Dirección de Comunicación
Universitaria
Departamento de Prensa
Año 10 • No. 470 • Febrero 7 de 2012 Xalapa • Veracruz • México Publicación Semanal

Alta productividad, un riesgo para la literatura y el escritor: Maarten van Delden

Sospecho que los escritores sienten la necesidad de estar siempre presentes porque hoy en día todo está relacionado con la publicidad”, afirmó el doctor en Literatura Comparada

Alma Espinosa

La constante aparición de escritores con obras que rápidamente escalan los primeros lugares de venta crean una duda en los estudiosos de la literatura, incluso llegan a crear sorpresa por la forma en que logran publicar uno y otro texto en poco tiempo.

Para Maarten van Delden, doctor en Literatura Comparada por la Universidad de Columbia, Nueva York, Estados Unidos, es una sorpresa encontrar a escritores que tienen tan alta productividad, “no entiendo cómo le hacen”.

Maarten van Delden, quien ofreció el curso “Los procesos de innovación en la narrativa mexicana de los años cincuenta” en el Instituto de Investigaciones Lingüístico-Literarias (IIL-L) de la Universidad Veracruzana, comentó que con tantos textos se podría demeritar la credibilidad literaria.

El académico de la Universidad de California, Los Ángeles, opinó que la proliferación de textos también es un riesgo para la literatura y para el escritor. Para abundar en este tema y otros de la literatura mexicana vista desde el extranjero, entrevistamos al doctor.

¿Por qué considera que es un riesgo que los escritores publiquen con frecuencia?
Sospecho que los escritores sienten la necesidad de estar siempre presentes porque hoy en día todo está relacionado con la publicidad. Estar presente quiere decir estar en la imagen pública, atraer la publicidad para que no se olviden de ti. Y en la medida en que las obras literarias se escriben simplemente para generar la publicidad, hay una merma en la calidad.

Admiro muchísimo al que escribió dos libros y que lo escrito después no le gustó o no pudo terminarlo. Pero con esas dos obras concibió un lugar importantísimo no sólo en la literatura mexicana sino en la mundial.

A propósito de su referencia a Juan Rulfo, ¿considera que en México todavía hay escritores de peso como él o como Carlos Fuentes, Octavio Paz?
En la literatura siempre hay jerarquías, escritores que tienen más éxito, que reciben más reconocimiento. Yo creo que quizás exista más pluralidad en la literatura actual, pues hay muchas voces compitiendo para conseguir la atención de los lectores, además de que ya no hay un pequeño grupo de escritores que dominan el panorama.

Uno lo puede ver cuando compara los años sesenta y setenta de la literatura hispanoamericana con la época actual. En esos años, cuando estaba la época del boom había un grupo pequeño de cuatro o cinco escritores que sí acaparaban la atención y que estaban un poco por encima de los demás, se trataba de Carlos Fuentes, Mario Vargas Llosa, Gabriel García Márquez, Julio Cortázar y después venía José Donoso.

A pesar de que Fuentes sigue escribiendo, que tiene un mayor prestigio y resonancia en el extranjero y que se traducen sus libros, su papel en la literatura no es como el de antes, ha disminuido un poco, y ahora existen muchos escritores.

En relación con el curso que ofreció a los alumnos del IIL-L donde habló de la modernidad y posmodernidad, ¿en qué época de la literatura nos encontramos ahora?

"En la medida en que las obras literarias se escriben simplemente para generar la publicidad, hay una merma en la calidad”

Es una pregunta muy difícil. Si pensamos en el asunto de los periodos históricos, creo que todos los periodos son múltiples y heterogéneos. Yo creo que esa idea es especialmente aplicable a la época actual, porque me parece que muchos de los temas de la modernidad siguen siendo vigentes.

Estoy pensando no en la modernidad literaria, sino en el tema de la modernidad en sentido más amplio. Cuando hablamos de sociedades modernas estoy de acuerdo con el sociólogo brasileño Jõan Mauricio Domínguez, quien dice que el proyecto de modernidad en cuanto a expandir la igualdad y la libertad es un proyecto que todavía está vigente.

En el plano de la literatura también es difícil porque ésta es heterogénea. Que yo sepa obras como Pedro Páramo ya no se escriben. En México hay escritores muy jóvenes, tenemos de la generación del crack, la obra de Jorge Volpi que es muy distinta a lo que hemos estado estudiando, ya que narra novelas en una forma muy entretenida. Pero uno siente que son libros hechos para vender, para el mercado. Ésa ya es otra idea de la función de la literatura. Para Rulfo no era importante y mucho menos lo principal era vender novelas.

"Yo creo que es una paradoja, que en un país con pocos lectores y pocas librerías exista un sector literario tan fuerte, porque hay escritores jóvenes de muy alta calidad”

Hoy en día los escritores quizás estén más orientados hacia el mercado. Sin embargo, al mismo tiempo vemos que Volpi también es un escritor en cierto sentido experimentado, que juega con la forma. Él cuenta que mucha gente piensa que el crack es un rechazo del boom y dice que no es cierto; de hecho los escritores de su época se sienten herederos del boom. Toda esa cuestión de la experimentación literaria, del vanguardismo, ellos lo apropian y producen su propia versión de esas tendencias vanguardistas.

Me parece que el panorama es complicado y múltiple. Por un lado, yo diría que no hay ninguna etiqueta que se le pueda poner, veo que el mercado literario se ha vuelto más importante; entonces, los escritores escriben más para el mercado, para vender, eso parece que es mucho más esencial en comparación con años anteriores. Por otro lado, veo un compromiso con las cuestiones de forma, con el deseo de retar al lector, de no hacerle al lector que todo sea fácilmente digerible.

En el curso también habló de la función de la literatura, ¿cuál es?
Yo no creo que la literatura tenga una sola función, creo que tiene múltiples funciones, pero también depende del lugar, del momento en el tiempo, de la persona. Para una persona puede tener cierta función, para otra tiene otra función.

Admiro mucho a los escritores de la época del modernism (que no es lo mismo que el modernismo), esos escritores vanguardistas. Aunque creo que tenían, pensando en James Joyce, una visión demasiado exclusivista de la literatura, que la literatura tenía que ser lo más importante; el arte era lo más importante y se dedicaban de una forma heroica.

A mí me interesa, me apasiona la literatura, pero no me parece que es lo único. En ese sentido mi postura es más general. No es que sea una devaluación de la literatura, es otra visión, que la literatura tiene múltiples funciones. Puede servir para informar a la gente. La literatura es una forma de comunicación, de conocer otros países.

La literatura también es entretenimiento. Estoy de acuerdo con Volpi cuando dice que es bueno escribir buenas novelas y que sean entretenidas, que capten la atención del lector, pero la literatura también puede ser una forma de retar, desafiar al lector, de ver las cosas de un modo distinto, romper tabúes.

Tiene muchas funciones, como dar placer. Recuerdo que Marcel Proust decía que su novela en la que cuenta su autobiografía le sirviera al lector para leerse a sí mismo también. De algún modo la literatura es una forma de entender el mundo, pero también conocerse a sí mismo.

¿Cómo se ve desde el extranjero la contradicción: México es un país de no lectores y al mismo tiempo de una amplia producción de libros?
Me he hecho muchas veces esa pregunta. Yo creo que es una paradoja, que en un país con pocos lectores y pocas librerías exista un sector literario tan fuerte, de tan alta calidad, porque hay escritores jóvenes de muy alta calidad.
Desde fuera uno sí tiene la impresión de que a la literatura, a la cultura y al trabajo intelectual se le da mucha importancia. Eso se refleja en que el Estado otorga un apoyo a los escritores y a las iniciativas culturales, lo que se ve en pocos países, incluso en Estados Unidos.

El Estado mantiene un sector cultural muy importante con las becas que da el Sistema Nacional de Creadores, también para académicos. Además de que se promueven las ferias de libro, cuando México es homenajeado en otros países el comité de escritores representantes es amplio.

Yo creo que es como una herencia; algunos historiadores dicen que es una herencia cultural que viene de la época colonial. El crítico uruguayo Ángel Rama opina que la cultura letrada en América Latina siempre tuvo una inmensa importancia. Él tiene una idea muy crítica de esto porque considera que la cultura letrada se juntó con el poder y básicamente impidió el progreso de las sociedades.

Yo veo como una cosa positiva que se impulse y se promueva la cultura, pero claro que debería hacerse más. Si en las escuelas se lee poca literatura me parece que el gobierno mexicano debería hacer algo al respecto.

El gobierno no sólo debería dar becas a los escritores para que escriban más, quizás eso también explica por qué escriben dos novelas por año, pues no tienen que trabajar en otras cosas. El Estado también debería promover entre los niños la lectura y el estudio de la literatura.

¿Cómo ve la crítica de Estados Unidos a la literatura mexicana?
Yo diría que es variada por ser un país muy grande, es casi como un continente. En los noventa había mucho interés y ahora pienso que hay gente que trabajaba no sólo en literatura mexicana, sino en hispanoamericana y en géneros menores como testimonio y crónica.

En este momento no creo que haya una línea dominante. Creo que hay gran diversidad. Hay gente trabajando con autores canónicos como Alfonso Reyes, Octavio Paz, Carlos Fuentes. También hay muchísimo interés en temas de los que uno podría decir que están de moda.

"Por otro lado, veo un compromiso con las cuestiones de forma, con el deseo de retar al lector, de no hacerle todo fácilmente digerible”

Hay mucho interés en la literatura de la violencia, del narcotráfico, como respuesta a la situación actual del país. A veces me quedo sorprendido por críticos o estudiantes que escriben tesis de doctorado sobre las últimas tendencias como las obras de Elmer Mendoza, Eduardo Antonio Parra y todos estos escritores.

También lo que interesa son los estudios de la frontera, que es algo un poco nuevo, de la literatura de la frontera; hay interés en escritores que viven en el norte, como Luis Humberto Crosthwaite que es de Tijuana o Heriberto Yépez que también es de allá. Ésa es posiblemente otra tendencia. Quizá lo triste es que poca gente está trabajando poesía, lo más común es trabajar en narrativa.

  __________________________________________________________________________________________
  Maarten Van Delden, de origen holandés, es académico de la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA), y Doctor en Literatura Comparada por la Universidad de Columbia, Nueva York. Es autor de un vasto número de artículos y ensayos sobre nuestra literatura, haciendo especial énfasis en las obras de Carlos Fuentes, Rosario Castellanos, Juan Rulfo. Sobre todo de este último ha sido fuerte crítico, principalmente de Pedro Páramo, novela de la cual resalta la subjetividad de sus personajes, y del cuento “Diles que no me maten”, incluido en la obra El Llano en llamas. Asimismo, impartió el curso “Los procesos de innovación en la narrativa mexicana de los años cincuenta”, llevado a cabo en el Instituto de Investigaciones Lingüístico-Literarias (IIL-L) de la Universidad Veracruzana (UV), ofertado para la Maestría en Literatura Mexicana y el Doctorado en Literatura Hispanoamericana. Destaca en sus publicaciones, Mexico and Modernity, un libro que resulta esencial para entender la trayectoria de uno de nuestros más reconocidos escritores, Carlos Fuentes.