su única esperanza es la religión, pero sí es un crimen condenarlos a que estén pensando que van a vivir mejor en el más allá y no que vivan bien ahora, pero eso es una situación de falta de educación.

A mí me llamó mucho la atención que esta encuesta nacional preguntaba a la gente qué opinaba de los científicos y la mayoría dijo que eran personas peligrosas. ¡Qué grado de ignorancia!

Me invitaron a dar una conferencia a una universidad, no diré cuál, donde se imparte la carrera de Ingeniería, pero me pidieron que por favor no hablara de la evolución de las especies y ni de la “gran explosión” o el Big bang sobre la creación del Universo, que no tocara esos temas por favor. A ese grado, ya en un nivel universitario sí resulta un poco aberrante.

Yo respeto desde luego, podemos respetar todas las religiones pero también debemos ser realistas en cuanto a lo que la ciencia nos ha enseñado.